El análisis, mediante simulaciones informáticas, de un antiquísimo organismo que vivió en la Tierra hace 555 millones de años y que no tiene descendientes en la actualidad ha permitido a un grupo internacional de investigadores darse cuenta de que esta criatura, una de las primeras formas complejas de vida conocidas, formaba parte, en realidad, de un ecosistema mucho más complejo de lo que se creía hasta ahora.
Los científicos, canadienses, norteamericanos y británicos, trabajaron con fósiles de Tribrachidium, un animal extremadamente primitivo que vivía en los océanos terrestres hace cerca de 555 millones de años. Utilizando una técnica llamada Dinámica de fluidos computacional, los investigadores fueron capaces de ver cómo Tribrachidium era capaz de subsistir a base de pequeñas partículas suspendidas en el agua, una forma de alimentación que hasta ahora no había sido documentada en organismos de ese lejano período.
Tribrachidium vivió durante una época llamada Período Ediacárico, que abarca entre hace 635 y 541 millones de años y que se caracterizó por tener una gran variedad de organismos grandes y complejos que, en la mayor parte de los casos, resultan muy difíciles de emparentar con alguna especie de la actualidad. Hasta ahora, se pensaba que estos organismos formaban ecosistemas muy simples y que se caracterizaban por apenas unos pocos modos de alimentación, pero el nuevo estudio sugiere que eran muy capaces de alimentarse de formas muy diferentes e inesperadas. Desde luego, muchas más de las que se pensaba hasta ahora.En palabras de Simon Darroch, profesor de la Universidad de Vanderbilt, «Durante muchos años, los científicos hemos asumido que los organismos complejos más antiguos de la Tierra, que vivieron hace más de quinientos millones de años, sólo se alimentaban de una o dos maneras diferentes. Pero nuestro estudio ha demostrado que eso no es cierto, ya que Tribrachidium, y quizá otras especies de su entorno, eran capaces de alimentarse de partículas en suspensión. Y eso demuestra, en contra de lo que esperábamos, que algunos de los primeros ecosistemas eran, en realidad, bastante complejos».
Marc Laflamme, coautor de la investigación, afirma que «Tribrachidium no se parece a ninguna especie moderna, y por eso resulta realmente difícil saber cómo era cuando estaba vivo. Pero la aplicación de tecnologías de vanguardia, como la exploración por TAC (Tomografía Axial Computerizada), y la Dinámica de fluidos computacional, nos ha permitido determinar, por primera vez, cómo este organismo extinguido hace tanto tiempo se alimentaba realmente».
La Dinámica de fluidos computacional es un método para simular el flujo de fluídos que se usa habitualmente en ingeniería, por ejemplo en el diseño de aviones, y esta es una de sus primeras aplicaciones el campo de la Paleontología. Con esas simulaciones en la mano, los científicos pudieron poner a prueba las varias teorías existentes sobre la alimentación de Tribrachidium. Y la técnica ha demostrado ser válida para mejorar nuestra comprensión de muchos otros organismos extintos.
JOSÉ MANUEL NIEVES
ELPAIS.com
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