Al igual que todas las galaxias, la Vía Láctea alberga a una extraña sustancia llamada materia oscura. La materia oscura es invisible, delatando su presencia sólo a través de la atracción gravitacional que ejerce sobre la materia visible. Sin la materia oscura manteniéndola unida, las estrellas más rápidas de nuestra galaxia se desperdigarían por todas direcciones. La naturaleza de la materia oscura es un misterio, que, en vez de aclararse un poco, se ha oscurecido aún más a raíz de los desconcertantes resultados de una nueva investigación.
"Después de completar este estudio, sabemos menos acerca de la materia oscura de lo que sabíamos antes", acota con ironía Matt Walter, coautor del estudio, del Centro para la Astrofísica, organismo gestionado conjuntamente por la Universidad de Harvard y el Instituto Smithsoniano.
El modelo cosmológico estándar describe un universo dominado por la energía oscura y la materia oscura. La mayoría de los astrónomos supone que la materia oscura consiste en unas exóticas partículas "frías" (es decir, de movimiento lento) que se agrupan por la gravedad. Con el paso del tiempo, estos cúmulos de materia oscura crecen y atraen a la materia normal, formando las galaxias que vemos hoy en día.
Los cosmólogos utilizan potentes ordenadores para simular este proceso. Las simulaciones muestran que la materia oscura debe estar densamente concentrada en el centro de las galaxias.
En cambio, las nuevas mediciones realizadas por Walker y Jorge Peñarrubia (Universidad de Cambridge, Reino Unido) sobre dos galaxias enanas en el vecindario de la Vía Láctea, muestran que contienen una distribución homogénea de materia oscura. Sus datos indican que, en ambos casos, la materia oscura está distribuida uniformemente por una región bastante grande. Esto contradice la predicción de que la densidad de la materia oscura debería aumentar de forma pronunciada hacia los centros de estas galaxias. La contradicción sugiere que el modelo cosmológico estándar puede estar equivocado.
Las nuevas mediciones implican que la materia normal afecta a la materia oscura más de lo esperado, o bien que la materia oscura no es "fría".
El equipo espera determinar en el futuro cuál de estas dos hipótesis es la correcta. Para ello, estudiará más galaxias enanas, en particular a las galaxias con un porcentaje de materia oscura aún mayor.
Las galaxias enanas están compuestas de hasta un 99 por ciento de materia oscura y sólo el 1 por ciento de materia normal (la materia de la que están hechos los planetas, las estrellas y otros astros detectables). Esta disparidad hace que las galaxias enanas sean objetivos ideales para los astrónomos que buscan desentrañar la identidad de la materia oscura
Eli Mosolova
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