jueves, 19 de septiembre de 2024

Cómo se desató el misterioso tsunami de 200 metros de alto que sacudió la Tierra durante nueve días

 En 2023, la Tierra se estremeció durante nueve días consecutivos. Los sensores se activaron, aunque los científicos no pudieron determinar la ubicación de la anomalía ni explicar su naturaleza. No se reportaron afectaciones. Requirió 68 investigadores de todo el mundo y un año de trabajo resolver el misterio. Detrás del evento, el sospechoso principal es el aumento de la temperatura global.

El derrumbe del pico de una montaña congelada cayó en un fiordo deshabitado de Groenlandia. Esta drástica modificación del paisaje provocó, además, un mega tsunami de 200 metros de altura. En su punto más alto, la ola alcanzó el equivalente a dos canchas de fútbol profesional. El movimiento natural del aguase prolongó durante nueve días.

La ola gigante que impactó el paisaje del este de Groenlandia fue lo que activó los sensores sísmicos del planeta. El fenómeno no cobró vidas humanas, pero destruyó 200 mil dólares en equipo científico que había en la zona cercana.


Según el reporte publicado en la revista Science, el aumento de la temperatura global desestabilizó 25 millones de metros cúbicos de roca y hielo al derretir el glaciar en la base de la montaña. Este material es suficiente para llenar 10 mil piscinas olímpicas. Los expertos están preocupados por los resultados de su investigación. El aumento de la temperatura global podría ocasionar más deslaves con sus correspondientes tsunamis.

“Los hallazgos del estudio demuestran los riesgos complejos y en cascada que plantea el cambio climático en las regiones polares. Si bien no había personas en la zona cuando se produjo el deslizamiento de tierra y el megatsunami, el fiordo está cerca de una ruta que suelen utilizar los cruceros, lo que pone de relieve la necesidad de vigilar las regiones polares a medida que se acelera el cambio climático”, explica la Universidad de California en San Diego en un comunicado.

No es la primera vez que se detecta un tsunami en la zona debido al cambio climático. En 2017, una avalancha de rocas en el fiordo de Karrat, en el oeste de Groenlandia, provocó una ola que inundó la aldea cercana de Nuugaatsiaq y causó la muerte de cuatro personas. El desastre fue totalmente inesperado. Desde entonces, los científicos locales monitorean el comportamiento de los picos de las montañas.

En 2023, la Tierra se estremeció durante nueve días consecutivos. Los sensores se activaron, aunque los científicos no pudieron determinar la ubicación de la anomalía ni explicar su naturaleza. No se reportaron afectaciones. Requirió 68 investigadores de todo el mundo y un año de trabajo resolver el misterio. Detrás del evento, el sospechoso principal es el aumento de la temperatura global.

El derrumbe del pico de una montaña congelada cayó en un fiordo deshabitado de Groenlandia. Esta drástica modificación del paisaje provocó, además, un mega tsunami de 200 metros de altura. En su punto más alto, la ola alcanzó el equivalente a dos canchas de fútbol profesional. El movimiento natural del aguase prolongó durante nueve días.

La ola gigante que impactó el paisaje del este de Groenlandia fue lo que activó los sensores sísmicos del planeta. El fenómeno no cobró vidas humanas, pero destruyó 200 mil dólares en equipo científico que había en la zona cercana.


Según el reporte publicado en la revista Science, el aumento de la temperatura global desestabilizó 25 millones de metros cúbicos de roca y hielo al derretir el glaciar en la base de la montaña. Este material es suficiente para llenar 10 mil piscinas olímpicas. Los expertos están preocupados por los resultados de su investigación. El aumento de la temperatura global podría ocasionar más deslaves con sus correspondientes tsunamis.

“Los hallazgos del estudio demuestran los riesgos complejos y en cascada que plantea el cambio climático en las regiones polares. Si bien no había personas en la zona cuando se produjo el deslizamiento de tierra y el megatsunami, el fiordo está cerca de una ruta que suelen utilizar los cruceros, lo que pone de relieve la necesidad de vigilar las regiones polares a medida que se acelera el cambio climático”, explica la Universidad de California en San Diego en un comunicado.

No es la primera vez que se detecta un tsunami en la zona debido al cambio climático. En 2017, una avalancha de rocas en el fiordo de Karrat, en el oeste de Groenlandia, provocó una ola que inundó la aldea cercana de Nuugaatsiaq y causó la muerte de cuatro personas. El desastre fue totalmente inesperado. Desde entonces, los científicos locales monitorean el comportamiento de los picos de las montañas.

lunes, 16 de septiembre de 2024

Què són els peels?

 Gerard Lucena, Preparador. Serveis externs del Laboratori de Preparació Geològica i Paleontològica del Museu 

El “peel” d’acetat és una tècnica de laboratori que té com a objectiu obtenir rèpliques, en paper d’acetat translúcid observable al microscopi o lupa, de superfícies planes gravades que han estat atacades amb àcid clorhídric.

Al  Laboratori de Preparació Geològica i Paleontològica (LPGiP) del Museu s’acaben de preparar uns “peels” per a l´estudi de les estructures que apareixen en la capa externa d’un grup d’organismes bivalves fòssils,  els Radiolites  Lamarck, 1801 (Bivalvia, Radiolitidae).

La tècnica dels “peels” va ser desenvolupada per primera vegada per paleobotànics per estudiar les estructures cel·lulars de plantes fòssils. Seguint els estudis pioners dels paleobotànics, els petròlegs de roques carbonatades i els paleontòlegs han desenvolupat tècniques similars per estudiar tant la textura com l’estructura de roques carbonatades i fòssils. Depenent de la naturalesa del substrat i el propòsit de l’estudi, els “peels” es poden preparar de diverses maneres.

Tot seguit us n’expliquem un:

Per començar aquesta tècnica farem un tall de l’exemplar (transversal, longitudinal, oblic o radial)

Material per la preparació dels peels: Exemplar de Radiolites galloprovincialis Matheron, 1842 (Bivalvia, Radiolitidae), paper d´acetat, acetona i àcid clorhídric diluït al 5 %.

Després erosionarem i polirem la superfície. Un cop finalitzat aquest procés és necessari tractar la superfície polida amb àcid clorhídric per ressaltar els contrastos texturals. Per a això, cal submergir lleugerament l’exemplar durant 10 segons en una fina làmina de HCl al 5-10%. Passat aquest temps, cal rentar la secció per eliminar qualsevol residu d’àcid.

Gerard Lucena, serveis externs del Laboratori de Preparació Geològica i Paleontològica (LPGiP), realitzant el tractament amb HCl al 5-10%.

Seguidament, es diposita una petita quantitat d’acetona sobre la secció de l’exemplar i, sobre aquesta, es col·loca un petit tros de paper d’acetat. L ‘acetona provoca la dissolució parcial del paper d´acetat, de manera que s’adapta a l’orografia de la secció, reproduint així les seves característiques texturals, les quals han estat accentuades per l’atac de l’àcid.


Peel d´acetat d´un exemplar de Radiolites galloprovincialis Matheron, 1842 escanejat amb alta resolució. S´observa molt clarament l´estructura cel·lular en la capa externa de la closca típica d´aquest gènere:

jueves, 12 de septiembre de 2024

Un hallazgo en Francia revela que hubo al menos dos linajes de neandertales tardíos en Europa

 El relato predominante de cómo surgió la humanidad parecía bastante sencillo: en Europa, los últimos neandertales se retiraron cuando los Homo sapiens empezaron a llegar al continente hace entre 40 000 y 45 000 años. 

Se pensaba que los neandertales formaban parte de una única población genéticamente homogénea, repartida por España, Francia, Croacia, Bélgica y Alemania. Los estudios genéticos apoyaban esta idea, sugiriendo una población uniforme que acabaría cediendo el paso a los recién llegados, los Homo sapiens. En pocos milenios –hace entre 45 000 y 42 000 años–, la breve cohabitación de estas dos especies en Europa terminó con la sustitución de los neandertales. 

La explicación era elegante y sencilla, quizá demasiado.

Un nuevo linaje de neandertales

Nuestra investigación publicada en Cell Genomics el 11 de septiembre complica este panorama, revelando que no hubo uno, sino al menos dos linajes de neandertales, tras un análisis genético de restos corporales hallados en la cueva de Mandrin, al sureste de Francia. 

El estudio publicado, que codirijo con Tharsika Vimala y Martin Sikora, expertas en genética de poblaciones de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), así como con Andaine Seguin-Orlando, paleogenómica de la Universidad de Toulouse, es la culminación de casi diez años de investigación que han llevado al descubrimiento del primer cadáver neandertal de Francia desde 1978. Hemos decidido llamarlo Thorin en honor a los escritos de J.R.R. Tolkien, ya que Thorin fue uno de los últimos reyes enanos de su obra. Se cree que el Thorin de la cueva de Mandrin es uno de los últimos neandertales.

Es uno de los ocupantes recientemente encontrados en la cueva de Mandrin. Descubrimos sus primeros dientes en 2015, tirados en el suelo a la entrada de la cueva, apenas cubiertos por unas hojas. Aunque al principio los dientes estaban expuestos, al estar incrustados en arena frágil la excavación fue delicada. El más mínimo roce podía desplazar los valiosos restos, lo que dificultaba determinar su posición exacta en el suelo. 

Como jefe de investigación de la cueva de Mandrin, decidí que procediéramos a excavar el cuerpo con pinzas. Grano a grano, trabajamos concienzudamente, cada uno durante dos o tres meses; un proceso que ha durado nueve años y aún continúa. 

Este hercúleo esfuerzo sobre el terreno permitió recuperar los restos más diminutos, que fueron cuidadosamente documentados en sus posiciones originales. Mediante cartografía tridimensional, el equipo ha reconstruido la ubicación exacta de los restos en el suelo. 

Conocer a Thorin

Hasta ahora se han descubierto 31 dientes (Thorin tenía 34 y representa el primer neandertal encontrado con molares surnumerarios), además de la mandíbula, fragmentos del cráneo, falanges y miles de huesos diminutos. El proceso de excavación aquí requiere una paciencia notable; tras nueve años de esfuerzo, solo hemos conseguido despejar una pequeña ventana de unos 50 cm por 30 cm de ancho. Es probable que en los próximos años vayan apareciendo poco a poco numerosos restos de este mismo cuerpo.

Nuestro estudio demuestra que la población de Thorin divergió significativamente de otros neandertales de Europa durante más de 50 000 años. Al contrario de la mayoría de los neandertales tardíos, que muestran homogeneidad genética, el linaje de Thorin permaneció genéticamente diferenciado desde hace 105 000 años hasta su extinción.

Esto sugiere la siguiente pregunta: ¿cómo pudieron las poblaciones humanas permanecer aisladas durante decenas de miles de años, a pesar de vivir a una distancia de dos semanas a pie unas de otras? Este es el reto que nos plantea Thorin. Procesos evolutivos, culturales y sociales que parecen inimaginables si tratamos de aplicarlos a las poblaciones sapiens, tal y como las entendemos a través de la antropología cultural, la historia y la arqueología. Algo parece diferenciar profundamente las formas de ser en el mundo de neandertales y sapiens, algo mucho más profundo que meras cuestiones culturales o territoriales. Nos enfrenta directamente al enigma de los neandertales y, muy posiblemente, a nuestra propia incapacidad para comprender a estas antiguas especies. 

Los compañeros de Thorin y otros fantasmas

Sorprendentemente, descubrimos que Thorin no es el único de su linaje, ya que los análisis genéticos revelan vínculos con otro neandertal descubierto a más de 1 700 kilómetros de distancia, en Gibraltar. Se creía que este individuo, apodado Nana, vivió hace entre 80 000 y 100 000 años. 

Sin embargo, el estudio publicado en Cell Genomics revela que Nana y Thorin vivieron durante el mismo periodo: dentro de los últimos milenios de existencia de su especie. Esta estrecha proximidad genética sugiere que pertenecían a la misma población de neandertales tardíos, una población que ya no tendría intercambios con los neandertales europeos clásicos después del milenio 105 y hasta su sorprendente extinción hace 42 000 años.

Nuestro estudio también sugiere la existencia de un linaje neandertal “fantasma”: otra población que vagaba por Europa en la misma época, pero que sigue siendo desconocida. Sabemos que no pertenecían ni a los neandertales clásicos ni a la población de Thorin. La genética es capaz de identificar momentos en los que los antepasados de Thorin pudieron intercambiar episódicamente genes con estas poblaciones fantasma que siguen siendo en gran medida una incógnita para la arqueología y la genética. 

Comienza entonces a emerger lentamente una historia fascinante en la que el neandertal no es un bloque monolítico, sino que está representado por diferentes poblaciones que, sin embargo, solo desarrollaron intercambios raros (y a veces inexistentes) entre ellas.

Reescribiendo todo lo que sabemos sobre la humanidad primitiva

Las revelaciones de linajes adicionales de neandertales son el último descubrimiento que nos lleva a replantearnos radicalmente nuestra comprensión de la humanidad primitiva. 

En 2022, tras 32 años de investigación arqueológica, nuestro equipo ya había revelado la existencia de una primera migración sapiens a territorio europeo entre 10 000 y 12 000 años antes de las primeras migraciones previamente reconocidas

Al año siguiente, publicamos tres artículos que cuestionaban nuestras concepciones sobre este momento singular de la historia humana, redefiniendo no solo la llegada de estas poblaciones, sino también que dominaban una tecnología avanzada como el arco y la flecha, rastreando sus pasos hasta el Levante mediterráneo y proponiendo una profunda redefinición de toda la estructura histórica de este periodo único de la historia europea.

El último descubrimiento de los restos de Thorin, que empecé a desvelar en El neandertal desnudo, plantea innumerables preguntas. ¿Murió el neandertal como los dinosaurios tras una convulsión natural que se llevó por delante todo su mundo? Para explicarlo, han florecido en los últimos años teorías relacionadas con el cambio climático, las explosiones volcánicas, la radiación cósmica y las epidemias devastadoras. Para entender que sapiens sustituya a los neandertales, debemos, ante todo, entender qué era neandertal. Y qué es sapiens. Y estoy convencido de que la naturaleza de ambas criaturas se nos escapa profundamente.

La investigación continúa y, a medida que se hacen más descubrimientos, la historia no hace más que volverse más compleja.

viernes, 6 de septiembre de 2024

jueves, 5 de septiembre de 2024

La Línea de Wallace es una de las fronteras más extrañas del planeta. Llevamos más de un siglo tratando de entender por qué

 Las fronteras no solo existen en el dominio de lo social y la geopolítica: nuestro mundo tiene una serie de “fronteras naturales” que dificultan el tránsito de las especies que habitan en su entorno. De todas ellas, la Línea de Wallace podría ser la más llamativa.

Para empezar, porque aún es un misterio.

A simple vista esta línea no tiene nada de especial: se trata de una franja de mar que divide en dos el archipiélago Indonesio. Esta frontera deja al este a islas como Borneo, Java o Mindanao, y al oeste la isla de Célebes, buena parte del archipiélago de Islas menores de la Sonda o Timor.

La línea debe su nombre al naturalista británico del siglo XIX Alfred Russel Wallace, quien fue el primero en percatarse de las diferencias en las faunas a uno y otro lado de la frontera. Una frontera tan solo marcada por el estrecho de agua. El misterio estaba en por qué en un archipiélago con decenas de miles de islas era esta franja de mar demarcaba una diferencia tan reseñable en los ecosistemas.

Al oeste de la línea, Wallace observó que la fauna era semejante a la fauna continental en Asia. Sin embargo al oeste podía observarse una mezcla entre fauna propia de Oceanía y la asiática. La frontera de Wallace no eera del todo impermeable, pero los movimientos parecían producirse en una sola dirección.

No resulta especialmente sorprendente que este trecho de mar separe a la fauna terrestre, lo sorprendente es que también afecta a animales que en principio tendrían la capacidad de sortear el estrecho marítimo sin mayores dificultades, como las aves de la región. Aún así la principal demarcación que establece esta línea está relacionada con los mamíferos.

Para comprender la división tenemos que atender a la historia geológica del planeta y su vinculación con la aparición de los mamíferos. La primera división entre mamíferos fue la que separó a los placentarios de marsupiales y monotremas.

Este último grupo quedó relegado a los continentes prehistóricos que darían lugar a Sudamérica, la Antártida y Oceanía. Poco a poco la deriva continental alejó Oceanía de Sudamérica y la acercó a Asia. La Línea de Wallace se sitúa sobre una zona de subducción ubicada entre las placas responsables de la deriva al norte de Oceanía y su aproximación a Asia.

Puesto que ambos continentes llevaban millones de años separados, la evolución había llevado a sus ecosistemas por sendas muy distintas. Los mamíferos son solo un ejemplo de ello.

Una nueva explicación

Esto explica la existencia de dos faunas distintas, pero no la ubicación de la frontera descubierta por Wallace. O quizás sí.

El año pasado, un equipo de expertos publicó un artículo en la revista Science. En él defendían una hipótesis que proponía una serie de acontecimientos relacionados con la interacción entre el la que permitió la aparición de esta frontera, todo gracias a la actividad volcánica y a un cambio en las condiciones climáticas de la región.

La hipótesis señala que la separación entre Oceanía y la Antártida habría abierto la vía a la aparición de la corriente Circumpolar. Este habría tenido un efecto de enfriamiento sobre el clima terrestre pero no habría afectado a todas las regiones por igual.

Según el modelo empleado por el equipo, el clima en el sudeste asiático se habrían mantenido cálidos y húmedos mientras que el clima en el nuevo continente Australiano habría comenzado a enfriarse y hacerse progresivamente más seco. El archipiélago malayo se habría formado en un clima más semejante al asiático, lo que habría facilitado que las especies de este continente se expandieran por él.

Sin embargo, las especies procedentes de Australia habrían tenido más difícil su expansión por estas islas al haber tenido que adaptarse a un clima cada vez más árido. La desigual capacidad de adaptación sería la responsable de la existencia de la Línea de Wallace y también de lo singular de la fauna australiana

La Línea de Wallace no está sola demarcando fronteras biológicas. Otras “líneas” han sido utilizadas en la región a la hora de comprender mejor las dinámicas biológicas en la miríada de islas, islotes y archipiélagos que unen Asia y Oceanía. Ejemplos de esto son las líneas de Weber y de Ledekker, ambas situadas al sudeste de la de Wallace, entre las islas de Timor y Célebes por un lado, y Nueva Guinea por otro.

Corte Linea Wallace Edit