serpientes

Los especialistas discrepan acerca del origen de las modernas serpientes. Unos piensan que su ancestro era un reptil que perdió las patas y fue estilizando su cuerpo para adaptarse a un hábitat acuático, características que mantuvo cuando salió del agua. Otros sostienen que se trataba de un lagarto que en su paso a la vida subterránea prescindió de las patas para moverse mejor por túneles y madrigueras.
Ahora, un nuevo estudio afirma que la “madre de todas las serpientes” vivía bajo tierra, y descarta la hipótesis del reptil marino. Los autores del trabajo, publicado en Science Advances, son los paleontólogos Hongyu Yi (de la Universidad de Edimburgo) y Mark Norell (del Museo Americano de Historia Natural, en Nueva York). Para su investigación, han usado escáneres de rayos X con los que han creado modelos virtuales en 3D del oído interno de 44 especies de reptiles modernos y de fósiles de otros extinguidos.
Después, han comparado esos modelos con el oído interno de Dinilysia patagonica, una serpiente que vivió hace unos 90 millones de años y está relacionada con el origen de estos animales.
Las serpientes se valen del oído interno –una diminuta estructura ósea situada en su cráneo– para su audición y equilibrio. En el caso de las especies modernas subterráneas y de Dinilysia patagonica, ese órgano presenta una forma esférica, a diferencia del de las serpientes acuáticas y las que prosperan en la superficie. Esa forma de globo serviría para detectar con más precisión los sonidos de baja frecuencia, lo que ayudaría a los ofidios subterráneos a detectar las vibraciones producidas por sus presas o depredadores al moverse.
El análisis de especímenes extinguidos y actuales ha permitido a los científicos deducir que Dinilysia patagonica, un reptil de unos 2 metros de longitud que se encuentra en la raíz del árbol evolutivo de las modernas serpientes, era un animal subterráneo y excavador, y que también lo eran los ofidios que dieron origen a los que conocemos hoy.