Leo en un artículo del genial Jesús Mosterín sobre las interacciones ciencia-religión una descripción muy interesante sobre los científicos: refiriéndose a los científicos de ahora dice que El científico típico sabe cada vez más sobre cada vez menos. Y al definir que debería ser un científico afirma: El científico es también un ser humano dotado de una curiosidad sin límites, que se extiende más allá de las fronteras de su propia especialidad, y dotado de un agudo sentido crítico. Eso es lo que le permite seguir filosofando, como hacen los científicos de cierta talla que filosofan y especulan... pues la ciencia de hoy sirve de punto de partida de la filosofia de mañana mientras los nuevos resultados científicos estimulan a la filosofia a progresar.
Ojalá que las nuevas generaciones de científicos mantengan la curiosidad y la capacidad crítica para ser algo más que simples científicos encerrados en su pequeña parcela de conocimiento. ¿Y tú, que opinas?.
Nacho (epistemólogo).
