El último viaje del transbordador Discovery ya es historia. Se posó a las 16:57 UTC del 9 de marzo, en la pista del centro espacial Kennedy, dejando atrás 365 días de experiencia espacial acumulada. Su próximo destino será probablemente un museo, mientras la NASA efectúa las dos últimas misiones del programa y concluye, ya definitivamente, los 30 años de historia del Space Shuttle.
Los astronautas pasaron sus últimas horas (día 8 de marzo) probando los elementos necesarios para el aterrizaje (incluyendo los motores auxiliares) y hablando con la prensa. También enviaron un mensaje especial para conmemorar las tres décadas en activo de la lanzadera y el regreso final a casa del Discovery.
Lindsey y Boe trabajaron en el experimento RAMBO (Ram Burn Observations), que sirvió para analizar el comportamiento de los gases de escape de uno de los motores de maniobra orbital del vehículo.
Sus compañeros, además, guardaron en lugar seguro el utillizaje no necesario para el descenso, y toda la tripulación participó en la acostumbrada reunión previa a la reentrada.
Luego se fueron a dormir, no sin antes plegar la antena de comunicaciones de alta ganancia del transbordador. A la mañana siguiente, el tiempo estaría ya por completo dedicado a preparar el aterrizaje. Con la meteorología en la zona de llegada cooperando plenamente, la NASA dio luz verde a la maniobra.
Se cerraron las compuertas de la bodega del Discovery, los astronautas se pusieron los trajes espaciales y se entró en los ordenadores el programa de descenso. Fue entonces cuando la NASA autorizó definitivamente el encendido de los motores, que frenaron al vehículo y le llevaron a iniciar la reentrada sobre la atmósfera. La nave entró en ella a las 16:25 UTC, y 32 minutos después, tras reducir suavemente su velocidad, se posaba sobre la pista principal del centro espacial Kennedy. El Discovery había completado 202 órbitas en una misión de 12 días, 19 horas, 4 minutos y 50 segundos.
Así terminó la misión número 39 y última del Discovery, la nave que dio 5.830 vueltas a la Tierra en 365 días, todo un año en órbita.
En el edificio de ensamblaje de vehículos, mientras tanto, el transbordador Endeavour (STS-134), unido a su tanque externo y a los dos aceleradores sólidos, está a punto para ser trasladado a la zona de lanzamiento. Su vuelo a la estación internacional servirá para llevar suministros y un importantísimo instrumento de física (AMS).
Marga Parra
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