Las Perlas Negras de Tahití.

Llamadas Te ufi o Poe Rava estas preciosas y buscadas perlas se encuentran en los mares del Sur, siendo las mejores las cultivadas en los atolones de Tuamotu y Gambies.
Cultivadas a partir de la Pinctada margaritifera o madreperla de labios negros, estas perlas de color negro natural son el producto de un curioso sistema de defensa del manto. En el momento que detecta que algún trozo de arena o alguna impureza se le coloca en su interior (las cultivadas reciben un núcleo de unos 6 mm), la madreperla exuda una capa a su alrededor formada por aragonito y conquiolina que envuelve a la molestia con un ritmo de 1 mm/año.

¿Y es fácil cultivarlas?, pues bien, para que entendais lo dificil y el precio que tiene, hay que saber que sólo un 5% de las cultivadas acaba teniendo la perla deseada. De cada 100, 25-30 mueren, otras 25-30 rechazan el implante y de las 40 restantes sólo 5 sacan una perla perfecta.
Cuenta la leyenda que la perla tahitiana es un regalo del Dios Oro a la princesa Bora Bora en señal de amor. Por ello se considera un símbolo de la realeza. Y aún así no siempre ha sido tan deseada.
Los japoneses tienen la patente de cultivo desde 1896 a cargo de Kokichi Mikimoto, y que posteriormente fue mejorado por Tatsuhei Mise y Tohicho Niohikava. Pues bien, el impulso vendedor y el hacerlo entrar en el comercio fue gracias a Salvador Assael que tras la II Guerra Mundial, cambió los relojes suizos que necesitaban los japoneses por sus perlas, ya que no tenian dinero y de ahí que empezara un largo imperio perlífero.

Nacho Padró