En la noche del domingo la lluvia de San Lorenzo cayó sobre el país. Donde no hubo nubes pudieron verse unas cincuenta estrellas fugaces cada hora. Los mejores lugares para observar el fenómeno fueron los alejados de las luces; es decir, fuera de las ciudades. Siempre mirando hacia el este, hacia la constelación de Perseo. La mejor hora, la más cercana al alba del lunes
Desde la perspectiva de La Tierra la lluvia parece que se origina en la constelación de Perseo; de ahí que al fenómeno también se le llame las "perseidas". Y por las fechas en que estamos, las "lagrimas de San Lorenzo". En agosto también puede observarse con claridad la Vía Láctea. Como, además, el fenómeno ha coincidido con la luna nueva -es decir, la ausencia del satélite en el firmamento- el espectáculo ha sido soberbio; eso sí, allí donde las nubes no han impedido su contemplación.
Aunque las "perseidas" han caído durante casi toda la noche, las mejoras horas para observarlas han sido las previas al amanecer. El fenómeno se produce a lo largo de diez o quince días, aunque alcanzó su máximo la pasada noche.
Una estrella fugaz se produce cuando un meteorito cae sobre la Tierra y, debido al rozamiento con la atmósfera, se incinera. Precisamente lo que vemos es la llamarada de su desaparición. Hay algunas fechas en las que la frecuencia de estrellas fugaces es mucho mayor que en el resto del año. Esto es lo que conocemos como una "lluvia de estrellas".
Esas fechas coinciden con el paso de la Tierra por una "corriente o anillo de partículas" dejado por un cometa en su acercamiento al sol. Los cometas son cuerpos que oscilan alrededor del sol con órbitas elípticas muy amplias, que al acercarse a la estrella, y debido al viento solar, pierden parte de su masa. En concreto, el anillo de partículas que atraviesa la Tierra es el dejado por el cometa denominado 109P/Swift-Tuttle, descubierto por Lewis Swift y Horace Parnell Tuttle en 1862. Tiene un diámetro de 9.7 kilómetros, y orbita alrededor del Sol con un período de 135 años (su última aparición tuvo lugar en 1992).
La lluvia de estrellas reunió a ciudadanos de todo el país. Por ejemplo, la Asociación Astronómica de Huesca convocó a mil personas en el Parque Tecnológico Walqa entre las 23.00 y las 4.00 de la madrugada, en el marco de las Fiestas de Huesca en honor de San Lorenzo. También en León y Puerto Lumbreras, entre otros muchos lugares, se hicieron convocatorias semejantes.
El Mundo 13/08/07
Son las lágrimas de San Lorenzo.... son muy bonitas... espero que las hayais podido ver pues es bastante fácil. Nacho
lunes, 13 de agosto de 2007
lunes, 6 de agosto de 2007
El telescopio espacial 'Spitzer' detecta una gigantesca colisión cósmica
El observatorio espacial 'Spitzer' de la NASA ha captado una de las mayores colisiones cósmicas en la historia de la astronomía, según ha explicado el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de Estados Unidos.
Se trata de cuatro galaxias que han chocado entre sí esparciendo en el cosmos miles de millones de estrellas, dijo el laboratorio de la NASA en un comunicado. En última instancia esas cuatro galaxias quedarán reducidas a una sola que tendrá una masa 10 veces superior a la de la Vía Láctea, donde reside el sistema solar de la Tierra.
"La mayoría de las galaxias se fusionan en un choque como si fueran automóviles compactos", manifestó Kenneth Rines, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian.Sin embargo, "lo que tenemos aquí es el choque de cuatro camiones cargados con arena que se disemina por todas partes", señaló.
En la imagen ampliada pueden verse cuatro puntos amarillos que corresponden a las galaxias, que se han fundido en otra mucho mayor. Alrededor se observan millones de estrellas despedidas en la colisión y, en amarillo y naranja, otras galaxias similares.
La fusión de cuatro galaxias fue descubierta accidentalmente por el telescopio espacial cuando realizaba una exploración de un conjunto galáctico llamado CL0958+4702 situado a casi 5.000 millones de años luz de la Tierra.
Los datos de Spitzer muestran que en esta fusión hay muy poco gas, a diferencia de otras fusiones galácticas, señaló Rines. Añadió que la información que ha suministrado el telescopio es "la mejor evidencia de que las galaxias del universo se formaron recientemente a través de grandes fusiones".
Diario El Mundo
Se trata de cuatro galaxias que han chocado entre sí esparciendo en el cosmos miles de millones de estrellas, dijo el laboratorio de la NASA en un comunicado. En última instancia esas cuatro galaxias quedarán reducidas a una sola que tendrá una masa 10 veces superior a la de la Vía Láctea, donde reside el sistema solar de la Tierra.
"La mayoría de las galaxias se fusionan en un choque como si fueran automóviles compactos", manifestó Kenneth Rines, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian.Sin embargo, "lo que tenemos aquí es el choque de cuatro camiones cargados con arena que se disemina por todas partes", señaló.
En la imagen ampliada pueden verse cuatro puntos amarillos que corresponden a las galaxias, que se han fundido en otra mucho mayor. Alrededor se observan millones de estrellas despedidas en la colisión y, en amarillo y naranja, otras galaxias similares.
La fusión de cuatro galaxias fue descubierta accidentalmente por el telescopio espacial cuando realizaba una exploración de un conjunto galáctico llamado CL0958+4702 situado a casi 5.000 millones de años luz de la Tierra.
Los datos de Spitzer muestran que en esta fusión hay muy poco gas, a diferencia de otras fusiones galácticas, señaló Rines. Añadió que la información que ha suministrado el telescopio es "la mejor evidencia de que las galaxias del universo se formaron recientemente a través de grandes fusiones".
Diario El Mundo
miércoles, 1 de agosto de 2007
En busca de agua en el polo norte marciano
MADRID.- La misión Phoenix, la primera que investigará sobre el terreno las regiones polares de Marte, está ya lista para ser lanzada a partir del próximo día 3 de agosto desde Cabo Cañaveral, en Florida. Si nada falla, llegará a su destino en mayo del año que viene y realizará observaciones durante al menos 90 días marcianos o, lo que es lo mismo, 92 días terrestres.
Su objetivo será investigar las condiciones pasadas y presentes del agua en Marte, así como la composición química del permafrost (suelo permanentemente congelado) de las regiones árticas y los cambios en la atmósfera. Sus instrumentos —entre ellos un espectrómetro de masas, un horno para calentar las muestras, un microscopio atómico y una pequeña estación meteorológica— podrán observar materiales hasta 1.000 veces más finos que un cabello humano y analizar el aire del planeta rojo hasta los 20 kilómetros de altura
"¿Hay vida en Marte? ¿La ha habido alguna vez? Y, ¿si la ha habido, o la hay, cómo es en comparación con la de la Tierra?" Éstas son las principales cuestiones a las que se enfrentará el Phoenix, de acuerdo con Peter Smith, científico de la Universidad de Arizona e investigador principal de la misión. Las preguntas, en efecto, son las mismas de siempre, pero gracias a los resultados obtenidos por misiones anteriores y al avance de la tecnología, parece que estamos cada vez más cerca de una respuesta.
La sonda de la NASA Mars Odyssey descubrió pruebas en 2002 de que el polo norte de Marte alberga agua congelada, y la europea Mars Express hizo lo propio con el polo sur dos años después. En realidad, ya se sospechaba desde los años 70 que el hielo de los polos del planeta rojo contenía agua, pero esta idea fue después descartada temporalmente, hasta que la reciente oleada de robots y naves orbitales encontró evidencias irrefutables.
Además, se sabe que el clima de Marte, al igual que el de nuestro propio planeta, es cambiante, y que en distintas épocas ha sido lo bastante cálido para albergar vida. "Durante estos periodos, organismos durmientes podrían volver a la vida", señala Smith. "Nuestra misión es verificar si las planicies del norte son aún habitables".
Su objetivo será investigar las condiciones pasadas y presentes del agua en Marte, así como la composición química del permafrost (suelo permanentemente congelado) de las regiones árticas y los cambios en la atmósfera. Sus instrumentos —entre ellos un espectrómetro de masas, un horno para calentar las muestras, un microscopio atómico y una pequeña estación meteorológica— podrán observar materiales hasta 1.000 veces más finos que un cabello humano y analizar el aire del planeta rojo hasta los 20 kilómetros de altura
"¿Hay vida en Marte? ¿La ha habido alguna vez? Y, ¿si la ha habido, o la hay, cómo es en comparación con la de la Tierra?" Éstas son las principales cuestiones a las que se enfrentará el Phoenix, de acuerdo con Peter Smith, científico de la Universidad de Arizona e investigador principal de la misión. Las preguntas, en efecto, son las mismas de siempre, pero gracias a los resultados obtenidos por misiones anteriores y al avance de la tecnología, parece que estamos cada vez más cerca de una respuesta.
La sonda de la NASA Mars Odyssey descubrió pruebas en 2002 de que el polo norte de Marte alberga agua congelada, y la europea Mars Express hizo lo propio con el polo sur dos años después. En realidad, ya se sospechaba desde los años 70 que el hielo de los polos del planeta rojo contenía agua, pero esta idea fue después descartada temporalmente, hasta que la reciente oleada de robots y naves orbitales encontró evidencias irrefutables.
Además, se sabe que el clima de Marte, al igual que el de nuestro propio planeta, es cambiante, y que en distintas épocas ha sido lo bastante cálido para albergar vida. "Durante estos periodos, organismos durmientes podrían volver a la vida", señala Smith. "Nuestra misión es verificar si las planicies del norte son aún habitables".
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