Uno de los problemas con la recolección de luz solar es que los rayos del Sol pueden ser muy destructivos para muchos materiales. La luz del Sol provoca una degradación gradual de muchos sistemas desarrollados para la captura y aprovechamiento de esa luz. En cambio, las plantas han adoptado una estrategia muy interesante para solucionar este problema: Una y otra vez descomponen las moléculas que utilizan para captar la luz y las rehacen desde cero, de modo que las estructuras básicas que captan la energía solar son, en realidad, siempre nuevas. A pleno sol en un día de verano, cada hoja de un árbol recicla sus proteínas aproximadamente cada 45 minutos.
Ese proceso ha sido ahora imitado por el equipo de Michael Strano, profesor de ingeniería química. Estos investigadores han creado un innovador conjunto de moléculas autoensamblables y capaces de convertir la luz solar en electricidad. Estas moléculas se desensamblan y luego se vuelven a ensamblar de manera rápida, tantas veces como se quiera. Para ello, sólo hay que agregar o retirar una solución especial.
El sistema producido por el equipo de Strano se compone de siete compuestos diferentes, incluyendo nanotubos de carbono, fosfolípidos y las proteínas que constituyen los centros de reacción. Bajo las condiciones adecuadas, los componentes se ensamblan espontáneamente en una estructura capaz de captar la luz para su conversión en corriente eléctrica.
Cuando un surfactante, similar en sus fundamentos a los productos químicos que la empresa BP ha usado en el Golfo de México para descomponer el petróleo, se añade a la mezcla, los siete componentes se separan y forman una solución con una consistencia parecida a la de una sopa. Cuando los investigadores retiran ese surfactante al hacer pasar la solución a través de una membrana especial, los compuestos se vuelven a ensamblar espontáneamente en una fotocélula perfectamente estructurada y además rejuvenecida.
Carla Gallén
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Quin és el teu Super-Comentari?