sábado, 15 de abril de 2017

VESTIGIOS EN NUESTRO CUERPO DE LA EVOLUCIÓN DE LAS ESPECIES… QUE NO SIRVEN PARA NADA

Frente a los que creían que las especies eran creaciones inmutables y que habían sido creadas separadamente, Charles Darwin publicó en 1859 su obra El origen de las especies por medio de la selección natural, donde exponía su teoría de la evolución mediante la selección natural y la adaptación al medio. Lógicamente, esta evolución no es algo espontáneo y necesita de mucho tiempo.
Y nuestro propio cuerpo es un ejemplo de restos de esa evolución que otrora tenían alguna utilidad o función pero que ahora mismo no la tienen, llegando incluso a molestar. Si alguno de vosotros vive mil años, por poner una cifra, igual comprueba que estos vestigios han desaparecido de nuestra anatomía. Algunos ejemplos:
  • El apéndice servía para digerir la celulosa cuando nos alimentábamos fundamentalmente de proteínas vegetales. Ahora, solo sirve para provocar apendicitis.
  • El dedo pequeño del pie tampoco es útil, ya que para mantener el equilibrio necesitamos únicamente los otros cuatro. El único indispensable es el dedo gordo. El dedo pequeño solo sirve para que nos lo rompamos al darnos un golpe con la pata de una mesa o una silla.
  • El prepucio es la piel que recubre el glande y en otros tiempos permitía tener húmeda esa zona del pene, facilitando así la rápida penetración sin entrar en demasiados preámbulos. También lo protegía de las hierbas que podían rozar al hombre al caminar desnudo. Ahora solo sirve para sufrir alguna infección.
  • Los pezones en el hombre. Durante las primeras semanas el embrión en desarrollo sigue un “anteproyecto femenino” y para los cromosómicamente varones (XY), pasados 60 días de la fecundación, se cambia la actividad genérica de las células. Para entonces, las papilas mamarias ya no se moverán de allí. Aunque los hombres nunca hemos amamantado a los hijos, probablemente la selección natural no los eliminó al no suponer un problema. Ahora se pueden adornar con piercings… y poco más.
  • Las muelas del juicio tenían su sentido hace miles de años al tener que comer productos como huesos y carne cruda. Estos terceros molares eran necesarios para triturarlos, algo que ahora ya no es necesario. De hecho, en la actualidad sólo el 5% de la población cuenta con estas muelas, que sólo sirven para sufrir un intenso dolor.
  • El coxis es el hueso de la punta inferior de la columna vertebral, vestigio de la cola que los embriones humanos poseen hasta la octava semana y que nuestros antepasados utilizaban para desplazarse por los árboles. Ahora, más vale que no te lo fractures al caerte de culo.
  • Los músculos erectores del pelo se utilizaban para erizarlo y así aparentar más volumen. También para aumentar la protección del cuerpo frente a las inclemencias del tiempo. Ahora no sirven para nada, e incluso muchas personas nacen sin ellos.
  • El músculo palmar recorre el codo hasta la muñeca y pudo tener su función para ayudar a colgarse y trepar por los árboles. Está ausente en el 11% de la población y sirve, algo es algo, para cirugía reconstructiva…
Y aún hay más. Conocéis más vestigios de nuestro cuerpo… que no sirven para nada.

Fuente: Cómo enfermar y no morir en el intento de Fco. Javier Tostado

Descubierta la forma de vida más antigua de la Tierra

Fósiles que se remontan a los orígenes de la Tierra. El hallazgo dentro del llamado cinturón de Nuvvuagittuq, un peculiar rincón geológico en Quebec (Canadá), de unos microfósiles con al menos 3.770 millones de años de antigüedad los convierte en los más vetustos que conocemos hasta ahora. Los fósiles hallados sugieren que la vida pudo surgir y colonizar el mar muy pronto tras la formación de la Tierra, lo que permite teorizar conque hayan existido planetas similares al nuestro que pasaron por el mismo proceso. El primero en quien pensamos es en Marte.

Estos restos se encuentran en rocas sedimentarias que pertenecieron a antiguas fuentes hidrotermales donde los tubos y filamentos microscópicos, formados por bacterias que vivían en hierro, se han convertido en la primera evidencia de vida en la Tierra. Y esto no resulta extraño, pues las fuentes hidrotermales bajo los océanos representan uno de los primeros escenarios que albergaron vida en la Tierra gracias a su rico contenido en hierro. 

"Nuestro descubrimiento apoya la idea de que la vida surgió de los respiraderos calientes de los fondos marinos poco después de que se formase el planeta Tierra. Esta rápida aparición de la vida en la Tierra se ajusta a otras pruebas de sedimentos de hace 3,700 millones de años que fueron moldeados por microorganismos", explica Matthew Dodd, líder del trabajo.

Los expertos analizaron fragmentos de jaspe, una roca sedimentaria hallada en la franja de Nuvvuagituuq datada anteriormente entre 3.770 y 4.290 millones de años. Empleando una combinación de microscopía óptica y espectroscopia Raman (para estudiar modos de baja frecuencia), los científicos lograron identificar tanto los microfósiles como la mineralogía asociada a ellos.

Los resultados han confirmado que la vida prosperó en estos ambientes hidrotermales poco después de los orígenes de la Tierra. Entre los elementos hallados en las rocas se encuentran: microfósiles en forma de tubos de hierro con o sin filamentos internos de hierro, gránulos de óxido de hierro, rosetas de carbonato cortadas y rodeadas por masas de apatita o filamentos torcidos de hierro. Todos ellos, producto de la putrefacción.

"Las estructuras están compuestas por los minerales que se espera se formen a partir de la putrefacción, y han sido bien documentados a lo largo del registro geológico, desde el principio hasta hoy. El hecho de desenterrarlos de una de las más antiguas formaciones rocosas conocidas, sugiere que hemos encontrado una evidencia directa de una de las formas de vida más antiguas de la Tierra. Este descubrimiento nos ayuda a reconstruir la historia de nuestro planeta y la vida notable en ella y ayudará a identificar rastros de vida en otras partes del universo", comenta Dodd.

"Estos descubrimientos demuestran que la vida se desarrolló sobre la Tierra en un momento en el que Marte y la Tierra tenían agua líquida en sus superficies, lo que 
plantea preguntas emocionantes sobre la vida extraterrestre. Por lo tanto, esperamos encontrar pruebas de vida pasada en Marte de hace 4.000 millones de años de antigüedad, o sino, la Tierra puede haber sido una excepción especial”, finaliza Dodd.

El estudio, desarrollado por un equipo internacional de científicos liderado por investigadores de la University College de Londres (Reino Unido), ha sido publicado en la revista Nature.

Sarah Romero para Muy Interesante

Las escamas de tiburón revelan cómo vivieron los primeros vertebrados

Humberto Ferrón y Héctor Botella, investigadores del Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva, han demostrado que los telodontos, uno de los primeros grupos de vertebrados conocidos, eran ya muy diversos en términos ecológicos al comienzo de la historia evolutiva del grupo.
“Contaban con especies que habitaban las profundidades marinas, nadadores muy activos, e incluso especies que nadaban formando bancos o cardúmenes”, destaca Ferrón. Otros telodontos ya tenían escamas para prevenir el asentamiento de parásitos. Estos hechos sugieren, según el experto, que el parasitismo y las conductas sociales en vertebrados ya existían durante el período Silúrico, hace más de 400 millones de años. El estudio se publica en la revista PloS ONE.
Para obtener estas conclusiones, los autores estudiaron el patrón de escamación –forma de las escamas y distribución en el cuerpo– en cerca de un centenar de especies de tiburones. La aplicación de distintas técnicas morfométricas y estadísticas ha permitido describir de forma cuantitativa la estrecha relación entre el patrón de escamación y los distintos modos de vida en tiburones actuales.
Según Héctor Botella, “los tiburones, más populares quizás por sus grandes mandíbulas, sus cortantes dientes o sus hábitos locomotores o reproductores, deben en gran medida su éxito evolutivo a la plasticidad fenotípica de su piel, lo que les ha permitido dominar distintos ambientes de los océanos desde hace más de 400 millones de años”.
“La piel de un tiburón es fascinante. Puede parecer lisa, pero vista a unos pocos aumentos se revela como una estructura compleja, cubierta por miles de pequeños dentículos conocidos como escamas placoideas”, según Botella. La morfología, distribución corporal y abundancia es la que aporta información relevante sobre su modo de vida. La forma de estas escamas está estrechamente relacionada con la función que desempeñan. Por ejemplo, es posible diferenciar escamas implicadas en la protección ante el roce, prevención del anclaje de parásitos en la piel o reducción de la fricción con el agua.
Así era la vida de animales extintos
Los autores muestran también que esa información es una herramienta muy útil para conocer cómo era el modo de vida de animales ya extinguidos, en concreto en los grupos de vertebrados más antiguos, y será de interés para paleontólogos y zoólogos.
Los resultados de la investigación podrían aplicarse en bioingeniería, al conocer mejor la piel de estos animales y con ello poder desarrollar herramientas en ingeniería náutica. Un ejemplo, según Héctor Botella, serían algunos trajes de baño (prohibidos hoy en día por el comité olímpico) que imitan la piel de ciertos escualos y pueden aumentar significativamente la velocidad del nadador.
El estudio también aporta información que puede ser valiosa en políticas conservacionistas de ciertas especies de tiburones actuales, de las que se desconoce su ecología, como los tiburones que viven a grandes profundidades, observados en contadas ocasiones en su hábitat natural y conocidos sólo a partir de capturas.
Hasta la publicación de este estudio, los trabajos que habían tratado el modo de vida de los primeros vertebrados eran muy escasos y la mayoría de ellos se fundamentaban sólo en datos sedimentológicos.
La investigación se ha realizado a lo largo de tres años con varias campañas de campo y la visita a colecciones de tiburones y restos fósiles de diversos museos tanto en España (Museu Cau del Tauró de l’Arboç, Tarragona; Museu de Zoologia de Barcelona, Barcelona; Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid); como internacionales (Museum für Naturkunde de Berlín; Queensland Museum de Brisbane, National Museum of Scotland y Australian Museum de Sidney). 
Referencia bibliográfica:
Ferrón HG, Botella H (2017). "Squamation and ecology of thelodonts". PLoS ONE 12(2): e0172781. doi:10.1371/journal.pone.0172781

El día que la Iglesia arrestó a Galileo y lo culpó de herejía

La necedad es más fuerte que cualquier hecho comprobable, cualquier doctrina contraria o imposición de ésta. Es por eso que algunas veces se reacciona de manera violenta ante hechos o acciones que chocan y ponen en crisis los sistemas de creencias aparentemente fijos y naturales.
Una persona lo entendería pero la masa es volátil, es el argumento que le da Tommy Lee Jones a un inexperto Will Smith, al comienzo de “Men In Black” (1997), cuando le explica porqué se mantiene en estricto secreto la existencia de alienígenas en el planeta Tierra. Ante hechos que cambian la estructura del conocimiento y las maneras de relacionarse con su entorno, la violencia y la ceguera fanática, han sido el común denominador en la historia humana.


Tal vez el cambio de pensamiento de geocéntrico a heliocéntrico ha sido uno de los más fuertes e importantes. No sólo implicaba aceptar que la Tierra gira alrededor del Sol, junto a otros planetas; sino que epistemológicamente significaba reconocer que el ser humano no es el centro del universo.

La vida humana es tan importante como la la vida de las moscas que dura dos semanas; tan relevante para el cosmos y el flujo de todo lo irremediablemente vivo, como las centenarias tortugas gigantes de las islas Galápagos; como las vida de los pichones y los gavilanes en granjas de Rumania sin comunicación; como todas las ratas que pelean por sobrevivir en los callejones y avenidas de Shanghái.
juicio de galileo galilei telescopio
Ante este choque epistemológico se encontró la Iglesia cuando, primero Copérnico y después Galileo Galilei, establecieron gracias a pruebas comprobables, que, efectivamente, la vida del ser humano no era más especial que la de los gusanos de seda y que, por lo tanto, la existencia de un Dios se subyugaba al deseo de algún ser que quisiera visualizarlo a su imagen y semejanza.
juicio de galileo galilei inquisicion
Todo el poder acumulado hasta el siglo XV se fisuraba gracias a una persona. Entonces la Iglesia evaluó la situación, balanceó los pros y contras de la situación y decidió que la vida de un científico experimental con ideas peligrosas no valía, ni competía, con la estabilidad del pensamiento geocéntrico en el que sustentaban sus nociones y bases de creencia.
juicio de galileo galilei santa
Así que el 12 de abril de 1633, fue llevado ante un tribunal eclesiástico ese científico de ideas peligrosas. Un año antes Galileo Galilei había publicado su libro “Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo”, donde defendía el modelo heliocéntrico y ridiculizaba la creencia geocéntrica que también encajaban con las Sagradas Escrituras Cristianas.
juicio de galileo galilei hoguera
Durante dos meses el Santo Oficio, a través de sus agentes inquisidores comandados por el cardenal Belarmino, mismo que había mandado a la hoguera al filósofo Giordano Bruno, se encargaron de hacer enflaquecer física y mentalmente al científico italiano. Hasta que el 22 de junio de 1633, Galileo fue obligado a pronunciar de rodillas y ante el tribunal de “justicia” la abjuración del modelo heliocéntrico.
juicio de galileo galilei universo

La Inquisición quería que Galileo afirmara que ese modelo descentralizado de la vida era una mera suposición fanática, una loca hipótesis matemática descartable inmediatamente, y lo hizo. El castigo: arresto domiciliario hasta su muerte, que ocurrió en 1642, mismo año que nació Isaac Newton.

juicio de galileo galilei juicio

Ese día, de rodillas, Galileo Galilei salvó su vida negando el modelo en el que nunca dejó de creer y sobre el que siguió haciendo investigación después de todo el proceso penal. La historia absolvió la terquedad de Galileo y la tradición popular ha creado el mito, expandido y felizmente aceptado, de que ahí, arrodillado y humillado por su acertado modelo físico, al levantarse dijo, casi susurrando, golpeando el suelo con su pie, casi creyendo en que alguien escucharía esas palabras de persistencia y resistencia en un futuro: eppur si muove.


juicio de galileo galilei mueve


Por  


*
Fuentes:


Hallan herramientas de los primeros humanos modernos en una cueva de Irán

Un equipo arqueológico iraní y español ha descubierto las primeras evidencias propias de una cultura de humanos anatómicamente modernos fuera de África, concretamente en la cueva de Kaldar, un sitio de época paleolítica situado cerca de la ciudad de Jorramabad, en el oeste de Irán. Los arqueólogos, de la Fundación Atapuerca y del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social, han excavado herramientas de piedra asociadas a restos de fauna en un nivel de entre 36.000 y 54.000 años de antigüedad, según la datación por radiocarbono.
"Los resultados de la datación de este yacimiento sitúan a Irán entre los primeros lugares habitados por humanos modernos que, junto con los grupos de homínidos levantinos, consiguieron llegar por primera vez a Europa desde Asia occidental", explica la Fundación de Atapuerca en una nota de prensa que ha sido difundida hoy. La secuencia excavada contiene niveles más antiguos con industria musteriense, asociada a los neandertales, que fue sustituida posteriormente por la industria baradostiana, similar a la auriñaciense y exclusiva de los humanos anatómicamente modernos. El sitio arqueológico constituye, por tanto, "una ocasión única para estudiar la transición del Paleolítico medio al Paleolítico superior en los montes del Zagros".
"La cueva de Kaldar es uno de los ejemplos más antiguos de la existencia del hombre moderno en esta parte del mundo, y proporciona datos sobre cómo estas poblaciones sobrevivieron al clima y a las situaciones medioambientales paleoárticas, nuevas para ellos", expresa la Fundación Atapuerca. El estudio, codirigido por Behrouz Bazgir y Andreu Ollé, ha sido publicado en Scientific Reports. Han colaborado 19 autores internacionales en la investigación, entre ellos Eudald Carbonell, codirector de los yacimientos de la sierra de Atapuerca.

Cueva de Kaldar

Vista general de la cueva de Kaldar en Irán, un sitio arqueológico de época paleolítica.

National Geographic

Los mejores y los peores sitios de noticias científicas según su fiabilidad


En el eje vertical (Y) cuán atractivo es el contenido científico de cara a leerlo; en el eje horizontal (X), si esa cobertura se hace en base a pruebas científicas o no o no. 
Cuanto más arriba y a la izquierda, mejor. 
Nature, Science, New Scientist o incluso publicaciones como Ars Technica o LiveScience quedan como las mejores mejor. A la derecha, abajo, la pura basura (sic.) incluyendo Natural News, Infowars, Daily Mail o el Huffington Post. Esos, ni con un palo. 
Y es que cuando se trata de hablar de la calidad de la información toda ayuda orientativa es poca, especialmente para quienes buscan contenido interesante para aprender. 
Puede leerse más sobre esta infografía aquí: The Best And Worst Science News Sites, un trabajo de la American Council on Science and Health y RealClearScience
(Vía JM Mulet.) 

Los humanos han creado ya 208 nuevos minerales

Ampliar foto
La atacamita se encontró por primera vez en minas de Atacama (Chile) pero también en estatuas de bronce de la Alejandría clásica. RRUFF


En 1959, un geólogo descubría en una de las vitrinas del Museo de Historia Natural de Bruselas un nuevo y rarísimo mineral, la calclacita. Es tan raro que solo existe en esa vitrina: durante años la acción del ácido acético emitido por la madera de roble de la que está hecho el mueble corroyó unas rocas calcáreas que formaban parte de la colección de minerales del museo creando algo nuevo. La calclacita es uno de los 208 minerales aparecidos como consecuencia indirecta e involuntaria de las acciones humanas. Lo que la naturaleza tardó millones de años en hacer, los humanos lo están creando en unos pocos siglos.
"La calclacita no es el más bonito pero me encanta la idea de que se haya formado un nuevo mineral al dejar muestras en el cajón de un museo", dice el investigador del Instituto Carnegie para la Ciencia (EE UU), Robert Hazen. Este profesor de geología de la Universidad George Mason ha elaborado, junto a colegas de varias universidades estadounidenses, un catálogo con 208 minerales antropogénicos.
Aunque la definición tradicional de mineral exige que sea una estructura cristalina de determinados elementos químicos enlazados de una forma concreta y fruto de procesos naturales, la Asociación Internacional de Mineralogía (AIM) también considera minerales aquellos compuestos químicos en los que la acción humana que los creó no fue deliberada. Eso descarta a las más de 180.000 nuevas estructuras cristalinas creadas por el ingenio humano con una intención y función, según estiman los autores del catálogo, pero permite reconocer otros compuestos fruto también de procesos naturales pero iniciados por una acción humana.
La mayoría de los nuevos minerales son subproductos de actividades mineras y la metalurgia
Hazen, autor del libro La Historia de la Tierra: Los primeros 4500 millones de años, propuso en 2008 una evolución de los minerales dividida en 10 etapas, desde el periodo inmediatamente posterior al Big Bang hasta la aparición de los biominerales, como el carbonato cálcico de los trilobites, la sílice de las diatomeas o el fosfato cálcico de huesos y dientes. Ahora cree llegado el momento de sumar una undécima fase, la actual, protagonizada por las acciones humanas.
En cada una de esas etapas, con una duración de centenares de millones de años aparecieron unas pocas decenas de minerales. "Han hecho falta 4.500 millones de años para que se produjeran las distintas combinaciones de elementos en el lugar, profundidad y temperatura determinados para formar los más de 5.200 minerales reconocidos oficialmente", comenta Hazen. La mayoría de ellos aparecieron durante la Gran Oxidación. Entonces, hace entre 2.200 y 2.400 millones de años, la aparición de las cianobacterias provocó la generación masiva de oxígeno (hasta los niveles actuales) que desencadenó una serie de procesos geológicos y biológicos que provocaron la mayor diversificación de minerales hasta ahora.
"Ahora me doy cuenta de que los humanos estamos creando nuevos minerales y compuestos análogos a un ritmo asombroso, más rápido que en cualquier otra época en la historia de la Tierra", comenta Hazen. "Estos minerales formarán una capa duradera (hablo de miles de millones de años) en el registro sedimentario que distinguirá nuestro tiempo de todo lo que hubo antes. Por eso es una nueva etapa", añade.
ampliar foto
Seis minerales antropogénicos: En el sentido del reloj y empezando arriba a la izquierda, abhurita, andersonita, metamunirita, simonkolleita, nealita y fiedlerita. 
Algo más de la mitad de los minerales de la lista (117) tienen tanto origen natural como humano. La atacamita, por ejemplo, fue identificada por primera vez en el siglo XIX en minas del desierto chileno de Atacama. Pero, a mediados del siglo pasado, también fue caracterizada en la costra de estatuas de bronce de la ciudad helenística de Alejandría corroídas por el agua del mar en el que pasaron los últimos 2.000 años. Aún más fascinantes son los casos de la fayalita y la forsterita. La primera fue localizada en las Azores y la segunda escupida por el Vesubio en el siglo XIX. Pero ambas también fueron identificadas en altares para el sacrificio en la región del Tirol. Al parecer la combustión incompleta de los huesos de los animales reaccionó con las rocas del altar creando la versión antropogénica de estos minerales.
Otros 91 minerales, sin embargo, son un subproducto exclusivo de las acciones humanas y no se han encontrado, por ahora, en yacimientos naturales, según detallan los autores del decálogo en la revista American Mineralogist. La abhurita es un buen ejemplo. Originada en el estaño de las monedas que había en las bodegas del barco SS Cheerful, naufragado frente a las costas inglesas en el siglo XIX, solo se la ha encontrado en otros naufragios.
La abellaíta, encontrada en una mina de uranio de Lleida, es una de las últimas incorporaciones a la lista
Casos como el de la calclacita o la decena de minerales identificados en yacimientos arqueológicos o los cuatro surgidos de sacrificios rituales de animales son los menos. La gran mayoría de los minerales antropogénicos son consecuencia más o menos directa de la minería y la metalurgia. Unos, como la apexita o la gunterita emergen del efecto del tiempo y los procesos geológicos sobre los vertederos mineros. Otros, como la postita o la nealita, aparecen en los precipitados del agua usada en la mina o de la escoria de las fundiciones. La mayoría solo existen en una o dos minas, a veces separadas por miles de kilómetros.
La abellaíta es uno de los últimos minerales antropogénicos reconocidos por la AIM. "Lo encontró un cazador de minerales en las paredes de una de las galerías de la mina de uranio Eureka, en Lleida", cuenta el investigador del Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera-CSIC, Jordi Ibáñez. Este experto en cristalografía formó parte del grupo de expertos que analizó las muestras que el descubridor, Joan Abella i Creus, llevó a la Universidad de Barcelona. "No es fácil caracterizar un nuevo mineral. Hay que determinar que es un compuesto fruto de un proceso natural y diferente de todos los demás que se conocen", recuerda Ibáñez. Una vez confirmado, la abellaíta abre desde 2014 la lista de minerales de la AIM.
Ibáñez, que no ha intervenido en la elaboración del catálogo de los 208 minerales, coincide con sus autores en que esta gran diversidad de nuevos minerales es un signo que definiría a la época geológica actual y que han bautizado como Antropoceno. Pero también cree que deberían ser los geólogos del futuro los que deberían definirlo. En lo que no coincide es en la pervivencia de muchos de estos nuevos minerales a largo plazo. Dice Ibáñez: "si la civilización colapsara de forma repentina, los geólogos de dentro de varios millones de años encontrarán cemento y muchos materiales movidos de sitio".
Miguel Angel Criado para ElPaís.com