Mantener un pensamiento escéptico no es tarea fácil. De hecho, en general, resulta tan antinatural y contraintuitivo que recuerda al mito de Sísifo: a la que nos descuidamos, tenemos que volver a empezar. Sin embargo, afortunadamente, existen algunas normas que podemos seguir cuando se nos estropee la brújula.
Además, son normas establecidas por Carl Sagan, uno de los mejores divulgadores de ciancia, amén de un escéptico recalcitrante. Si no habéis leído El mundo y los demonios (1995), ya estáis tardando.
7 normas
Precisamente de su libro anteriormente mencionado, The Demon-Haunted World: Science as a Candle in the Dark (1995), una defensa de la ciencia sobre la irracionalidad, estas nueve reglas de pensamiento escéptico:
- Confirmar la realidad (independiente de los hechos).
- Fomentar el debate sobre la evidencia de los proponentes desde todos los puntos de vista.
- No confundas a los expertos y la autoridad. ("En la ciencia no hay autoridades, a lo sumo, hay expertos").
- Reconozce que siempre hay más de una hipótesis.
- No te aferres a una hipótesis porque es tuya.
- Añadir una cantidad numérica es clave para discriminar hipótesis.
- En una cadena de discusión, todos los enlaces deben funcionar, no solo la mayoría de ellos.
- El más simple es generalmente el más probable.
- Las propuestas que no se pueden demostrar que son falsas no tienen mucho valor científico.
Sergio Parra
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