sábado, 20 de septiembre de 2014

Porqué las grabaciones del Apolo 11 no son ningún fraude

Existe la extendida leyenda urbana de que la misión Apolo 11 que llevó al ser humano por primera vez a la Luna fue un cuidadoso montaje del Gobierno de EE.UU. que se rodó en secreto en la Tierra. Este es, probablemente, el mejor vídeo que desmonta esa teoría. No prueba que el hombre fuera a la Luna. Lo que prueba es que no existía la tecnología para elaborar ese fraude.


El vídeo es un clásico de Internet rodado y protagonizado por el escritor y realizador S.G. Collins. No es nuevo, pero mucha gente no lo conoce. En él vídeo, Collins, con no pocas dosis de humor, comienza explicando que no tiene el más mínimo interés en defender el honor de Estados Unidos, cuyo gobierno miente todos los días en todos los temas. El realizador simplemente explica que el problema de la teoría del fraude del Apolo XI y las misiones posteriores que alcanzaron la Luna es que en 1969 no existían tecnologías de rodaje ni de efectos especiales lo bastante avanzadas como para simular las condiciones que se aprecian en el vídeo del alunizaje.

Por qué las grabaciones del Apolo 11 en la Luna no son ningún fraude

Collins defiende que, sin embargo, la tecnología y la locura necesarias como para enviar a tres hombres a la Luna sí que estaban presentes. El caldo de cultivo para semejante viaje lo había creado la propia guerra fría entre Estados Unidos y la Antigua Unión Soviética, un período de inusitado desarrollo científico, especialmente en los campos de aeronáutica, motores a reacción, y armamento.


Por contra, la tecnología de vídeo en 1969 era tan primitiva que la NASA no hubiera sido capaz de elaborar el alunizaje del Apolo desde la Tierra, ni siquiera con la supuesta ayuda de Stanley Kubrick. Se dice, por ejemplo, que la ingravidez lunar fue simulada mediante cámara lenta, pero para rodar ese efecto son necesarias cámaras de alta velocidad que no existían en 1969. El movimiento lento se podía haber simulado reproduciendo el vídeo con más lentitud en un formato de 35 milímetros, pero el número de fotogramas por segundo al que están grabadas las imágenes no concuerda con ningún proceso existente en la época.


Los entusiastas de la magia, las leyendas, y las historias de conspiraciones han elaborado muchas otras teorías paralelas sobre tecnologías secretas que la NASA tenía en su poder en 1969 para haber creado ese vídeo, y los de todas las misiones posteriores. El vídeo de Collins, sin embargo, sigue siendo una de las demostraciones más brillantes de cómo el ser humano está dispuesto a inventar una verdad propia cuando no le gusta la real. Incluso aunque está solo en inglés, es tremendamente recomendable. 
También es muy interesante el capítulo del programa Cazadores de Mitos sobre esta cuestión. Aquí os dejamos la primera parte de ese capítulo en español.
Fotos: NASA
GIZMODO

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