Considerando que las fuerzas son interacciones entre cuerpos mediante partículas intermediarios, lógicamente lagravedad también ha de ser formada por lo mismo. De ahí nace la teoría del Gravitón, partícula hipotética (no se ha demostrado todavía su existencia) responsable de la acción de la gravedad.
Podemos deducir varias cosas, pues por Einstein sabemos que su velocidad es finita (no puede ir más rápido que la luz) y que afecta a la luz en su forma como fotón másico, de ahí que se pudiera ver a Mercurio en 1978 situado tras el eclipse de sol, debido a la curvatura, por la gravedad, de la luz .
Como digo, el gravitón es una
posible partícula fundamental,
pero eso no quiere decir que no tengamos ni idea de cómo puede ser. De
existir, es probable que siga los mismos patrones que los otros bosones
que hemos mencionado antes. Por ejemplo, el gluón tiene masa y es
inestable, con lo que la interacción nuclear fuerte tiene un alcance muy
corto. Sin embargo, el fotón tiene masa nula y es estable, por lo que
la interacción electromagnética, y por lo tanto la luz, tienen un
alcance infinito.
De modo que
el gravitón probablemente no tiene masa, y si la
tiene será minúscula. Los cálculos a partir del alcance medido de la
interacción gravitatoria dan un máximo posible de masa al gravitón de
unos 10
-69 kg: es decir, que como mucho es
cien billones de cuatrillones de veces más ligero que un electrón. Pero vamos, la mayor parte de los físicos apuestan por un alcance infinito y una masa nula, lo mismo que en el caso del fotón.
No sólo eso: de tener masa nula, como creemos que la tiene, el
gravitón se movería a la velocidad de la luz, igual que el fotón. La
fuerza gravitatoria tendría pues (como creemos que tiene) un alcance
infinito y se transmitiría a 300.000 km/s. De modo que un gravitón sería
muy parecido a un fotón en varios aspectos…
pero muy diferente en otros.
Esto no debería ser sorprendente: para empezar, la fuerza
electromagnética y la gravitatoria son de una intensidad totalmente
distinta. Por ejemplo, amable y paciente lector, ahora mismo tú estás
notando la interacción electromagnética en multitud de fenómenos: la luz
que llega a tus ojos con las letras que lees, el contacto de la silla y
el suelo, los sonidos que oyes (pues la vibración se produce por la
repulsión eléctrica entre capas electrónicas)… estás interaccionando
electromagnéticamente con docenas de otros objetos.
Una teoría cuántica de la gravitación requiere que el gravitón
operase de manera similar al fotón, pero al contrario que en la
electrodinámica, donde los fotones no actúan directamente entre ellos
sino solo con las partículas cargadas, la gravedad simplemente no
funciona de manera tan simple, ya que los gravitones podrían interactuar
entre ellos. Los hechos experimentales demuestran que la gravedad se
crea por cualquier forma de energía (y la masa
es únicamente una forma particularmente condensada de energía, relación
establecida por la célebre ecuación de Einstein), lo cual es difícil de
describir en unos términos similares a la carga eléctrica. Hasta la
fecha todos los intentos de crear una teoría cuántica simple de la
gravedad han fracasado.
La detección del gravitón experimental es una tarea bastante
problemática. Estas partículas portarían muy poca energía, por lo tanto
la detección sería muy difícil por los débiles efectos que ocasionarían.
La única forma de detectarlos sería buscar los casos en que el
movimiento o la energía de un cuerpo cambiase en una forma que es
distinta de la prevista por la Teoría General de la Relatividad, pero uno de los principios básicos de la gravedad cuántica sería que deberían más o menos coincidir con estas predicciones relativistas.
Nacho Padró