miércoles, 28 de junio de 2017
Hallan un pájaro atrapado en ámbar de hace 100 millones de años
No es tan extraño encontrar piezas de ámbar que contienen insectos de hace millones de años, pero un pájaro entero es todo un prodigio. Eso es lo que descubrió un grupo de científicos en un trozo de ámbar de 100 millones de años de antigüedad recuperado en Myanmar. Dentro había un pájaro recién salido del huevo que quedó atrapado en la savia que brotaba de un árbol. En la muestra pueden contemplarse la cabeza, el cuello, el ala, la cola y las patas del ave con un detalle que los científicos consideran impresionante. «Es la visión más completa y detallada que jamás hemos tenido», asegura a New Scientist Ryan McKellar, del Royal Saskatchewan Museum de Regina, en Canadá, miembro del equipo que descubrió el ave. «Ver algo tan completo es asombroso. Es simplemente impresionante». Parece como si la piel y la carne reales del pájaro estuvieran todavía preservados en el ámbar, pero en realidad se trata de una impresión muy detallada. Estudios de hallazgos similares muestran que la carne se ha degradado en carbono, y no hay ADN utilizable. El ámbar conserva algunos de los colores de las plumas, pero en este caso no son muy llamativos, admite McKellar. «Eran pequeños pájaros marrones». El ejemplar pertenecía a un grupo de pájaros conocidos como enantiornites o 'pájaros opuestos', que vivían junto a los antepasados de las aves modernas y que prosperaron hasta que murieron con los dinosaurios hace 66 millones de años. El nuevo hallazgo se suma a evidencias anteriores de su capacidad para el vuelo, ya que la cría tenía un conjunto completo de plumas para el vuelo y le estaban creciendo las plumas de la cola, pero extrañamente carecía de plumas en la mayor parte del cuerpo en lugar de estar cubierto como las crías de hoy. Probablemente, estos pájaros nacían el suelo y trepaban a los árboles, dice McKellar, lo que los hacía particularmente propensos a quedarse atrapados en la savia. El pasado año, un equipo de investigadores de la Universidad de Geociencias de China en Pekín anunciaba el hallazgo, también en Myanmar, de dos pequeñas alas atrapadas en ámbar de hace 99 millones de años , en mitad del período Cretácico, cuando los dinosaurios todavía caminaban sobre el planeta. El hallazgo de las muestras, que contenían huesos, plumas y piel, demostraba que las plumas de las aves ya se parecían mucho a las actuales.
miércoles, 7 de junio de 2017
Se localiza una formación circular llamativamente profunda en Marte
Un extraño pozo ha sido identificado en el polo sur de Marte por la nave Mars Reconaissance Orbiter de la NASA. Una extraña depresión circular que penetra a través del hielo y el polvo de la superficie.
Todavía no se sabe lo que es, pero la NASA teoriza que podría tratarse de un cráter de impacto o un pozo de colapso.
HiRISE
Tomada por el instrumento HiRISE, la imagen muestra es de finales del verano en el hemisferio sur, por lo que el Sol está bajo en el cielo.
La composición se proyecta a una escala tan detallada como sólo medio metro por píxel, pero muestra claramente cómo el hielo se conserva en la profundidad del agujero.
Corona de espinas, la estrella de mar depredadora de corales
Una insaciable especie de estrella de mar espinosa amenaza la supervivencia de los corales que desde hace años devora sin control según los autores de un reciente estudio del Instituto de Ciencia y Tecnología de Okinawa que ha desentrañado el genoma de la especie.
Científicos nipones y australianos han descifrado ahora cómo se comunica esta estrella con el objetivo de preservar los arrecifes.
Esta estrella es la corona de espinas o acantáster púrpura (Acanthaster planci), “uno de los pocos animales que pueden comer corales“, en los que basa su dieta, explica a Efe Ken Baughman, uno de los autores de un reciente estudio del Instituto de Ciencia y Tecnología de Okinawa que ha desentrañado el genoma de la especie.
Fue en 1957 cuando se informó por primera vez de la presencia de esta estrella de mar en las costas de la localidad nipona de Onna, en la isla meridional de Okinawa, donde esta depredadora de corales se conoce localmente como “onihitode“, la estrella de mar demonio.
Debido a su enorme proliferación en los últimos años, la comunidad científica se ha lanzado a su estudio para hallar pistas que ayuden a atajar la superpoblación de estos invertebrados, que también están dañando seriamente la Gran Barrera australiana.
Nativas de la región Indo-Pacífico, la especie está experimentado un auge que congrega desde cientos de miles hasta millones de estrellas en densidades de población de 150.000 por kilómetro cuadrado.
Esta estrella de mar consume hasta 10 metros cuadrados de coral al año
“Normalmente los arrecifes sólo tienen un puñado“, dice Baughman, pero en las últimas décadas se han triplicado los “brotes” de estas estrellas, cuyo apetito voraz -un ejemplar consume hasta 10 metros cuadrados de carne de coral al año- es responsable de entre el 37 % y el 99 % de la disminución de la cubierta de coral vivo.
En su búsqueda para encontrar vías de control para este problema que está acelerando la degradación de los corales junto a factores como el calentamiento del mar, el equipo de Baughman desde Japón e investigadores australianos interrogaron a las estrellas analizando su genoma, que por primera vez ha sido completamente secuenciado.
Es algo así “como un manual de instrucciones de cómo construir una estrella de mar, con el que podemos entender mejor su biología” y en consecuencia su comportamiento, explica Baughman.
“Uno de nuestros mayores descubrimientos fue (…) que podemos decir qué químicos y hormonas que se miden en el agua alrededor de la estrella de mar provienen exactamente de nuestra estrella“, unas sustancias que este animal usa para comunicarse con los de su especie.
Los investigadores esperan que su hallazgo permita en un futuro inmediato mejorar su biocontrol y hallar formas más eficientes de capturar ejemplares en lugares donde aparecen en gran número; mientras que a largo plazo, quieren averiguar por qué se reúnen.
“No es como si un día una estrella de mar se despertase y dijese: ‘¡Eh, chicos! ¡Vamos a destruir el arrecife hoy!‘”, bromea Baughman.
Los investigadores creen que el aumento “podría estar relacionado con la actividad humana“, por lo que encontrar la causa es a la vez una interesante cuestión científica y un descubrimiento útil.
Durante sus pesquisas, los científicos hicieron otro sorprendente y extraño hallazgo, lo similar que son los genomas de los ejemplares de Okinawa y Australia, a 5.000 kilómetros de distancia, lo que les hace pensar que esto “puede estar relacionado con los brotes“.
Un estómago hasta diez veces mayor que el de otras especies
La emoción por el hallazgo queda eclipsada por otra alarmante particularidad de esta estrella espinosa que, además de tener un estómago hasta 10 veces mayor que otras especies como la Linckia y la Culcita, posee una excelente tasa de fecundidad, que aumenta de manera desproporcionada en función del tamaño.
Una hembra de 30 centímetros de diámetro es capaz de transportar 15 millones de huevos; una de 50 centímetros, 120 millones. Si a eso se suma una de las mayores tasas de fertilización externa entre los invertebrados marinos, no extraña la imperiosa necesidad de la comunidad científica de seguir indagando.
Efeverde
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