martes, 22 de diciembre de 2015

De pez de agua salada a pez de agua dulce en apenas 50 años

peces
El 27 de marzo de 1964, un terremoto de 9,2 grados en la escala de Richter –el segundo más fuerte de la historia– devastó el sudeste de Alaska. Una de sus víctimas fue el entonces pez de agua salada espinoso o espinocho (Gasterosteus aculeatus), atrapado en pequeños lagos o estanques formados como consecuencia del temblor en las islas del Prince William Sound (Estrecho Príncipe Guillermo) y el golfo de Alaska.
Y, como han descubierto científicos de las universidades de Oregón y Alaska, el cuerpo del pez espinoso inició entonces una carrera evolutiva desesperada para adaptarse a su nuevo hábitat de agua dulce. Con éxito: en solo cinco décadas, esta especie acuática experimentó cambios notables en la forma de su cuerpo, los ojos, la pigmentación, el tamaño de las espinas, la cobertura corporal y, por supuesto, su genoma.
Esto respalda la hipótesis de que la evolución no necesita miles o millones de años para modelar los organismos de los animales: un evento catastrófico o una transformación medioambiental súbita pueden acelerar el ritmo a escalas temporales de décadas o incluso años incluso en los vertebrados.
Los expertos sabían que Gasterosteus aculeatus ya se había adaptado al agua dulce antes, hace 13.000 años, cuando hubo un retroceso de los glaciares, pero ahora han comprobado cuán rápido puede hacerlo. Para ello, han utilizado una tecnología llamada de Secuenciación de ADN Asociado a Sitios de Restricción (RAD-seq). “El cambio no es simplemente cosmético, como ponerse moreno por efecto del sol; el genoma ha sido rápidamente remodelado. Este hallazgo quizá nos permita comprender mejor cómo está afectando el cambio climático a todo tipo de especies”, ha explicado Susan L. Bassham, coautora de la investigación.

Imagen: Universidad de Oregón
Pablo Colado
MUY INTERESANTE

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