jueves, 2 de enero de 2025

La NASA ha confirmado un nuevo planeta

 Tras décadas de conjeturas y debates científicos, la NASA ha dado a conocer un hallazgo que podría cambiar para siempre nuestra visión del universo. Un equipo de investigadores, liderado por Konstantin Batygin del Instituto de Tecnología de California, ha confirmado la existencia de un planeta completamente nuevo dentro del Sistema Solar. Este descubrimiento representa un cambio profundo en nuestra galaxia.

El planeta en cuestión no es la vuelta de Plutón como miembro pleno del sistema planetario, sino un cuerpo celeste desconocido hasta ahora, situado más allá de Neptuno. Se descubrió a partir de un estudio de movimientos de objetos transneptunianos (TNOs), cuando descubrieron un cuerpo con una masa que se calcula entre cinco y diez veces mayor que la de la Tierra. Estos cuerpos helados, ubicados en las zonas más lejanas del Sistema Solar, mostraron trayectorias que solo pueden explicarse por la influencia gravitacional de un objeto masivo cercano.

Un planeta buscado durante más de un siglo

La posibilidad de un noveno planeta ha sido objeto de especulación durante más de cien años. Sobre todo, a raíz del mencionado Plutón. Sin embargo, las evidencias reunidas por el equipo de Batygin ofrecen la primera prueba concreta de su existencia. Los datos recabados de los TNOs revelan patrones de comportamiento orbital que no pueden ser justificados sin un cuerpo celeste de gran tamaño afectando su trayectoria.

No obstante, a pesar de estas pruebas realizadas, el hallazgo enfrenta retos significativos. Este planeta está tan alejado del Sol y refleja tan poca luz solar que su detección directa resulta casi imposible con la tecnología actual. Para resolver este desafío, la NASA tiene en marcha el desarrollo de un telescopio especializado, capaz de rastrear estas regiones oscuras del cielo con una precisión sin precedentes.

¿Qué convierte a un objeto en planeta?

La clasificación de un objeto como planeta no es sencilla. Según los criterios establecidos, un cuerpo celeste debe cumplir con ciertos requisitos fundamentales, como orbitar alrededor de una estrella, tener suficiente masa para adoptar una forma esférica bajo su propia gravedad y dominar completamente su órbita, es decir, no compartirla con otros cuerpos significativos.

Este último criterio fue el que relegó a Plutón a la categoría de planeta enano en 2006, ya que comparte su órbita con numerosos objetos en el cinturón de Kuiper. Por el contrario, este nuevo planeta parece cumplir con todos los requisitos necesarios para ser considerado el noveno integrante oficial del Sistema Solar.

Un paso hacia el futuro de la astronomía

La confirmación de este planeta no sólo redefine nuestra visión del Sistema Solar, sino que también amplía los límites de la astronomía. Su descubrimiento plantea nuevas preguntas sobre la formación y evolución de los sistemas planetarios y abre la puerta a futuras exploraciones en las regiones más desconocidas del espacio.

El desarrollo del nuevo telescopio promete ser la herramienta clave para obtener imágenes y datos detallados que confirmen la existencia de este gigante oculto. Además, el avance en la tecnología de observación espacial podría facilitar el descubrimiento de otros cuerpos celestes desconocidos que aún aguardan en las sombras del cosmos.

Descubren el mayor yacimiento de huellas de dinosaurios del Reino Unido

 Un grupo de más de 100 investigadores de las Universidades de Oxford y Birmingham ha descubierto el mayor yacimiento de dinosaurios del Reino Unido, con más de 200 huellas que datan del periodo Jurásico Medio, hace 166 millones de años.

La excavación, que se llevó a cabo en junio de 2024 en una cantera de Oxfordshire (noroeste de Londres), descubrió cinco extensas huellas de pisadas, con más de 150 metros de longitud en el caso de la más extensa, informó este jueves la Universidad de Birmingham en un comunicado.

Cuatro de las huellas pertenecen a dinosaurios herbívoros gigantes de cuello largo, denominados saurópodos, y la quinta fue hecha por el dinosaurio carnívoro Megalosaurus, el primero de su especie en ser nombrado y descrito científicamente en 1824.

Horizontal

Más de 100 investigadores de las Universidades de Oxford y Birmingham han trabajado en el yacimiento 

 University of Birmingham / EFE

Además, desde la Universidad de Birmingham apuntan a que una zona del yacimiento mostró que las huellas de carnívoros y herbívoros se entrecruzaban, lo que plantea preguntas sobre si ambas especies interactuaban y de qué forma.

“Estas huellas ofrecen una ventana extraordinaria a la vida de los dinosaurios, revelando detalles sobre sus movimientos, interacciones y el entorno tropical en el que habitaban”, explicó la profesora de Micropaleontología de la Universidad de Birmingham Kirsty Edgar.

Un trabajador de la cantera descubrió las huellas, enterradas bajo el barro, al notar “golpes inusuales” mientras retiraba arcilla con su vehículo para despejar el suelo del lugar, y avisó a los expertos.

Vertical

Los científicos trabajando en la excavación  

 EMMA NICHOLLS / AFP

En cuestión de una semana, un centenar de investigadores se desplazaron hasta la cantera para analizar el yacimiento, construir modelos 3D detallados del lugar y hacer hasta 20.000 fotografías, incluso aéreas con drones, para documentar las más de 200 huellas.

Asimismo, el equipo del programa Digging for Britain de la BBC filmó el trabajo como parte de una nueva serie que se emitirá a partir de la próxima semana y la excavación se presentará en la exposición Breaking Ground del Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford (OUMNH).

Y tú, de mayor, ¿serás neurona o célula muscular?

 De niños todos hemos dicho alguna vez aquella frase de: “Yo de mayor quiero ser…” ¿Y nuestras células? ¿Son todas iguales? ¿Se comportan y evolucionan todas de la misma forma? ¿Tienen las mismas “aspiraciones”? La respuesta, igual que con las personas, es rotundamente no. 

En nuestro cuerpo conviven más de 300 tipos de células diferentes, cada una con sus particularidades morfológicas y funcionales. Lo más sorprendente es que todas derivan de una misma célula: el zigoto u óvulo fecundado.

¿Cómo se convierten, pues, en entidades tan diferentes y singulares? A través de un proceso denominado diferenciación celular.

De la misma forma que un conductor necesita su vehículo o un músico su instrumento, las células necesitan proteínas que les permiten llevar a cabo las funciones para las que están destinadas. Estas proteínas se producen a partir de la información que contienen los genes de nuestro ADN.

A pesar de que todas las células contienen la misma información genética, son capaces de especializarse de forma asombrosamente diferenciada. Así, por ejemplo, un linfocito expresa receptores de antígenos que le permiten detectar agresiones para nuestro cuerpo y activar nuestras defensas, la respuesta inmune. En cambio, una célula muscular carece de estos receptores pero posee otra serie de proteínas y estructuras que hacen que sea capaz de contraerse y relajarse de forma coordinada con sus iguales para mediar los movimientos de nuestro cuerpo.

Si todas las células comparten la misma dotación genética, ¿cómo consiguen diferenciarse para dar lugar a especialistas en cada uno de los procesos necesarios para mantener el cuerpo en perfecto funcionamiento? La respuesta, en parte, es que no todos los genes están activos en todas nuestras células. Que se pongan en marcha unos u otros depende de los llamados mecanismos de señalización y de regulación de la expresión génica, que determinan de forma extremadamente precisa y coordinada el destino de cada una de nuestras células según la posición que ocupan.

Las células madre son multipotentes

¿Puede una célula escapar a su destino? ¿Tienen todas ellas un camino predeterminado o establecido a priori?

En cierto modo, existen determinadas células que se salen de este esquema. Se trata de las células madre o troncales, y poseen dos particularidades: son capaces de dividirse indefinidamente y de dar lugar a diversos tipos celulares. Debido a esta segunda característica, reciben el calificativo de pluri o multipotentes.

Las células madre se pueden clasificar en tres grandes grupos según su origen: células troncales embrionarias (derivadas de embriones muy tempranos llamados blastocistos), células madre somáticas (viven en el organismo adulto) y células pluripotentes inducidas (células diferenciadas que, mediante un proceso de modificación genética, se pueden transformar en células que se comportan como células madre). 

Inicialmente se identificó como única fuente de células troncales somáticas la médula ósea. Pero ahora sabemos que prácticamente todos los tejidos tienen células pluripotentes capaces de producir variedad de tipos celulares que forman parte de dicha estructura tisular u órgano.

Las consecuencias de perder el equilibrio

En principio, la diferenciación celular se produce en nuestro cuerpo bajo una regulación fina que permite mantener ese equilibrio maravilloso que caracteriza a muchos procesos biológicos. Una alteración en dicho equilibrio puede desencadenar patologías diversas. 

Por ejemplo, existen unas células llamadas osteoclastos, con capacidad de destrucción del hueso, que se encargan del proceso de resorción ósea, esencial durante el crecimiento o incluso durante la recuperación del hueso tras una fractura en determinadas condiciones. Si por alguna razón se produce un aumento de la diferenciación de osteoclastos, estos devorarán el material óseo innecesariamente, dando lugar a enfermedades degenerativas como la osteoporosis, la artritis o la artrosis.

Por otra parte, conocer los mecanismos que dirigen el proceso de especialización permite desarrollar nuevas terapias o aproximaciones terapéuticas capaces de mejorar nuestra calidad de vida. En algunos casos se trata de frenar la generación de un cierto tipo celular, mientras que en otros se intenta repoblar el cuerpo con células que se especialicen para llevar a cabo su función y superar determinados problemas de salud. Un ejemplo de ello son los trasplantes de médula ósea o de progenitores de células sanguíneas para el tratamiento de leucemias o linfomas (cánceres de la sangre).

Una cosa está clara, ya nos sintamos neurona o células muscular, todos debemos ser conscientes de la necesidad e importancia que tiene apoyar y promover la investigación biomédica, ya que será ésta la que nos ayude a desentrañar y comprender los mecanismos responsables del fascinante proceso de la diferenciación celular, y por tanto impulsar el desarrollo de estrategias terapéuticas que mejorarán la calidad de vida en nuestra sociedad.