La mayoría de las poblaciones humanas son el producto de una serie de expansiones geográficas y demográficas que han tenido lugar desde que los humanos modernos salieron de África hace unos 50.000 años para colonizar el resto del mundo. Pero ¿cómo han influido estos procesos en la diversidad de la población actual?
Un equipo internacional de investigadores dirigido por Damian Labuda de la Universidad de Montreal, Hélène Vézina de la Universidad de Quebec en Chicoutimi, ambas instituciones en Canadá, y Laurent Excoffier de la Universidad de Berna en Suiza y el Instituto Suizo de Bioinformática, ha estudiado los efectos de las expansiones territoriales y demográficas rápidas de la evolución humana reciente.
Utilizando las genealogías de un millón de personas en una zona de Quebec colonizada en una época relativamente reciente, los autores del estudio han demostrado que los colonos pioneros en el frente de la ola de colonización tuvieron una ventaja selectiva, de modo que sus genes son ahora los predominantes en toda la población de la zona. Es probable que se hayan producido procesos similares en otras regiones del mundo, por lo que este estudio sugiere que las expansiones territoriales y demográficas rápidas desempeñaron un papel clave en la evolución humana.
Los mecanismos exactos de la expansión de la población son difíciles de estudiar pues se extienden a lo largo de muchas generaciones, abarcando cientos o miles de años.
La expansión de los humanos en la zona de Charlevoix y Saguenay - Lac St. Jean, en Quebec, ofreció a los investigadores una magnífica oportunidad de estudiar una expansión demográfica y territorial con un nivel de detalle que llega al día, gracias a la disponibilidad de profundas y completas genealogías reconstruidas a partir de los registros de las parroquias.
Con esta valiosa información, se pudo reconstruir la genealogía de los descendientes de todas las parejas que se casaron en estas regiones entre 1686 y 1960. Para el procesamiento de toda esta documentación fue crucial la base de datos BALSAC, gestionada por Hélène Vézina. El análisis de esta enorme genealogía con más de un millón de personas muestra que los genes presentes en la población actual en su mayoría fueron transmitidos por los antepasados que vivían en o cerca de la parte frontal de la ola de expansión.
Hubo, por tanto, mejores oportunidades de éxito evolutivo a largo plazo para los pioneros en la colonización de la zona. Las mujeres en el frente de la ola de expansión tenían una ventaja selectiva. Se casaban un año antes que las mujeres en la zona central del área de colonización y tenían un 15 por ciento más de niños, e incluso un 20 por ciento más de hijos casados. La explicación lógica a esta elevada fertilidad en el frente de la ola es el aumento en la abundancia de los recursos disponibles, y la baja competencia entre las personas que accedían a los mismos. La gente realmente podía casarse más joven y fundar una nueva familia, ya que había más tierras de cultivo disponibles en el frente de la ola que en la zona central del área de colonización donde las tierras buenas en su mayoría ya estaban ocupadas.
Algunos otros rasgos humanos además de los que el equipo ha medido también pudieron evolucionar durante estas expansiones territoriales y demográficas. Más específicamente, si hay rasgos humanos que promueven la conducta de exploración y colonización, seguramente comenzaron a forjarse durante expansiones anteriores del mismo tipo. En otras palabras, la curiosidad humana y el deseo de averiguar qué hay al otro lado de la montaña o colina próximas podría ser uno de estos rasgos hereditarios, potenciados en la humanidad actual por la ventaja evolutiva de los pioneros.
Eli Mosolova
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