jueves, 27 de agosto de 2015

¿Cuáles son los grandes retos de la biología?

Seguro que has oído hablar del "estudio de la vida". La biología es una rama científica muy compleja que aprovecha otras disciplinas para estudiar el fenómeno más complejo que conocemos de este universo. Por eso no es de extrañar que se enfrente a diario con retos y preguntas muy difíciles de responder. Probablemente, muchas de esas preguntas ya te las hayas hecho alguna vez. Pero si tuviéramos que elegir cinco grandes cuestiones sin resolver, cinco grandes retos de la biología, ¿cuales serían?  No son los únicos, ni mucho menos. Es lo que tiene estudiar algo tan complicado como es la vida.

Descubrir el origen de la vida

ceres
No he podido evitar comenzar con esta cuestión. Puede que la repitamos hasta la saciedad, pero precisamente es porque probablemente sea una de las cuestiones más importantes de nuestra existencia. Y no porque en la práctica tenga una aplicación directa. Sencillamente es que está en nuestra naturaleza saber de dónde venimos y hacia dónde vamos. Cada vez que escribimos una noticia sobre un lejano cometa al que estamos observando de cerca o sobre una extraordinaria molécula cuyas propiedades nunca habíamos visto, en realidad estamos buscando una respuesta. Este Lo que vemos es un gran cuadro, como si fuese una gran foto vista desde lejosgran reto ha sido siempre uno de los puntos centrales de la biología, de manera directa o indirecta. Y por eso lo pongo en primer lugar.
Actualmente, como ya os explicamos, tenemos una ligera idea de cómo ocurrió. Esta idea está reflejada en 5 hipótesis que explican cómo los elementos, gracias a la energía y las circunstancias concretas de nuestro pequeño planeta, terminaron uniéndose en los precursores de la vida. Lo que vemos es un gran cuadro, una visión general, como si fuese una gran foto vista desde lejos. El reto, sin embargo, está en los detalles, ya que al acercarnos todavía pierden sus sentido. ¿Algún día lo sabremos todo con la suficiente precisión? Ahí está el reto.

Concretar los mecanismos de la evolución

Francisco J. Ayala
Julius Kielaitis | Shutterstock
La evolución es uno de los conceptos más importantes jamás descritos por la biología. Gracias a Darwin, sin duda uno de los padres de esta disciplina, comprendimos que existen una serie de mecanismos que permiten que los seres vivos cambien, se adapten y evolucionen. A día de hoy la evolución se puede observar fácilmente en millones de ejemplos que desvelan una pieza más de un puzzle gigante. El gran reto, sin embargo, es esclarecer los mecanismos más concretos de la evolución. Todavía es fácil encontrar diversas hipótesis evolutivas que describen distintas maneras de actuar. Algunas no quedan muy claras mientras que otras no se ajustan a lo que podemos observar puntualmente. Aunque en general la evolución se comprende muy bien, el reto se encuentra en los pequeños detalles. Desvelarlos es un desafío fascinante.

Comprender cómo se expresa la genética

23andMe
John Goode (Flickr)
En concreto hablamos de cómo ligar el genotipo con el fenotipo. El genotipo es el ADN, la información que contiene. El fenotipo es la manera que tiene nuestro cuerpo de usar ese genotipo para convertirnos en lo que somos. Si somos rubios, altos o más fuertes, eso es lo que llamamos fenotipo y está decidido por el cóctel genético que poseen nuestras células. El gran reto en la biología es conseguir entender cómo ocurre esto. Algunos aspectos están muy claros y sabemos exactamente qué ocurrirá si modificamos un gen concreto. Sin embargo, la composición completa está borrosa. Al contrario que en el origen de la vida, este reto tiene muchos detalles claros, lo que nos deja ver un cuadro más o menos claro. Pero la imagen completa, al alejarnos, todavía permanece fuera de nuestro alcance. Muchos son los factores que complican más y más este reto: el entorno, la epigenética, los mecanismos moleculares... Y cada día se hace más difícil entender el conjunto. Más difícil y mucho más fascinante, claro. Algún día, probablemente, podamos entender y manejar la manera que tiene la vida de transmitir su información a la perfección.

Entender cómo funciona el cerebro

transistor sináptico
Gerry Shaw (Wikimedia) y Flame Phoenix (Flickr)
Otro de los grandes misterios de la biología es el funcionamiento de una de las máquinas más complejas que conocemos: el cerebro. Y no solo el nuestro (que es el que más nos preocupa) sino cualquier sistema nervioso complejo. El cerebro se compone de una estructura muy complicada, con numerosos niveles, dinámica y plástica. Aunque cada día conocemos un poco más de su anatomía, sus patologías y sus fisiología, es uno de los órganos más inquietantes y difíciles de estudiar. Lo controla todo, incluyendo las razones por las que estás leyendo este artículo. Pero desconocemos la manera exacta que tiene de funcionar: cómo se almacenan los recuerdos, cómo surge la conciencia, cómo funciona la plasticidad neuronal... son tantas las preguntas y tantas las respuestas que podrían ayudarnos a mejorar nuestra calidad de vida que este es, sin duda, uno de los retos más importantes de la biología.

Valorar adecuadamente la biodiversidad

zona libre de transgénicos
Lawrence Wee | Shutterstock
La biodiversidad es un concepto muy hermosos y complejo. Y muy difícil de comprender también. La biodiversidad habla del conjunto de especies, la riqueza, que existe en un lugar. También explica, de forma indirecta, la relación que tienen entre sí. Cómo la existencia de unas afecta a las otras y sus consecuencias. Todavía seguimos luchando por comprender, cada vez mejor, cómo nos afecta esto. Cada vez hay más estudios que demuestran que la pérdida de biodiversidad supone un empeoramiento en la calidad de vida de todos los seres vivos, incluyendo al hombre. Pero necesitamos trazar los mecanismos exactos y su funcionamiento. Además, para complicarlo todo aún más, surgen conceptos como mircobioma o biodiversidad oscura. Mientras crece lo que sabemos sobre la biodiversidad, también lo hace el reto de entenderla.
Hipertextual.com

Una ballena blanca entusiasma a Australia

Un ejemplar de ballena jorobada blanca ha sido avistado en las últimas horas frente a la costa este de Australia. Cientos de turistas pudieron disfrutar del acontecimiento en la conocida como Costa Dorada, próxima a la ciudad de Brisbane. Entre abril y agosto, cientos de ballenas jorobadas pasan por aguas del estado de Queensland, ya que migran desde el Ártico hacia aguas más cálidas para criar y alimentarse. Lo extraño es que en esas escapadas para ver a los mamíferos marinos aparezca una ballena blanca, ya que en la zona solo se conocen tres ejemplares de esta especie. Por ello, las autoridades científicas del país creen que el animal es un viejo conocido, apodado Migaloo, aunque todavía no han podido confirmarlo.



Hipatia de Alejandría, la científica que inspiró a Amenábar

Hija de Teón, uno de los sabios de Alejandría, la astrónoma y matemática Hipatia creció en un ambiente familiar excepcional y en una ciudad prodigiosa. Apenas quedan datos sobre su vida, de la que se dice que Teón quiso que fuera un ser humano perfecto y a la que instruyó en las ciencias, en el ejercicio de la mente y enseñó a observar el cielo y sus siete esferas conocidas. 

Tal fue la huella que dejó en la ciencia y la astronomía que sirvió de inspiración al director y guionista de cine hispano-chileno Alejandro Amenábar en una de sus producciones cinematográficas, Ágora (2009)La película narra la vida de Hipatia, nacida en 370, que lucha incansable por salvar la sabiduría del mundo antiguo, tras el ataque de un grupo de fanáticos a la famosa biblioteca de Alejandría.

Egipto era además una tierra en la que las mujeres habían destacado de forma más rotunda que en Grecia, entonces una sombra del pasado, y había producido desde faraonas como Cleopatra hasta deportistas de élite, como Bilstiche, ganadora de los Juegos Olímpicos del año 260 a.C.. Hipatia desentrañó en los papiros de la Biblioteca los conceptos más complejos de la geometría, la filosofía, la astronomía y otros saberes. Los historiadores dicen de ella que “superó en inteligencia a su padre y se dedicó a todas las cuestiones de filosofía”.

Hipatia analizó el Almagesto de Tolomeo, el gran pilar de la Astronomía de entonces, y escribió Comentario de Teón de Alejandría sobre el libro III de Almagesto. En el Almagesto Tolomeo daba una visión global del universo, aún geocéntrico, donde calculaba con precisión impecable los movimientos de los astros hasta el punto de que, siglos después, al poner al Sol en el centro y darles la vuelta como un calcetín, el gran puzle encajó a la perfección.

Por desgracia, la vida de esta abuela de la ciencia llegó a su fin de una forma muy trágica. Pero, ¿por qué? ¿Fue asesinada? Los historiadores cuentan que en 415 un grupo de fanáticos destrozaron su cuerpo con trozos de cerámica, diciendo obrar en nombre del cristianismo.  Su fallecimiento causó miedo y rechazo, como reflejan las crónicas.

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Espuma que arde



Experimento casero sobre reacciones químicas y catalizadores realizado con agua oxigenada medicinal y levadura de panadería.

Chikunguña, un virus que se globaliza

La crisis del ébola y el primer caso de transmisión en España hicieron que la sociedad comprendiese la evidencia del golpe. Ahora, un año después, otro virus de nombre exótico lo reitera: las enfermedades ignoran en qué lugares del mapa hemos tenido a bien colocar nuestras fronteras. La globalización y el consiguiente aumento de la movilidad les dan pasaporte y la capacidad de saltar océanos. El chikunguña es un buen ejemplo de ello.
El primer caso de chikunguña autóctono en España se dio en Gandía en el mes de julio. Sin embargo, no ha ocupado portadas y minutos de televisión hasta que el pasado lunes el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) publicó un informe de evaluación de riesgos que, entre otros detalles, observa que lo sucedido estaba dentro de lo previsible. Era una de las posibles consecuencias de la presencia creciente en la región mediterránea del mosquito tigre, un sospechoso habitual con capacidad para transmitir no solo el chikunguña, sino también el dengue o la fiebre amarilla.
A estas alturas, el chikunguña ha dado sobradas muestras de su afición a viajar: descrito por primera vez en Tanzania en 1952, en los últimos diez años ha provocado al menos 1,9 millones de casos en la India, en el sudeste asiático y en las islas del Océano Índico. En 2007, además, dio lugar a lo que hasta entonces era algo insólito: un brote en Italia que se saldó con 197 casos. Pero fue en 2013 cuando dio el gran salto transoceánico: a lomos del mosquito transmisor del dengue, primo hermano del mosquito tigre, el virus desembarcó en el Caribe y desde allí se lanzó vertiginosamente a la conquista de América, donde ya ha causado la friolera de más de millón y medio de casos sospechosos.
De manera que antes de dejarse caer por Gandía, este virus viajero ya había extendido su presencia a más de 60 países, haciendo diabluras en lugares tan recónditos como las Islas Cook, las Islas Marshall o la Polinesia francesa y provocando dos pequeños brotes en Francia en 2013 y 2014.


Fuente: Elaboración de ISGlobal sobre datos de la Organización Panamericana de la Salud. Pincha en la imagen para acceder al gráfico interactivo.

Casos en el Hospital Clínic de Barcelona

Hasta el mes de mayo de 2014, en la consulta de Medicina Tropical del Hospital Clínic de Barcelona se diagnosticaban casos de chikunguña de forma esporádica. Desde ese momento y en paralelo a la expansión del brote en América Latina, el goteo de pacientes diagnosticados iría en progresión, hasta convertirse una de las tres enfermedades vectoriales más frecuentemente diagnosticadas, por detrás de la malaria y junto con el dengue.
Aun así, el número de casos —más de 30 en lo que va de año, todos ellos importados— es más representativo de lo que está ocurriendo en América Latina que preocupante a nivel local. Los pacientes que son visitados por chikunguña suelen ser viajeros españoles o los llamados VFR (Visiting Friends and Relatives), es decir, una persona originaria de Latinoamérica, pero afincada en Cataluña desde hace años y que aprovecha las vacaciones para ir de visita a su país. Puesto que conocen el terreno, el nivel de confianza de estos viajeros acostumbra a ser mayor que el de los turistas y eso hace que a menudo tomen menos precauciones. Se da la circunstancia de que por su situación laboral muchas de estas personas no pueden permitirse una baja prolongada, por lo que la superación de la enfermedad puede suponer un esfuerzo todavía mayor.
Al tratarse de casos importados, algunos de los que llegan a la consulta ya han superado el cuadro de fiebre y el período de 5-6 días en los que el virus mantiene la presencia en sangre y existe riesgo de contagio. Eso hace que, en definitiva, el riesgo de transmisión en España sea relativamente bajo.

Interrogantes para la investigación

Hasta la fecha, no existe tratamiento específico para el virus, y la enfermedad se maneja con tratamiento antiinflamatorio. Curiosamente, se ha observado que algunos pacientes responden de manera excelente a los antiinflamatorios, mientras que en otros casos es necesario recurrir a la administración de medicamentos más potentes, como la cortisona, para tratar de mitigar los dolores articulares. El motivo de respuestas tan dispares es una de las numerosas preguntas alrededor de este patógeno que, por ahora, permanecen sin respuesta. Sabemos que las personas que superan la enfermedad desarrollan inmunidad contra ella y también que hay casos en los que, pese a haber contraído el virus, el paciente no llega a desarrollar los síntomas. Por desgracia, siguen siendo más los interrogantes que las evidencias y seguimos sin disponer de tratamiento, vacuna o profilaxis para hacerle frente.
De la misma manera que ocurrió en su día con el ébola, el salto a los titulares ha servido para poner en relieve la necesidad de investigación en torno a esta enfermedad olvidada y para muchos desconocida hasta esta semana. Esperemos que, como también ocurrió con el ébola, la atención mediática sirva para poner en marcha mecanismos que hagan posible una respuesta científica adecuada.
El Dr. Jose Muñoz es especialista en Medicina Tropical en el Hospital Clínic de Barcelona e investigador en el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal). Pau Rubio es responsable de Comunicación online de ISGlobal.

Redescubren un Fósil Viviente

Se trata de un antiguo linaje del mundo animal, bautizado como “fósil viviente”, debido a que su característico caparazón aparece en el registro fósil durante un significativo período de 500 millones de años. Ha sido descubierto por el biólogo Peter Ward, de la Universidad de Washington (EE.UU.) en el Pacífico sur, en un momento histórico para la ciencia, pues aparte de ser considerado uno de los animales más raros del planeta, no había sido sido visto en más de 30 años.

La criatura en cuestión es Allonautilus scrobiculatus, una particular especie de nautilus (“marinero” en griego), que previamente había sido hallada en los años 80 cerca de la Isla Ndrova, en Papúa Nueva Guinea, por el mismo Peter Ward y su equipo. “Antes de esto, sólo dos humanos habían visto allonautilus scrobiculatus. Mi colega Bruce Saunders del Bryn Mawr College y yo”, explica Ward.

Nautilus
En su momento, el análisis de las muestras recogidas en 1984 reveló que tanto las branquias, las mandíbulas como la forma de su concha o incluso las estructuras reproductivas masculinas, diferían de forma importante de otras especies conocidas de nautilus.

“Algunas características del nautilus como su caparazón que le dan la etiqueta de 'fósil viviente' no han cambiado desde hace mucho tiempo, pero otras partes sí. Tiene una gruesa cubierta peluda y viscosa en su caparazón. Cuando vimos por primera vez esto, nos quedamos asombrados”, aclara Ward.

Para lograr este nuevo avistamiento bajo el mar, los científicos diseñaron un cebo lleno de pescado y carne de pollo situado a unos 100-400 metros por debajo de la superficie. Grabaron toda la actividad circundante durante las siguientes 12 horas, descubriendo cómo un allonautilus se acercaba al cebo; por si esto ya resultó sorprendente, otro nautilus acudió por el mismo motivo, enzarzándose ambos por el acceso al cebo.

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«Los productos ecológicos no son más sanos y los transgénicos no dañan la salud»

Es prácticamente imposible soslayar en cualquier conversación la importancia del ejercicio físico, de descansar bien, de combatir el estrés y sobre todo, de comer bien. Estamos informados sobre casi todo, ¿pero qué es exactamente comer bien? 
Una serie de términos han empezado a imponerse y a confundirse entre sí: comer sano, natural, evitar los transgénicos y los químicos, optar por productos provenientes de agricultura ecológica, etc.
Pero hay una realidad que hace replantear el verdadero beneficio de estos hábitos. «La esperanza de vida en España ha aumentado durante todo el siglo XX y ha seguido en el XXI y cada vez hay mayor seguridad alimentaria. A la vez, solo un 10 por ciento de la población consume productos ecológicos, a lo que se suma que, pese a que los transgénicos están prohibidos en Europa, se importan 70 variedades transgénicas y el 9% del PIB de Argentina proviene de la agricultura, que es mayoritariamente maíz y soja transgénicas que llega a Europa para alimentar animales que luego consumimos», señala J.M Mulet, profesor de Biotecnología de la Universidad Politécnica de Valencia y autor del libro «Comer sin miedo».
«Está claro que en el aumento de la esperanza de vida intervienen otros factores, pero decir que la comida es peor o que nos envenena porque es transgénica o porque no proviene de producción ecológica no es cierto», sentencia.
Mulet desmonta en su libro una serie de mitos que empiezan con la elemental y muy usada frase de «comer productos naturales». «Natural es todo lo que se coge de la naturaleza, y siguiendo esta definición nada es natural porque todo es cultivado o domesticado, desde una mazorca de maíz pasando por un cerdo o una vaca. Cuando vas a un supermercado y ves una etiqueta que dice: "natural" no hay problemas porque legalmente no hay exigencias, pero la realidad es que nada es natural puesto que interviene siempre la mano del hombre», explica Mulet.
¿Lo que viene de la naturaleza es mejor?
Mulet arremete contra la agricultura ecológica y la llama «marca comercial». «Es un mito que sea mejor para la salud o el medio ambiente. Cuando hablamos de productos ecológicos hay que tener cuidado con el etiquetado puesto que en este caso sí hay una legislación. Existe una lista de pesticidas y fertilizantes que se pueden usar y otros que no. La pregunta es si lo que proviene de la naturaleza siempre es mejor. Y la respuesta es no. Se usan muchos pesticidas naturales que son tóxicos. Por poner un ejemplo, el cobre para control de hongos o la rotenona, una sustancia de origen vegetal utilizada como insecticida que no se emplea desde 2007 por su toxicididad».
«La pregunta es si lo que proviene de la naturaleza es mejor»En resumen, bajo las normas de la agricultura ecológica no se pueden utilizarse ferlizantes, insecticidas, pesticidas o abonos sintéticos sino que tienen que ser de origen animal y ello, desde un punto de vista científico, es una aberración, señala el autor del libro. «En ciencias sabemos que las propiedades de cualquier compuesto dependen de su composición y no de su origen. Por ejemplo, cuando tienes que fertilizar en la agricultura ecológica se usa estiércol en vez de fertilizantes nitrogenados pero en ambos casos estás aportando nitrógeno, con el problema de que el estiércol puede estar contaminado por Escherichia coli. El hecho de venir de la naturaleza no es mejor, hay moleculas sintéticas que son muy útiles y hay otras naturales que son muy contaminantes y viceversa», concluye.
Sin beneficios para la salud
Mulet señala que según todos los estudios que se han hecho respecto a los productos obtenidos a través de agricultura ecológica o tradicional demuestran que las propiedades finales (nutricionales y de salud) son muy similares. «Al final, la genética es la misma y la variación es mínima, la única diferencia es que la ecológica te cuesta cuatro euros más».
«Los fertilizantes naturales no cuidan el ambiente»La otra «pega» que Mulet le encuentra a la agricultura ecológica es que tampoco cuida el medio ambiente. «Un fertilizante natural (estiércol) tiene que salir de una vaca, un animal al que le has dado de comer productos agrícolas. Se ha calculado que si en toda la producción agrícola se usaran fertilizantes de origen animal necesitaríamos 14 mil millones de vacas, algo así como dos vacas por cada habitante del planeta, que tienen que comer y que producen gases de efecto invernadero….».
Algo parecido sucede en el caso de los insecticidas. «Hay pocos insecticidas autorizados. El natural es el spinosad, que se obtiene de una bacteria. «El problema es que es muy caro y poco específico, mata a cualquier bicho y para las abejas e insectos polinizadores es terrible. Por eso, hay plantas transgénicas que producen su propio insecticida y que no están permitidos en la producción ecológica pero que son tóxicos solo para insectos determinados por lo que medioambientalmente son más beneficiosos».
Buena publicidad
El alto precio de los productos ecológicos se explica porque «se usan métodos menos eficientes, la producción es baja y el precio sube. «La agricultura ecológica no es mala y hay que reconocer que tiene muy buena publicidad. La realidad es que si hay un estudio que defiende que es buena, luego hay 20 que dicen que es peor o igual que la convencional. Me parece bien que exista pero está mal que la publiciten en base a propiedades que no tienen. Dicen que es más sana y no es cierto».
El miedo a los transgénicos
Otro de los miedos del europeo medio son los transgénicos. «Un transgénico es un organismo en cuyo genoma se ha insertado un trozo de ADN de otro organismo de forma artificial. En Europa no se permite su siembra simplemente por motivos polítcos pero es hipócrita porque los importamos y los usamos para casi todo».
«El transgénico tiene que superar muchos controles y en 20 años no se ha podido demostrar un efecto nocivo, nadie puede decir que ha provocado problemas de salud y o de medio ambiente. Estamos con el mismo problema que la agricultura ecológica. Hay motivos políticos pero no científicos ni éticos, porque además, lo hacemos por otros medios: cruce, irrigación, mutación...»
Monsanto y Greenpeace
Pero la principal causa de su prohibición en Europa es histórica. «Esta tecnología la descubrió una universidad europea y una empresa norteamericana (Monsanto) que la tenía lista para salir al mercado. Pero en Europa ninguna empresa quiso apostar por la investigación que se estaba haciendo en las universidades. Cuando Monsanto tuvo la primera planta lista, las empresas euroepas vieron que no podían competir y como no pueden impedir comerciar, optaron por la prohibición. Y los ecologistas, claro, se subieron al carro pero no se dieron cuenta de que le hicieron un gran favor a Monsanto. Si yo fuera directivo de la empresa le daba dos besos a la gente de Greenpeace. De hecho, ahora que las leyes son tan estrictas y las empresas europeas no pueden competir se van a Estados Unidos. Es el caso de BASF, la compañía química cuya división de genética de plantas se marchó a América. Incluso, el Instituto de Agricultura Sostenible - CSIC de Córdoba desarrolló trigo transgénico apto para celíacos pero los derechos los compró una empresa americana porque ninguna europea lo podía hacer».
«Mejor conservante en mano que salmonela volando»
Con este titular Mulet critica el miedo de la gente a la química. «Hay miedo a las etiquetas que tienen muchas "E" (E-300; E-150d; etc.). Pero los aditivios y conservantes son lo más controlado y calculado que hay, lo que realmente debe preocuparnos es la cantidad de azúcar y grasa que tiene un alimento. Por poner un ejemplo, una lata de refresco tiene el equivalente a casi 6 sobres de azúcar (cada sobre contiene 6 gramos, con lo cual estaríamos consumiendo casi 36 gramos). Los conservantes son buenos, evidentemente, prefiero comerme un embutido o una lata de conservas en buenas condiciones que morir por botulismo», ironiza Mulet.
JGS
ABC.es

Un lagarto fósil hallado en Brasil da un vuelco a la evolución de estos reptiles

Paleontólogos de la Universidad de Alberta (Canadá) han descubierto una nueva especie de lagarto, bautizada como Gueragama Sulamericana, en el municipio de Cruzeiro do Oeste en el sur de Brasil, en los afloramientos rocosos de un desierto Cretácico Tardío de hace aproximadamente 80 millones de años. El estudio se publica en la revista Nature Communications
Esta nueva especie de lagarto es la primera del grupo conocido como acrodonta (cuyos dientes se fusionan en la parte superior de sus mandíbulas) hallada en América del Sur, lo que sugiere que los dos grupos de lagartos antiguos existentes del Viejo y Nuevo Mundo se distribuyeron por todo el planeta antes de la ruptura definitiva de Pangea. 
"Las cerca de 1.700 especies de iguanas existentes están restringidas casi sin excepción al Nuevo Mundo, sobre todo desde el sur de los EE UU hasta la punta de América del Sur", dice Michael Caldwell, profesor de ciencias biológicas de la Universidad de Alberta y uno de los autores del estudio.
Sin embargo, los parientes más cercanos de las iguanas, como los camaleones y dragones barbudos, pertenecen todos al Viejo Mundo.  
"La evolución del grupo es mucho más antigua de lo que se había pensado previamente. Esto significa que podemos remontar el origen de los acrodonta a hace 80 millones de años en América del Sur. Ahora necesitamos centrarnos en unidades mucho más antiguas de roca para ver si nos encontramos con el siguiente paso en el proceso".
Los restos fósiles de un Viejo Mundo 
La distribución de las plantas y los animales desde el Cretácico superior reflejan la historia de Pangea cuando era un supercontinente.
"El fósil Gueragama Sulamericana demuestra que su grupo es antiguo y que probablemente su origen está en el sur de Pangea. Después de la ruptura, los acrodonta y los camaleones predominaron en el Viejo Mundo, y los lagartos iguánidos surgieron de este linaje acrodonta que quedó aislado en América del Sur, dice Caldwell.
Lo que por entonces era Sudamérica permaneció aislado hasta hace unos cinco millones de años, cuando se topó con América del Norte y se produjo un intercambio de organismos entre el norte y el sur.
“Fue como una especie de Arca de Noé flotando durante un tiempo muy largo, 100 millones de años. Este es un lagarto del Viejo Mundo en el Nuevo Mundo en un momento en que no esperábamos encontrarlo. Responde a algunas preguntas acerca de los lagartos iguánidos y su origen”, añade el investigador.
Tiago Simoes, autor principal del trabajo apunta: "Al igual que con muchos otros descubrimientos científicos, este plantea una serie de preguntas que no hemos considerado anteriormente. Esboza una serie de preguntas sobre las rotaciones biogeográficas y faunísticas de gran interés, tanto para los paleontólogos como para los herpetólogos. Esperamos responderlas en el futuro".
Referencia bibliográfica:
Michael Caldwell et al. Nature Communications 26 de agosto de 2015

Un poco de Humor


Comic

Dentro de la divulgación científica, el uso de cómics para acercar la ciencia o us protagonistas a los más jóvenes siempre es de agradecer y a destacar la próxima aparición de un cómic sobre la vida de nuestro gran Ramón y Cajal que aparecerá proximamente.



Nacho Padró

miércoles, 26 de agosto de 2015

Xenotrasplantes o cómo te puede salvar la vida el corazón de un cerdo

 
¿Qué son los xenotrasplantes? Estos órganos de reemplazo pueden suponer la diferencia entre la vida y la muerte para muchos pacientes. Y todo gracias a los animales, la cirugía y la ingeniería biológica. 
A pesar de que las cifras de donantes de órganos ha aumentado notablemente en los últimos años, la necesidad de nuevos órganos sigue siendo creciente. A medida que aumentamos en número, envejecemos y mejoramos en medicina la necesidad de órganos de reemplazo crece también. Y debido a que todo el mundo quiere conservar sus órganos, al final no tenemos más remedio que buscar nuevas soluciones. Como los xenotrasplantes. Esta medida se presenta como un paso intermedio verdaderamente interesante. Y más a la luz de los últimos resultados. Veamos por qué. 

¿Qué son los xenotrasplantes? 

Del griego xenos, extranjero y transplante, esta técnica consiste en transplantar tejido externo, normalmente de animal, en un individuo. Como acabamos de decir, la técnica se refiere principalmente a órganos u otros tejidos obtenidos de primates o cerdos. Para poder hacerlo, hay que sortear numerosos problemas y peligros. ¿La finalidad? Reemplazar un tejido dañado. Por ejemplo, un corazón un un riñón que necesitan un trasplantes. En vez de obtenerlo de un donante, en los xenotrasplantes se extraen de animales mediante una operación quirúrgica. 
 
Courier Journal 
Aunque parezca mentira, los xenotrasplantes son más comunes de lo que la gente imagina. A día de hoy existen varios tejidos obtenidos directamente de los cerdos, como las válvulas del corazón, por ejemplo, que se emplean con bastante normalidad. En el siglo XIX a los doctores les dio por probar diversos xenotrasplantes tales como la piel de rana o parte de los testículos de babuino (sí, para humanos, por supuesto). En los últimos 30 años varios han sido los pacientes que han recibido trasplantes de cerdos o babuinos como medio 
 Los transplantes de válvulas coronarias de cerdo son bastante comunes hoy día 

Pero en definitiva, los xenotrasplantes se perciben a día de hoy como una posibilidad muy seria de salvar vidas. Hace muy poco recibíamos la noticia de que el babuino que recibió un xenotrasplante de un cerdo lleva viviendo con el corazón donado más de 900 días. Si el babuino puede hacerlo, es asumible pensar que un ser humano también podría. Así que, todo sea por salvar vidas humanas. Los xenotrasplantes son una realidad asequible y factible. ¿Por qué no usarlos más a menudo? 

¿Qué puede salir mal? 

Aunque los xenotrasplantes son una interesante alternativa, todavía existen algunas barreras que superar. Muchos de los impedimentos están prácticamente dominados. Sin embargo, todavía resultan muy molestos. El principal de ellos es debido a nuestro sistema inmune. El rechazo de un órgano externo se debe a que nuestra primera línea de defensa se encarga de responder ante todo lo extraño que penetra dentro de nuestro cuerpo. Es la única manera de combatir infecciones, parásitos y otras cosas. Pero ese mismo sistema detecta el tejido extranjero y lo ataca como si fuera algo dañino. Para evitarlo, se puede emplear una suerte de tratamientos capaces de mitigar su efecto. Sin embargo, 
 El principal problema es, básicamente, el peligro de rechazo del tejido. 

Para evitar que el remedio sea peor que la enfermedad se puede utilizar una suerte de animales modificados genéticamente. Estos animales están preparados para carecer de los marcadores que emplea el sistema inmune para detectar a un posible enemigo. Ahora que hemos solucionado este problema, nos topamos con otra cuestión. En la naturaleza existen pocas enfermedades compartidas entre especies. Esto se debe, principalmente, a que cada animal es un mundo completamente distinto a nivel molecular y fisiológico. Aunque compartimos cosas muy parecidas, los organismos y los virus se especializan en células y tejidos concretos. ¿Qué pasaría, entonces, si un virus del animal al que le hemos extraído el órgano contagiase a dicho órgano? Ocurriría una xenoenfermedad que podría destruir el tejido fácilmente, entre otras muchas cosas. 
 
Maurice (Flickr) 
Pero probablemente la barrera más real y difícil de superar sea de cuestión ética y moral. En primer lugar, el miedo. Todavía existe miedo a lo desconocido; a lo que suena extraño. También existe miedo (infundado) a palabras tales como "modificado genéticamente". Existen también cuestiones culturales y religiosas que predican en contra de los xenotrasplantes. Estas tres cuestiones, en mi opinión, no tienen razón de ser pues no se fundamentan en preocupaciones claramente definidas o que no hayan sido ampliamente superadas. Por otro lado, existe otra cuestión ética y es que, ¿está bien quitarle la vida a otro ser vivo para que nosotros vivamos? Al fin y al cabo, esto es lo que hacemos prácticamente todos los días cuando comemos. Aún así, las condiciones en las que lo hacemos dentro de los xenotrasplantes no dejan de ser llamativas. En cualquier caso, más allá de estos problemas, parece que cada vez dominamos mejor la técnica. Y es que nunca se sabe cuando un cerdo puede salvarte la vida. 
HIPERTEXTUAL.com

Diez magufadas que la gente se sigue tragando a pesar de haber sido refutadas por la ciencia

Homeópatas, tarotistas, activistas anti vacunas, seguidores de Iker Jiménez todos: Estas magufadas han llenado revistas, libros y programas de televisión desde hace la tira de tiempo, aligerando en el proceso el bolsillo (y en algunos casos arruinando la vida) de un público crédulo. Todo ello a pesar de haber sido refutadas científicamente por activa, por pasiva y hasta por retroactiva. Para terminar de una vez por todas con estos mitos pseudocientíficos, hemos acudido a un auténtico látigo anti magufo: la ARP, Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico  y a su Directora Ejecutiva Antonia de Oñate
1. Las pirámides fueron construidas por extraterrestres (2660 a. C/ c. 1850 a. C. Egipto)
El mito: Una empresa de construcción alienígena llegó al planeta Tierra y levantó las pirámides con rayos láser y otras técnicas de construcción avanzada sin que los egipcios emigrasen cagaditos de miedo. Además se entretuvieron en enseñar a los locales electricidad, astronomía y en dejar mogollón de adivinanzas sobre su presencia y evidente egocentrismo en infinidad de monumentos para rompernos los nervios milenios más tarde y darles pasta a tutipleni a los guionistas de History Channel.
La realidad: “John Taylor y su libro “La Gran Pirámide” inauguraron en 1859 eso que algunos llaman “piramidología” y otros “piramidiotología“. Las pirámides de Giza, y sobre todo la Gran Pirámide, han dado pie a una abundante literatura permanentemente reñida con la arqueología.
La egiptología ha progresado con el tiempo y ha proporcionado respuestas racionales a preguntas relativas a los materiales, las técnicas de construcción, la elección de su emplazamiento. No hay un solo arqueólogo digno de tal nombre que piense en intervenciones alienígenas ni en los resobadísimos atlantes, sobre los que se ha escrito toneladas de papel a partir de una sola cita de Platón.
En el fondo, lo que hay tras esas búsquedas irracionales es mucha desconfianza sobre las capacidades humanas. En algún caso, es una manifestación de racismo más o menos encubierto: una “raza” no muy alta y bastante oscura de piel había podido construir una maravilla que dejaba boquiabiertos a señores muy blancos y muy rubios. Y, cómo no, si explotar el inexistente misterio genera dinero, no faltará quien lo abone”.
2. Las Vacunas son nocivas (1772, Reino Unido)
El mito: Las vacunas causan autismo u otro tipo de trastorno psicológico, SIDA o cualquier enfermedad según el grado de paranoia del teórico magufo. El Gobierno, los reptilianos, los francmasones, la Virgen de la Pandereta y los médicos lo saben pero están todos compinchados y siguen vacunando a los niños para controlar a la población.
La realidad: “Las vacunas cuentan con detractores desde los tiempos de Jenner. Menos mal que nadie les hizo suficiente caso: la viruela, que fue un terrible azote para la humanidad,  ha quedado erradicada. Otras amenazas horribles, como la polio, están en vías de desaparición. Hay enfermedades infantiles que pueden evitarse con una adecuada vacunación. No es obligatorio pasarlas. No se infringe ninguna sagrada ley natural ni divina evitando enfermedades. Y se evitan secuelas que pueden llegar a ser graves e incluso a costar la vida. No hay razón para consentir que haya  niños que mueran de sarampión o de difteria.  Y mucho menos si esa razón antivacunista se basa en el fraude científico,  como sucede cuando se quiere vincular la vacunación con el autismo”. 
3. Las Caras de Bélmez (1971, Bélmez de la Moraleda, Jaén, España) 
El mito: Una mujer jienense reparó en que en el suelo de su casa aparecían manchas que parecía rostros de seres de ultratumba.  Se realizaron investigaciones y contrainvestigaciones, incluso a cargo de una comisión gubernamental, experimentos en los que cada vez se llegaba a una conclusión distinta, psicofonías, y hasta excavaciones. Y es que, en una España pre democrática sin internet, televisión digital ni el Candy Crush, aquello provocó furor entre los aficionados a los misterios misteriosos. Se creó el turismo paranormal y muchos hicieron su agosto vendiendo libros o revistas sobre el fenómeno. Hace tan solo dos años el Ayuntamiento de Bélmez inauguró en el edificio de una antigua escuela un ‘Centro de Interpretación de las Caras’ pagado con fondos de la Unión Europea.
La realidad: “El verdadero misterio es cómo pudieron la Diputación de Jaén y el Ayuntamiento de Bélmez de la Moraleda gastar el dinero de los contribuyentes y obtener fondos europeos para financiar un centro de interpretación de las Caras de Bélmez. Casi un millón de euros públicos en seguir dando pábulo a leyendas supersticiosas, según las cuales aparecen imágenes más o menos toscas en una casa. Unos dicen que eso ocurre porque la casa está construida sobre un cementerio; otros, que así se manifiestan los familiares difuntos de la propietaria -ya fallecida- de la casa; y no falta quien dice que todo tiene relación con un episodio de la guerra civil. 
Cualquier cosa, salvo reconocer el primer análisis de las pinturas de Bélmez: se habían pintado con nitrato y cloruro de plata. Estas sustancias reaccionan a la luz y las imágenes pintadas con ellas aparecen paulatinamente. Esto es muy oportuno cuando se quiere hacer creer que no ha habido intervención humana. 
Los defensores del misterio afirman que un análisis del CSIC les da la razón, porque solo detectó hormigón,  sin pigmentos ni sales. Lo que se olvidan oportunamente de decir es que el CSIC también dijo que ignoraba cómo se había tomado la muestra que les habían llevado y también afirmó que se las habían entregado en un recipiente poco habitual para estos menesteres: un sobre de azúcar procedente de alguna cafetería. El análisis del CSIC tan paseado por los defensores del misterio solo dice que eso que les llevaron en un sobre de cafetería era hormigón”.
4. Los transgénicos son tan malos como las vacunas, o peor (1994, EEUU) 
El mito: La distribución de productos modificados genéticamente forma parte del programa Agenda 21 impulsado por los Rockefeller y los Ford para controlar la población del planeta. Todo, pasándose por el arco del triunfo las normas de etiquetado y rastreabilidad, las legislaciones internacionales, etc, etc. Para tapar la movida, deben tener a medio planeta a sueldo, menos a China, que ha relajado la política del hijo único lanzando hornadas de nuevos millones de chinos a las estadísticas demográficas. Imaginamos que para joder los objetivos anuales de los artífices de este triste complot.
La realidad: “Una buena información sobre los transgénicos ayuda a desprenderse de ideas preconcebidas. Es fácil atacarlos cuando se les caricaturiza como “Frankenfood“, como productos que atacan los cultivos tradicionales para satisfacer las ansias de multinacionales. Pero cuando mejora la información y la caricatura deja paso al retrato, las cosas cambian. 
La mayoría de los OGM se emplean para investigación científica y para producir a escala industrial proteínas terapéuticas a partir de bacterias o levaduras genéticamente modificadas: hablamos de algo tan esencial como la insulina y la vacuna contra la hepatitis B. ¿Qué atentado contra la salud pública se puede achacar aquí a los transgénicos que facilitan y abaratan la producción de medicinas esenciales?
Pero los transgénicos más conocidos son las plantas, esas que no se pueden cultivar en tantos países pero sí consumir en ellos. No hay estudios científicos serios que demuestren que sean nocivos. No hay razón para aplicar un exagerado sentido de la precaución que no empleamos en otros alimentos. No son directamente responsables de la existencia de monocultivos. No son los únicos culpables de que los agricultores deban comprar semillas nuevas cuando plantan: esto ocurre con la gran mayoría de las variedades comerciales,  que no son transgénicas. No son monopolios de malvadas multinacionales: hay un importante número de patentes procedentes de universidades, o de organismos estatales, como sucede en Cuba y Brasil. Es posible cultivar arroz dorado que pondría fin a la ceguera infantil causada por falta de vitamina A. Es posible cultivar trigo genéticamente modificado que acabaría de forma eficaz y barata con los problemas de los celíacos”.
5. La Sábana Santa (33 d.C, Palestina)
El mito: Al enterrar a Jesucristo, se colocó sobre su cuerpo un sudario, una tela de lino en la que quedó milagrosamente impresa la imagen del mítico hebreo.  Otro milagro la hizo sobrevivir supuestamente dos mil años y hacerla viajar entre Palestina y Turín (Italia) sin que se apulgarase.  No solo eso, además se produjo un efecto fan y multiplicador similar al de los panes y los peces, dado que en todo el mundo se conservan hasta cien réplicas de la sábana santa. Veinte de las copias, datadas entre los siglos XVI y XVII,  están repartidas por España, desde el pueblecito  zaragozano de Campillo de Aragón a Jerez de la Frontera pasando por Valladolid o Plasencia.
La realidad: “El origen medieval de la Sábana Santa está acreditado sin sombra de duda: lo que el carbono 14 demuestra no lo desacredita ni el voluntarismo más extremo. El cardenal Anastasio Ballestrero, arzobispo de Turín, encargó en 1988 una prueba de carbono 14, supervisada por el Museo Británico y ejecutada por tres laboratorios especializados de las universidades de Oxford y Arizona y del Politécnico de Zurich. Los resultados fueron claros: el lino del sudario data entre 1260 y 1390, con una fiabilidad del 95%. 
Frente a la contundencia de una prueba de datación por radiocarbono encargada por la propia diócesis de Turín, los defensores de la autenticidad de la reliquia afirman que Cristo liberó una energía desconocida en el momento de resucitar que había alterado las características de la Sábana. Hubo incluso quien afirmó que Libby, el inventor de la datación por carbono 14, había planteado dudas razonables sobre la ejecución de la prueba. Esto último es cómico: la prueba se efectuó en 1988, ocho años después de la muerte de Libby”.
6. Las cartas del Tarot (siglo XV, Italia)
El mito: El tarot es un supuesto método de adivinación del futuro mediante la interpretación de las cartas de una baraja surgido, según quien hable, en la cábala judía, el simbolismo egipcio, los cátaros, la cultura occitana, los gitanos, etc, etc. Hay hasta cinco configuraciones de tirada de las cartas e infinidad de diseños de baraja.
La persona dotada para su lectura hace de predecesora de google y le saca información a su cliente para responderle cosas que ya conoce o soltar vaguedades sobre el futuro del tipo “veo un viaje” o “veo a una mujer en tu vida”. El creyente vuelve a su casa comiéndose el coco sobre si el viaje del que hablaba la pitonisa será el que ha hecho de vuelta a casa en el autobús, con la cartera más ligera, o si su marido va a llevarla por fin ese verano a Torremolinos de vacaciones. Tranquilo, habrá algún viaje.
La realidad: “El tarot es uno de tantos pretendidos métodos de adivinación del futuro. Para aceptarlo como válido habría que creer que el futuro puede conocerse porque está escrito. Una vez se da por bueno que el futuro es una realidad que está escrita en algún sitio, es fácil caer en cualquier técnica de adivinación. El presunto prestigio de la antigüedad redondea el panorama.
Pero lo que realmente funciona es la lectura en frío: ese conjunto de técnicas con las que se “lee” en una persona a quien no se conoce. De forma rudimentaria, todos somos lectores en frío; estamos acostumbrados a emplear técnicas inductivas de forma espontánea. Cuando se estudian las técnicas, los resultados son aún mejores. Lo cierto es que todos proporcionamos más información de lo que creemos sobre nosotros mismos. Los tarotistas y demás adivinadores se valen de esa lectura en frío para lanzar suposiciones que no chirríen y hacerlas pasar por predicciones serias. Y, de paso, para legitimar su papel: si son capaces de saber tantas cosas de alguien a quien no conocen, ¿cómo no van a adivinar su futuro? Muy lógico todo”. 
7. Conspiración lunar (1969, EEUU)
El mito: La llegada del hombre a la Luna fue un montaje de los Estados Unidospara mostrar su superioridad tecnológica sobre la Unión Soviética y ganar así la denominada ‘Carrera Espacial’ . Se suele salpicar con interpretaciones tendenciosas de las fotos de las misiones Apolo: que si las sombras de los astronautas no son correctas, que si hay supuestos movimientos en las banderas americanas por un viento inexistente en nuestro satélite sin atmósfera, etc, etc.
Otra rama de las conspiraciones lunares prefiere asegurar que la NASA nos oculta pruebas sobre restos de antiguas civilizaciones, supuestas bases alienígenas o de nazis emigrados en platillos volantes al final de la Segunda Guerra Mundial. Por lo menos, esta teoría sirvió de inspiración para el frikifilm Iron Sky, que ya es algo.
La realidad: “Lo más chusco de este mito es que los conspiracionistas lunareshan intentado llevar a cabo lo que nunca hizo la Unión Soviética en plena Guerra Fría. El gobierno soviético no llegó nunca tan lejos como para desacreditar a su rival negando la llegada a la Luna. Ningún científico soviético de gran nivel habría hecho públicas hipótesis basadas en malas percepciones o fácilmente desmontables con un mínimo de conocimientos.  
Unas 800 personas participaron en la misión a la luna. Resulta difícil creer que hubiera podido mantenerse una estafa así con tantos testigos, más aún si consideramos que los servicios secretos soviéticos no se dedicaban a jugar al bingo.
Pero esta teoría conspirativa, como tantas otras, atrae partidarios porque llevan marca de rebeldía frente al poder establecido. Si el poder dice que el hombre llegó a la Luna, se niega. Aunque se empleen hipótesis flojas. Aunque no lo negasen sus rivales en la carrera espacial”. 
Las civilizaciones perdidas, las bases alienígenas y el refugio nazi lunar forman parte de esa costumbre de soltar enormidades sin ningún respaldo. La carga de la prueba recae sobre quien afirma que esas cosas son ciertas. Estamos esperando esa demostración. Sentados.
8. El monstruo del lago Ness (Siglo VII, Reino Unido)
El mito: En un lago de Escocia habita una extraña criatura milenaria que ha sido descrita como: un pez enorme (1868), algo similar a un elefante (1923) un ser prehistórico (1933) o un cocodrilo (1938). El supuesto bicho subacuático (del que nunca se ha detectado un cagarro flotante) es, junto al Yeti, una de las estrellas de la criptozoología, una pseudociencia que se ocupa de la búsqueda de animales cuya existencia no ha sido probada. El último avistamiento, una foto de Apple Maps del 2014 resultó ser un barco.
La realidad: “Como diría Carlos Chordá, autor de “El Yeti y otros bichos, ¡vaya timo!“, parece que Nessie es más bien un ave de corral: la gallina de los huevos de oro. No hay guía turística ni recorrido turístico de Escocia que no hable del criptobicho más famoso de Europa. Nessie atrae la atención sobre el lago Ness y su entorno y genera muchos ingresos. 
El dinero también fluye a la hora de intentar encontrar a Nessie. Desde hace algunos años se han instalado cámaras web que enfocan distintos puntos del lago durante todo el día.  En varias ocasiones lo han recorrido minisubmarinos y se ha barrido con detectores de sonar. Ni rastro de Nessie, ni de sus excrementos. 
Se habla de la existencia del monstruo del lago Ness por avistamientos y por algunas fotografías. Muchos avistamientos parecen confusiones. Es fácil creer que los objetos son grandes cuando se carece de referencias de tamaño y es todavía más fácil confundirse cuando el espectador quiere encontrar algo concreto… como un monstruo de cuello largo. En cuanto a las fotografías, la más famosa de ellas (conocida como “la del cirujano”) es una falsificación”.
9. Homeopatía (1796, Alemania)
El mito: Método curativo creado en por Samuel Hahnemann basado en su doctrina de «lo similar cura lo similar»: una sustancia que cause los síntomas de una enfermedad en personas sanas curará lo similar en personas enfermas. Lo homeópatas usan diluciones sucesivas de la sustancia elegida en alcohol o en agua destilada tras consultar libros de referencia conocidos como repertorios y teniendo en cuenta los síntomas de los pacientes, su personalidad, estado físico y psicológico, etc.
La realidad: “La homeopatía se inventó en una época en que la medicina mataba más de lo que curaba. Las sangrías, los eméticos, las purgas y tantos otros procedimientos nocivos eran tan mortíferos como las propias enfermedades. En el momento en que apareció la homeopatía,  su ventaja era evidente. Entonces, como ahora, los productos homeopáticos no servían para nada, pero tampoco hacían daño: las enfermedades cursaban normalmente y, frecuentemente, los enfermos se recuperaban.
Pero la medicina cambió drásticamente con la incorporación del doble ciego y el conocimiento de los patógenos. El posterior descubrimiento de los antibióticos ayuda a mejorar las posibilidades médicas.  La medicina ya no es esa disciplina que castigaba al enfermo con tratamientos inútiles y nocivos. La homeopatía, en cambio, sigue estando en el mismo sitio donde la dejó su inventor. Las innovaciones se limitan a cosas tan originales como prescribir para la sensación de ahogo y opresión… Muro de Berlín triturado y diluido.
Los tres principios en que se basa la homeopatía no están acreditados científicamente. Ni el de la similitud (lo igual cura lo igual), ni el de las dosis infinitesimales (a mayor dilución, mayor efecto), ni el de la memoria del agua (el excipiente retiene las propiedades de principios que alguna vez contuvieron)”.
10. “Nos están fumigando”. Chemtrails (Canadá, 1997) 
El mito: Alguna organización supragubernamental secreta invierte millones de euros cada semana en lanzar toneladas de productos químicos a la atmósfera, desde aviones que no son controlados por aviación civil, pilotados por miles de pilotos que nunca le han contado a sus esposas a qué se dedican (ni siquiera a cambio de sexo anal) ni han vendido una entrevista exclusiva a Lecturas. Así llevan haciendo casi veinte años, con intenciones secretas pero sin duda aviesas que normalmente incluyen: envenenamiento masivo de la población, modificación genética masiva de la población, cambio climático en general.
La realidad: Como sucede con tantas otras maquinaciones extrañas, la carga de la prueba recae en el acusador, pero también podemos esperar sentados.
Esas estelas a las que culpan de envenenar a la población y a la tierra son simples e inofensivas estelas de condensación. Y no se ha podido demostrar nunca otra cosa, más allá de las sospechas y los pálpitos de algunas personas. 
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