jueves, 19 de julio de 2018

¿Qué hacía una cacatúa en la Sicilia medieval?

Mantegna pintó esta cacatúa en su Madonna della Vittoria, hoy en el Louvre. Se había afirmado que era la primera representación europea de esa ave australásica, pero se ha identificado una 250 años anterior en el gran libro de cetrería del emperador Federico II [Museo del Louvre, dominio público, detalle].

Es bien conocida la pasión que el emperador
Federico II sentía por la caza, y es bien sabido también que mantenía una amplia colección de animales. Ambas aficiones se combinaron en su obra De arte venandi cum avibus (Del arte de cazar con pájaros), que elaboró entre 1241 y 1248, y que es considerado el más importante libro ornitológico y cinegético de su tiempo. En este memorable libro se encuentran más de 900 ilustraciones de aves de distintas especies, muchas de las cuales se representaban allí por primera vez en Europa. Llama particularmente la atención el dibujo en color de una cacatúa, que se ha identificado ahora como una cacatúa de moño amarillo (Cacatua galerita) o una cacatúa sulfúrea (Cacatua sulphurea). Y esto lleva a repensar las rutas comerciales medievales, escriben Heather Dalton, de la Universidad de Melbourne, y sus colaboradores en Parergon.
El monarca recibió este pájaro como presente del «sultán de Babilonia» (el sultán de Egipto al-Malik Muhammad al-Kamil, de origen kurdo), tal y como el propio Federico II escribe en el libro. Y el sultán, a su vez, debió de hacerse con la cacatúa gracias a rutas comerciales muy largas, pues ambas especies vivían a miles de kilómetros de distancia. La cacatúa de moño amarillo, con diferentes subespecies, reside en Australia, Nueva Guinea e islas adyacentes, y la sulfúrea procede entre otras islas de Sulawesi y Timor. Las cacatúas son aves con una esperanza de vida larga; se las tiene por bastante robustas y se adaptan bien a la convivencia con las personas. Resulta verosímil, pues, que aguantasen el viaje, probablemente de varios años de duración, desde Australasia hasta Europa.
Es posible incluso que ya en la Edad Media hubiese una conexión comercial, al menos esporádica, por la que circulasen  también animales, plantas y materias primas australásicas y los transportase hasta Europa, como Dalton escribe en otro artículo. Al continente mismo solo llegarían los europeos siglos después.
El análisis del libro ha adelantado en 250 años la presencia de una cacatúa en Europa. Hasta ahora, se tenía por primera prueba de tal presencia a un cuadro de altar de Andrea Mantegna, de 1496. La propia Dalton había estudiado antes lo que implicaba.
Los pigmentos rojos en el ojo del ave indican que Federico II poseía una hembra; los machos tienen los ojos negros.
Daniel Lingenhöhl / spektrum.de 
Artículo traducido y adaptado por Investigación y Ciencia con permiso de Spektrum der Wissenschaft.

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