lunes, 30 de diciembre de 2019

lunes, 23 de diciembre de 2019

miércoles, 18 de diciembre de 2019

Frankenstein y el aceite Dippel


Johann Konrad Dippel.
Johann Konrad Dippel.
Que Mary Shelley escribiese la novela Frankenstein es un hecho incuestionable. Todo el mundo lo sabe. Lo que la mayoría de la gente desconoce es que existe un castillo con el mismo nombre de su novela y que data de mediados del siglo XIII, es decir, la Edad Media; época europea que duró algo así como diez siglos y cuya característica arquitectónica principal fue la construcción de fortalezas o castillos para defenderse de los moros. Uno de ellos fue el citado castillo de Frankenstein, en Alemania, muy próximo a la ciudad de Darmstadt.
Etimológicamente, Frankenstein viene a significar en alemán algo así como la piedra de Frank y los primeros en utilizar dicho nombre fueron los hijos de Konrad Reiz von Breuberg, responsable de levantar el castillo. El verdín de la Historia fue tiñendo las piedras de la fortaleza y con el musgo fueron creciendo sus habitantes durante generaciones, así como los pleitos entre ellos. Al final, el castillo se troceó debido a una resolución salomónica y la familia Frankenstein quedó dividida. Cosas que pasan. Asunto nada original el de los pleitos de familia.
Al final, mediando el siglo XVII el castillo se pone en venta y es adquirido por el conde de Hesse-Darmstadt. Con todo, lo que aquí nos interesa es que en el citado castillo nació y llevó a cabo sus experimentos el teólogo y alquimista Johann Konrad Dippel (1673- 1734), descubridor del aceite que lleva su nombre y que se utilizó para desnaturalizar el alcohol y también para envenenar el agua de los depósitos durante la Segunda Guerra Mundial. Como no es una sustancia letal, se aceptó su uso en los acuerdos de Ginebra.
El aceite se utilizó para desnaturalizar el alcohol y también para envenenar el agua de los depósitos durante la Segunda Guerra Mundial
Dicho aceite se obtiene de la destilación de huesos descompuestos. Es posible que Dippel lo descubriera por casualidad, y que en uno de sus continuos experimentos alquímicos consiguiese dar con este aceite de color marrón oscuro -pongamos que diarreico- y con un aspecto semejante al alquitrán líquido. Su desagradable olor completa el calificativo. Pero a lo que vamos, que el tal Dippel era un tipo curioso que firmaba las cartas como "Frankensteinensis" y que dio a la imprenta un libro escrito bajo el seudónimo de Christiano Democrito, titulado Vitae animalis morbus et medicina (1730). Entre sus páginas podemos encontrar apuntes acerca de experimentos realizados con huesos y carne de animales hervidos con el objetivo de sanar a personas endemoniadas. Porque Dippel sostuvo que el ser humano tiene alma y que esta puede ser trasladada de un cuerpo a otro mediante un embudo.
Los rumores acerca de sus experimentos son sólo eso: rumores sin base científica alguna. Lo único cierto es que las habladurías en torno a su figura hicieron crecer su leyenda muchos años después de su muerte. Por lo mismo, el descubrimiento del aceite que sirvió para desnaturalizar el alcohol se vio eclipsado por la ficción y, de esta manera, Dippel pasaría a la Historia como ladrón de cadáveres. Cuerpos inertes que almacenaba en las estancias del castillo y con los que experimentó día y noche, injertando trozos de unos en otros, construyendo así monstruos a retales. Parece ser que murió en uno de sus experimentos, probando una mezcla alquímica que le hizo espumar por la boca.
Es posible que Mary Shelley visitase el castillo en 1816, en el verano más frío de su vida, antes de llegar a Villa Diodati en Coligny, Suiza, donde una noche creo a su criatura más literaria a la que puso por nombre Frankenstein. Es posible.

Marte tiene agua helada a solo 2,5 cm de su superficie

La NASA prevé enviar a la primera mujer y al siguiente hombre a la Luna en 2024. La misión, enmarcada en el programa de exploración lunar Artemisa, será un banco de pruebas clave para poder preparar otro objetivo mucho más ambicioso: poner al primer humano en la superficie de Marte en la década de 2030. 
Para ello, antes la agencia americana ya trabaja para enfrentarse a ese desafío y, en ese sentido, acaba de publicar un “mapa del tesoro” del planeta rojo que podría ser clave para solventar uno de los principales escollos de las misiones espaciales tripuladas: 
El mapa, publicado en la revista Geophysical Research Letters, muestra dónde se encuentran las reservas de agua en forma de hielo bajo la superficie de planeta, algunas a tan solo 2,5 cm de profundidad. El agua líquida no puede durar en la superficie marciana. Al haber muy poca presión, se evaporaría.
Presencia de hielo de agua a poca profundidad en el suelo de Marte NASA/JPL-CALTECH/ASU 11/12/2019
Presencia de hielo de agua a poca profundidad en el suelo de Marte NASA/JPL-CALTECH/ASU 11/12/2019 (EP)
El estudio señala Arcadia Planitia, una región ubicada en el hemisferio norte, como el lugar idóneo para aterrizar una futura misión por la enorme cantidad de depósitos de agua accesible que esconde, a menos de 30 cm del suelo marciano. 
“No hará falta una excavadora para extraer el hielo, se podrá usar una pala”, asegura el investigador Sylvain Piqueux, del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, por sus siglas en inglés) de la NASA en la web de la agencia americana. 
Por el momento, “seguimos recogiendo datos sobre el hielo subterráneo en Marte, con el objetivo de identificar los mejores lugares para que aterricen los astronautas”, añade. 
Para elaborar este mapa, la agencia americana ha usado los datos captados por el Orbitador de reconocimiento de Marte (MRO) y Odisea de Marte, dos sondas que constantemente monitorean la superficie del planeta rojo y que son capaces de detectar las diferencias de temperatura en el suelo marciano ocasionadas por la presencia de hielo subterráneo. 
Han cruzado esos datos con otros previamente obtenidos por la nave espacial robótica Phoenix, que levantó hielo, y también con las fotos captadas por el MRO desde el espacio de impactos de meteoritos que han excavado el hielo. Así, han logrado mapear los depósitos de agua helada accesibles y la profundidad a que se encuentran.
“Cuanto más buscamos hielo cercano a la superficie, más encontramos”, asegura Leslie Tamppari, del JPL. “Observar Marte con múltiples sondas durante un periodo de años continúa proporcionando nuevas formas de descubrir hielo”, concluye.

“No hará falta una excavadora para extraer el hielo, se podrá usar una pala”

Hasta el momento, todas las misiones espaciales tripuladas han llevado un cargamento con las provisiones necesarias para el viaje y los astronautas de la Estación Espacial Internacional (EEI) reciben periódicamente suministros enviados desde la Tierra. No obstante, en misiones de mayor duración, como la de Marte, en las que solo el viaje de ida al planeta rojo supondría al menos siete meses, eso resulta inviable. 
Los humanos necesitamos grandes cantidades de agua -un recurso pesado- para sobrevivir, lo que haría aumentar el tamaño de las naves, lo que, a su vez, incrementaría la necesidad de combustible y el presupuesto de la misión. Para hacernos una idea, cada kilo que se envía a la EEI cuesta decenas de miles de euros. 
Por eso, que los astronautas puedan autoabastecerse usando agua marciana es clave de cara a futuras misiones humanas e incluso para los planes de establecer una base marciana de Elon Musk, al frente de SpaceX. No solo serviría para hidratarlos sino que también permitiría obtener hidrógeno y oxígeno para fabricar combustible para lo cohetes, lo que facilitaría que hubiera viajes regulares a Marte y rebajaría los costes de las misiones.

La misión de los exoplanetas

Se han descubierto más de 4.100 planetas fuera del sistema solar, cifra que aumenta constantemente. Pero saber que están ahí no es lo mismo que conocerlos bien.Por ello el 17 de diciembre la Agencia Espacial Europea (ESA) tiene previsto lanzar el satélite Cheops (CHaracterising ExOPlanet Satellite), un telescopio espacial cuyo objetivo consistirá en caracterizar mejor algunos exoplanetas gracias a la detección de cambios de luz. 
“Hay una falta de medidas precisas de radios planetarios”, dice Ignasi Ribas, director del Institut d’Estudis Espacials de Catalunya (IEEC) y miembro del equipo científico de Cheops. Por ello, con el proyecto se pretende obtener una muestra más completa para poder estudiar las propiedades y la arquitectura de los exoplanetas.

El satélite será lanzado desde el Puerto Espacial Europeo de Kurú (Guayana Francesa) a bordo de un cohete Soyuz-Fregat. Cheops efectuará sus observaciones a 700 kilómetros de altitud en una órbita heliosíncrona -ocupando una región terrestre que reciba luz solar constantemente- alrededor del la Tierra.

Objetivo de la misión

Cheops caracterizará mejor exoplanetas ya conocidos al obtener medidas de sus radios


Se trata de una misión liderada por Suiza, con el astrofísico Willy Benz, profesor de astrofísica en la Universidad de Berna, como principal investigador, y coordinada por la ESA dentro de su programa científico Cosmic Vision 
“Lo interesante de Cheops es que es una misión relativamente barata y rápida”, dice Carlos Corral, ingeniero de sistemas de Cheops. La ESA le destinó 50 millones de presupuesto y la ha desarrollado en siete años convirtiéndose en la primera misión de clase S (small) de la agencia espacial.
Airbus Defence & Space España, principal contratista del proyecto, se encargó de construir el satélite, que se controlará desde el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) en Torrejón de Ardoz.
El satélite será lanzado a bordo de un cohete Soyuz-Fregat
El satélite será lanzado a bordo de un cohete Soyuz-Fregat (ESA/CNES/Arianespace/Optique vidéo du CSG/J Durrenberger)
De los exoplanetas conocidos se han seleccionado unos cientos en función de una serie de características que los hacen perceptibles por el satélite. En concreto Cheops necesita que la estrella alrededor de la que gira sea suficientemente brillante y que la órbita del planeta esté en su mismo plano, es decir, que haga tránsitos.“Tiene que haber un eclipse”, dice Corral.

La lógica detrás de estas condiciones es que el satélite medirá los cambios de la luz procedente de la estrella cuando el planeta pase por delante.“Los targets son estrellas brillantes porque no hablamos de un telescopio grande”, dice Ignasi Ribas. Si tiene poco brillo, el ruido enmascara la medición del transito. Típicamente se fijará en estrellas cercanas, situadas desde unas decenas a unos pocos centenares de años luz.
El instrumento que permite realizar las medidas es un fotómetro. Este aparato se encarga de captar luz. Y cuanta más luz perciba, mejor. Por ello va acoplado a un telescopio de 30 centímetros de diámetro, para así aumentar su sensibilidad.

El satélite realizará sus observaciones a 700 kilómetros de altitud sobre la Tierra


El fotómetro es un CCD: dispositivo de carga acoplada. Los CCD son sensores que transforman los fotones en electricidad. Cuanta más luz, más carga genera el CCD. Por tanto, la pequeña disminución del brillo del paso del planeta por delante de la estrella provocará un cambio en la corriente. 
A día de hoy todos los móviles incluyen un CCD en sus cámaras, pero en un inicio esta tecnología se desarrolló para la astronomía porque es ultrasensible, según explica Ribas. El fotómetro detecta el 90% de la luz que le llega frente al 10% del ojo humano. 

Y hace falta un aparato altamente sensible, pues las diferencias de luz que se deben detectar ante el paso del planeta son de unas pocas millonésimas. También es muy importante la estabilidad de la medida para calcular bien la diferencia de corriente. 
Ilustración de Cheops orbitando sobre la Tierra
Ilustración de Cheops orbitando sobre la Tierra (ESA / ATG medialab)
Con los valores obtenidos los científicos podrán calcular el radio del planeta bajo la lógica de que, cuanta más luz tape, mayor será su tamaño. Para ello necesitarán usar la medida de luz de la estrella, algo ya conocido pues la astrofísica lleva décadas midiéndolo. 
En general los planetas que va a medir Cheops están bien estudiados y ya se conoce su masa. Ahora, gracias a las medidas más precisas de los radios se podrán conocer las densidades planetarias con mayor precisión.“Vamos a depurar esa relación masa/radio en los pocos cientos de planetas que estudiaremos”, dice David Barrado. 
Hay varias áreas de trabajo que van a intentar responder a incógnitas sobre la estructura de los planetas. Por ejemplo, aún no se sabe por qué algunos de estos planetas gaseosos son tan grandes o cómo es posible que haya planetas con densidades radicalmente distintas en el mismo sistema planetario.

Con Cheops también se tratará de averiguar en qué momento se produce la transición de gas a roca de un planeta. Es decir, a partir de qué masa estos cuerpos pasan de ser de tipo gaseoso como Júpiter a tipo rocoso como la Tierra.

Ariel y Plato serán los posteriores programas en caracterización de exoplanetas de la ESA


El satélite estará al menos 3,5 años funcionando y recopilando datos que servirán para futuros proyectos. En palabras de Ribas, la misión se encargará de ver qué planetas son interesantes para estudiarlos en detalle con telescopios mayores, mucho más costosos, cuyo tiempo “vale oro”. 
Los posteriores programas de la ESA para la caracterización de exoplanetas serán las misiones Ariel y Plato, que se lanzarán en la próxima década.
Plato tiene por objetivo encontrar y estudiar una gran cantidad de sistemas planetarios extrasolares, con énfasis en las propiedades de los planetas terrestres situados en la zona habitable alrededor de estrellas similares al Sol. Ariel, por su parte, estudiará de qué están hechos los exoplanetas, cómo se formaron y cómo evolucionan,
Según expone la agencia espacial en un comunicado, estas misiones permitirán a la comunidad científica europea mantenerse a la vanguardia de la investigación exoplanetaria. 

Un hito para el sector espacial español
Cheops es la primera misión de la Agencia Espacial Europea (ESA) en que la construcción de la nave ha estado liderada desde España. Concretamente, la empresa Airbus Defence & Space España, fue seleccionada como la principal contratista del proyecto en un concurso público. La nave se construyó en la sede que tiene Airbus en Madrid-Barajas. 
En el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) de Torrejón, también en Madrid, se encontrará el centro de operaciones de la misión. Será la primera vez que el control de operaciones de una misión científica de la ESA se lleve a cabo fuera de Alemania.
El equipo científico de la misión, coordinado desde Suiza, cuenta también con una importante contribución española. Participan en la misión el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), el Centro de Astrobiologia INTA-CSIC y el Institut de Ciènces de l’Espai (ICE) del Institut d’Estudis Espacials de Catalunya.

La lluvia de estrellas que viene de un asteroide

Las Gemínidas son una lluvia de estrellas única pues es provocada por un asteroide y no un cometa. Se trata del (3200) Faetón, descubierto el 11 de octubre de 1983 por el satélite infrarrojo IRAS (Infrared Astronomical Satellite) de la NASA.
“Lo que distingue un asteroide de un cometa es que estos últimos tienen materiales volátiles y los asteroides no”, explica Antonio Bernal, astrónomo del Observatori Fabra. Cuando un cometa se acerca al Sol, el calor evapora el hielo rico en polvo de su núcleo y forma una cola. El material expulsado forma un rastro a lo largo de la órbita del cometa. Cuando la Tierra lo atraviesa, el polvo entra en la atmósfera y se desintegra dando lugar a la lluvia de meteoritos. 

Si Faetón está técnicamente clasificado como un asteroide, ¿cómo podría entonces producir meteoritos que causen las Gemínidas? “Es uno de los pocos asteroides que deja una traza de polvo”, dice Kike Herrero, astrónomo del IEEC. “Tiene algo de actividad cometaria porque pasa cerca del Sol”, añade.
Asteroide (3200) Faetón captado en su último paso cercano en 2017
Asteroide (3200) Faetón captado en su último paso cercano en 2017 (Arecibo Observatory/NASA/NSF)
En su órbita se acerca al astro más que cualquier otro asteroide conocido y su temperatura superficial llega a los 600 ºC. Precisamente lleva el nombre del mito griego de Faetón, hijo del dios del Sol Helios.
“Faetón era antes un cometa que con el correr del tiempo fue perdiendo su material volátil y ahora no lo tiene por lo cual se considera asteroide”, dice Bernal. Esta teoría que supone que el asteroide es un cometa muerto (el núcleo gastado de un cometa cuyos hielos habían sido sublimados) propone que dejó restos en el pasado que ahora se cruzan con la órbita de la Tierra y ese es el origen de las Geminidas.
Fue en 2009, la nave espacial STEREO-A de la NASA observó que el asteroide se iluminaba de forma bastante inesperada al pasar cerca del Sol. Este brillo en el punto de su órbita probablemente se debió a la liberación de polvo del objeto, tal vez debido al calentamiento y al agrietamiento de las rocas de la superficie cuando Faetón se acercó al astro.

A partir de aquí se propuso la teoría de que Faetón es un “cometa de roca”. “Ciertamente no parece un cometa pero podría ser un cuerpo transicional”, apunta Josep M. Trigo-Rodriguez, astrofísico del del Institut de Ciències de L’Espai (ICE, CSIC-IEEC). El problema con esta teoría es que no tiene en cuenta la cantidad de polvo en la corriente de Geminidas, según explica la agencia espacial.

Naturaleza de Faetón

Es uno de los pocos asteroides que deja una traza de polvo


En diciembre de 2017 la masa de roca pasó muy cerca de la Tierra. En el momento del acercamiento más cercano el asteroide estaba a unos 10 millones de kilómetros, o aproximadamente 27 veces la distancia de la Tierra a la Luna. Aprovechando su cercanía, el radar del Observatorio de Arecibo (Puerto Rico) tomó imágenes del asteroide.
El observatorio también captó grandes cráteres en su superficie cuya eyección puede ser la fuente de las Gemínidas, según publicó Maryam Tabeshian, investigadora del departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Western Ontario (Canadá) y sus colegas en The Astronomical Journal en junio de este año. 
El equipo observó variaciones en la luz recibida por el asteroide consistentes con las concavidades mostradas por Arecibo. Al igual que ocurrió en 2009, la investigación no logró encontrar una cantidad suficiente de materiales que se desprendían en su paso cerca del Sol que fuesen explicativos de la lluvia de estrellas. Así que, en palabras de las NASA, la conclusión sobre el padre las Gemínidas es que es un misterio.

Faetón podría ser un 'cometa de roca' que arroja partículas cuando su superficie se calienta al pasar cerca del Sol
Faetón podría ser un 'cometa de roca' que arroja partículas cuando su superficie se calienta al pasar cerca del Sol (Kerrick / Getty Images/iStockphoto)
Asteroide potencialmente peligroso
Las fotografías del observatorio de Arecibo también permitieron actualizar las medidas de Faetón. En vez de los 5 kilómetros de diámetro estipulados anteriormente, el asteroide mide 6 kilómetros de un lado al otro. El meteorito que extinguió a los asteroides medía 10 kilómetros de diámetro. 
Según explica la NASA, Faetón es el segundo asteroide cercano a la Tierra más grande clasificado como potencialmente peligroso (PHA, por sus siglas en inglés), por detrás del (53319) 1999 JM8 con 7 kilómetros de diámetro. 

Los objetos de gran tamaño cercanos a la Tierra se clasifican como asteroides potencialmente peligrosos si la distancia de intersección entre su órbita y la terrestre es de 0,05 unidades astronómicas (distancia entre la Tierra y el Sol) o menor.Se considera que estos asteroides suponen cierto riesgo de colisión por eso se estudian y vigilan

miércoles, 4 de diciembre de 2019

El primer cometa interestelar Borisov

Pieter van Dokkum et al. 

Astrónomos de la Universidad de Yale que trabajan con uno de los telescopios Keck recibieron una nueva imagen detallada del cometa interestelar 2I/Borisov. Gracias a esto, los científicos pudieron evaluar la longitud de la cola y el núcleo del cometa, según la Universidad de Yale.

El nuevo visitante

El cometa 2I/Borisov fue descubierto en agosto de este año por el astrónomo Gennady Borisov. Posteriormente, se confirmó la suposición de que tenía un origen extrasolar y que era el segundo objeto interestelar conocido después del asteroide 1I/Oumuamua. Borisov se acercará a nuestra estrella el 9 de diciembre y posteriormente pasará por la Tierra el 28 de diciembre de 2019.

Se lanzó una campaña de observación a gran escala con la participación de telescopios terrestres y espaciales, sus resultados nos permitirán comprender la composición y las propiedades de los cometas en otros sistemas planetarios y compararlos con los cuerpos ya estudiados.

Los científicos ya han determinado que el primer cometa interestelar es muy similar a los objetos que tenemos en nuestro sistema solar, y también revelaron el flujo de salida de las moléculas de cianuro desde la superficie del núcleo y estimaron la tasa de pérdida de agua.

Una gigantesca cola

Este último 24 de octubre, los científicos obtuvieron una nueva imagen detallada del cometa Borisov utilizando el instrumento LRIS (espectrómetro de imágenes de baja resolución) instalado en uno de los telescopios Keck de 10 metros.

Los astrónomos pudieron evaluar la longitud de la cola del cometa, claramente visible en la imagen: es de aproximadamente 160 mil kilómetros, que es 14 veces el tamaño de la Tierra. Al mismo tiempo, el núcleo del cometa tiene un ancho de aproximadamente 1.7 kilómetros.

Los astrónomos señalan que, a medida que 2I/Borisov se acerca al Sol, la superficie de su núcleo se calienta cada vez más por la radiación del Sol, lo que conduce a un aumento en la cantidad de gas y polvo fino en el coma, así como a un cambio en su estructura.

Anteriormente, los científicos no podían detectar diferencias notables entre el cometa de Borisov y los cometas del Sistema Solar, y también mostraban su imagen obtenida con el telescopio Hubble.
 

Victor Román
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma.

Que pasaría si la Tierra fuera Plana



Illustration for article titled Qué pasaría si la Tierra fuera plana solo por un día (pista: ojalá ya estuviésemos en Marte)
Imagen: Jim Cooke

La Tierra es una esfera orbitando una estrella junto a otros planetas de diferentes tamaños. Tenemos imágenes para demostrarlo, pero aún así, algunos han llegado a la conclusión de que es realmente plana, y que nuestro planeta es un disco con el Polo Norte en el centro, delimitado por la Antártida en los bordes.
Así que vamos a ponernos en el supuesto de que realmente fuera así, y que la Tierra un día amaneciera con una frontera en el hielo de la Antártida frente al espacio exterior. La respuesta corta es universal, porque no nos escaparíamos de una muerte segura.
Y las razones son variadas. Como explica David Stevenson, científico planetario de Caltech en Pasadena, California, para dar forma a un cuerpo cósmico en un disco (en lugar de una esfera), debes girarlo muy rápido. “Desafortunadamente, esto destruiría el planeta al romperlo en pequeñas partículas”, añade.
Y es que en la década de 1850, el astrónomo James Clerk Maxwell demostrómatemáticamente a través de un trabajo sobre los anillos de Saturno que una forma sólida, similar a un disco, no es una configuración estable en el cosmos. Maxwell predijo que los anillos de Saturno estarían hechos de muchas partículas pequeñas no conectadas, y resultó tener razón. Sus matemáticas también explican por qué no hay discos del tamaño de un planeta flotando alrededor de la galaxia.
Básicamente, para aplanar la Tierra sin girarla muy rápido, necesitarías magia, entrando así en un terreno más cómico que cósmico. Pero incluso si obviáramos este detalle, una Tierra plana estampada no duraría mucho tiempo. En unas pocas horas, la fuerza de la gravedad empujaría al planeta hacia un esferoide. La gravedad se extiende por igual desde todos los lados, lo que explica por qué los planetas son esferas. Por tanto, una Tierra estable, sólida como un disco, simplemente no es posible bajo las condiciones reales de gravedad.
Como resultado de ello, sin gravedad, todo lo que entendemos de nuestro planeta deja de tener sentido. Para empezar, olvidémonos de la atmósfera, desaparecida porque está sujeta al planeta por la gravedad. Las mareas, fuera también, ya que se producen por la atracción gravitacional de la Luna, que tira de los océanos y hace que se abulten sutilmente a medida que pasa.
De hecho, la propia Luna también desaparecería bajo este escenario, ya que no se puede entender sin la gravedad, también responsable de la estructura en capas de la Tierra, con los materiales más densos hundiéndose hasta el núcleo, los materiales más livianos que forman el manto y los materiales más livianos que forman la corteza.
Pensemos que sin esta estructura en capas, el planeta sería otro, ya que se comportaría de forma muy diferente. El núcleo externo líquido de la Tierra, por ejemplo, actúa como un imán gigante y dinámico, uno que crea el campo magnético del planeta. A su vez, el campo magnético ayuda a proteger la atmósfera del planeta del efecto de despojo del viento solar, el mismo que eliminó la atmósfera de Marte después de que el campo magnético del Planeta Rojo fallara hace 4 mil millones de años.
¿Y la tectónica de placas? Como explica James Davis, geofísico del Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York, con una Tierra plana, el movimiento de las placas rígidas que conforman la corteza del planeta, tampoco funcionaría. Según el experto:
Cuando haces los cálculos, solo cálculos simples como ‘Si esta placa se mueve tanto y esa placa se mueve otro tanto’, tienes que hacerlo en una esfera. No se obtiene la respuesta correcta [la respuesta que coincide con las observaciones del mundo real] si se supone que es un planeta plano.
Dicho todo esto, si realmente la Tierra fuera plana, aunque sea solo por un día, significaría que los millones de científicos que niegan su planitud, y que lo han hecho a lo largo de la historia, están unidos en una gran conspiración por razones insondables. Como explica Davis en Live Science, “Si podemos explicar mil observaciones con una teoría, una teoría simple, eso es mejor que explicar mil observaciones con mil teorías como hacen los terraplanistas”. [Live Science]