Los genitales del milpiés Pseudopolydesmus caddo brillan bajo los rayos UV. [Stephanie Ware, Museo Field]
Los milpiés son difíciles de clasificar. Las especies de este grupo suelen compartir los mismos colores apagados y se confunden en la penumbra del suelo del bosque. Pero cuando se les ilumina con luz ultravioleta, algunas muestran una característica destacable: sus genitales brillan con intensidad.
Stephanie Ware, investigadora del Museo Field de Historia Natural de Chicago, y sus colaboradores han recurrido a esa peculiar fluorescencia para identificar estos artrópodos. Ware montó un módico flash de luz UV en una cámara para captar imágenes de los «gonópodos» brillantes, apéndices especializados que los milpiés despliegan en la cópula. Tomó varias fotografías que luego agrupó para crear una imagen compuesta. En las fotografías con luz visible «es realmente difícil distinguir las distintas partes, pero con la luz UV, brotan como de la nada patrones y colores».
Esta técnica ayuda a distinguir las especies de aspecto similar, según Petra Sierwald, zoóloga del Museo Field. Ella y Ware son, junto con sus colaboradores, autoras de un estudio sobre el tema, que se publicó en línea en abril en Zoological Journal of the Linnean Society. Por medio de esta técnica, han identificado ocho especies (hasta ahora clasificadas erróneamente como doce) en el género norteamericano Pseudopolydesmus. Sierwald afirma que este tipo de imágenes podría tener aplicaciones en edafología y bioconservación, pues ayudarían a saber con rapidez si ciertas especies de milpiés están presentes en un hábitat. «Los miriápodos son excelentes indicadores de la salud del suelo porque reciclan la hojarasca en descomposición», explica.
Lo cierto es que los científicos ignoran por qué brillan los genitales. «El orden Polydesmida es ciego, carece de ojos», aclara Sierwald. M. Gabriela Lagorio, química especialista en fotobiología de la Universidad de Buenos Aires, que no ha participado en el estudio, afirma que tal vez no tenga una finalidad evolutiva en sí, pues podría tratarse «simplemente de una consecuencia fortuita de la estructura química de una sustancia presente en el tejido».
Si uno probara un pedacito de la superficie de luna Europa de Júpiter, percibiría uno de los sabores más familiares en la Tierra: el de la sal de mesa.
Hallazgos recientes sugieren que la capa de hielo que cubre a Europa contiene cloruro de sodio (NaCl), el principal componente de la sal que usamos en nuestras comidas.
El descubrimiento fue realizado por científicos de la NASA y del Instituto Tecnológico de California (Caltech) y fue publicado en la revista Science Advanceseste miércoles.
Pero ¿cómo detectaron la presencia de sal de mesa en la luna Europa y por qué es importante?
¿Sales de Epsom o sal de mesa?
Gracias a las imágenes que enviaba la sonda Galileo a mediados de los 90, los científicos saben que algunas partes de la superficie de Europa son de color amarillo.
Pero la sonda Galileo no solo enviaba fotos, sino también datos recogidos por su espectrómetro infrarrojo.
Esta información permitió descubrir que la superficie de la luna Europa tieneuna capa gruesa de hielo y que debajo de esta capa hay un amplio océano.
Al analizar los datos del espectrómetro, parecía que una de las sustancias de la capa de hielo era sulfato hidratado de magnesio, o lo que conocemos como "sales de Epsom", usadas como nutrientes del suelo para la agricultura, como sales de baño y para fines médicos.
Estas sales encajaban con el espectro de ondas infrarrojas que enviaba la sonda Galileo y también con "las expectativas de los científicos", le cuenta a BBC Mundo Samantha Trumbo, candidata a un doctorado en Ciencias Planetarias de Caltech y autora principal del estudio.
Pero estas sales de Epsom no explicaban el color amarillo de algunas zonas de la luna que se veían en las fotos.
En 2015, Kevin Hand, uno de los autores del estudio, y Robert Carlson, ambos astrónomos de la NASA, hicieron un experimento con sal de mesa (cloruro de sodio), sometiéndola a las mismas condiciones que tendría en la luna Europa.
Irradiaron la sal con electrones y vieron que adquiría una tonalidad amarilla, similar a la que se aprecia en la luna Europa.
Pero la coincidencia de color no era suficiente para probar que se trataba de sal de mesa (cloruro de sodio). Se necesitaban más pruebas.
Entre mayo y agosto de 2017, Samantha Trumbo recurrió al Telescopio Hubble para observar la superficie de Europa y despejar las dudas.
Los datos del Hubble coincidieron con los del experimento de la sal de mesa de la NASA. Estos resultados permitieron inferir la presencia de cloruro de sodio también en la luna de Júpiter.
Semejanza con los océanos terrestres
Pero ¿significa el hecho de que haya cloruro de sodio en la corteza de hielo de Europa que también lo hay en el océano que hay debajo de esta capa?
No necesariamente. Pero si se comprueba que este cloruro de sodio sí proviene del océano de Europa, "podría significar que el océano del satélite es más similar al océano de la Tierra", dice Trumbo, de Caltech, a BBC Mundo.
"Esto podría significar que (en el océano de Europa) hubo procesos químicos parecidos a los que tuvimos en la Tierra", comenta la científica.
Entonces, ¿querría decir esto que el océano de Europa podría albergar vida igual que los mares de la Tierra?
Esta semejanza "puede ser positiva para la habitabilidad del océano (de Europa)", aclara Trumbo a BBC Mundo. Es decir, para las condiciones que harían posible la vida. "Pero ciertamente no dice nada directamente sobre la existencia de vida".
Los resultados sí dan pie a que se reevalúe la composición química de Europa.
"Hemos tenido la capacidad de hacer este análisis con el telescopio espacial Hubble durante los últimos 20 años", dijo Mike Brown, profesor de Caltech y coautor del estudio. "Solo que a nadie se le había ocurrido mirar".
Es un tipo de galaxia increíblemente extraño, que no se había detectado hasta ahora y que cambia lo que se entendía sobre la vida de las galaxias.
Allison Kirkpatrick, astrofísica de la Universidad de Kansas, en Estados Unidos, lideró el equipo de investigadores que hizo el descubrimiento, y presentó el hallazgo esta semana en la reunión anual de la Sociedad Astronómica de Estados Unidos.
Kirkpatrick llamó a las nuevas galaxias "cuásares fríos". Un cuásar es básicamente un agujero negro supermasivo rodeado por grandes cantidades de gas y polvo.
El término cuásar significa "fuente de radio casi estelar" (quasi stellar radio source).
Los cuásares pueden resultar cuando dos galaxias se fusionan y sus agujeros negros entran en colisión.
Los científicos creen que nuestra galaxia, la Vía Láctea, va en curso de chocar con su galaxia vecina, Andrómeda, en unos 3.000 millones de años.
Cuando eso ocurra las dos galaxias dejarán de existir como tales, dando lugar en cambio a la creación de un cuásar.
El gas que cae hacia un cuásar en el centro de una galaxia forma un disco plano a su alrededor llamado "disco de acreción", que puede emitir una cantidad enorme de energía electromagnética, por lo que los cuásares son mucho más brillantes que una galaxia típica.
Se pensaba que la formación de un cuásar equivalía al fin de la capacidad de una galaxia moribunda de producir nuevas estrellas, tras lo cual se transforma en lo que se denomina "galaxia muerta pasiva".
Pero Kirkpatrick detectó galaxias con una gran cantidad de gas frío que todavía pueden formar estrellas nuevas, a pesar de tener un cuásar en el centro.
Kirkpatrick cree que los "cuásares fríos" representan un breve período en las fases finales de la vida de una galaxia.
De acuerdo a la científica, si comparamos la vida de una galaxia con una vida humana, la fase de "cuásar frío" puede ser "algo similar a la fiesta de jubilación de una galaxia".
"Estas galaxias son raras porque se encuentran en una fase de transición", explicó Kirkpatrick.
"Las hemos atrapado justo antes de que la formación de estrellas en la galaxia se apague".
"Se trata de una fase de transición de unos 10 millones de años. En escalas de tiempo universales eso es realmente corto y es difícil captarlo".
"Corresponde a lo caliente que estás"
La astrofísica y sus colegas identificaron por primera vez los cuásares fríos en un área delineada por el proyecto "Sloan Digital Sky Survey", el mapa digital más detallado del Universo disponible.
"Luego recorrimos esta área con el telescopio XMM-Newton y lo examinamos en rayos X, y por último examinamos los cuásares con el Telescopio Espacial Herschel, que capta emisiones en infrarrojo".
Kirckpatrick explicó que los rayos X "son la firma clave de los agujeros negros en crecimiento".
"Todo el gas que se está acumulando en el agujero negro se está calentando y emitiendo rayos X", señaló la científica.
"La longitud de onda de la luz que emites directamente corresponde a lo caliente que estás. Por ejemplo, tú y yo emitimos luz infrarroja. Pero algo que emite rayos X es una de las cosas más candentes del Universo".
"Todo el gas que se está acumulando en el agujero negro se está calentando y emitiendo rayos X".
Kirkpatrick espera determinar en el futuro si la fase del "cuásar frío" ocurre en una clase específica de galaxias o en todas.
La principal ventaja del código Gray, del que hablábamos la semana pasada, es que minimiza el riesgo de error en las comunicaciones y transcripciones electrónicas, al no haber posibles estados intermedios entre valores consecutivos. Y como señala el lector Cu Cio: “Otro uso es recorrer un espacio binario con el menor número de conmutaciones. Si tengo 3 interruptores y quiero probar que las 8 combinaciones posibles actúan como se espera, la forma más rápida de hacer la prueba y recorrer todos los casos es conmutarlos siguiendo el código Gray”.
Por sus características, el código Gray binario se vincula con algunos pasatiempos iterativos cuyos estados sucesivos se diferencian en el valor o la posición de un solo elemento, como, por ejemplo, la torre de Hanói (de la que nos hemos ocupado alguna vez en esta sección) o el famoso rompecabezas de los aros chinos.
Y los “dobletes” de Lewis Carroll (a los que también dedicamos un artículo hace tiempo) se pueden considerar una versión verbal del código Gray, ya que se trata de pasar de una palabra a otra del mismo número de letras en el menor número de pasos, cambiando cada vez una sola letra; por ejemplo, de PATO a GOMA en cuatro pasos: PATO, PATA, GATA, GOTA, GOMA. Por cierto, dicen que del amor al odio no hay más que un paso; pero para pasar de AMOR a ODIO con los dobletes carrollianos hacen falta algunos más. ¿Cuántos, como mínimo?
El código Gray es especialmente útil en su versión binaria; pero podemos aplicar el mismo criterio a otros sistemas de numeración. En el sistema decimal, del 0 al 9 no hay que hacer ningún cambio, puesto que, obviamente, los números consecutivos se diferencia en un solo dígito puesto que constan de un solo dígito; pero ¿qué pasa con el 10? En la notación normal, el 9 y el 10 se diferencian en dos dígitos, y para eliminar este “salto” el 10 se convierte en 19. ¿Cómo sigue la lista de los números en Gray decimal?
El cifrado baconiano
Llevamos varias semanas hablando de códigos binarios (alfabeto Morse, I Ching, código Gray), y no se puede dejar el tema sin mencionar el código Bacon, un sistema de cifrado desarrollado por Francis Bacon a principios del siglo XVII. En el método criptográfico de Bacon, cada letra se sustituye por un grupo de cinco letras que pueden ser A o B, de acuerdo con la siguiente tabla de conversión:
a AAAAA g AABBA n ABBAA t BAABA
b AAAAB h AABBB o ABBAB u-v BAABB
c AAABA i-j ABAAA p ABBBA w BABAA
d AAABB k ABAAB q ABBBB x BABAB
e AABAA l ABABA r BAAAA y BABBA
f AABAB m ABABB s BAAAB z BABBB
¿Qué podemos decir de este criterio de sustitución? ¿Tiene algo que ver con el código Gray?
Obviamente, esta tabla de conversión solo es el primer paso del cifrado baconiano, y habrá que volver sobre el tema.
La NASA ha publicado una llamativa imagen proveniente de Ceres, uno de los objetos de mayor tamaño que existe en el cinturón de asteroides el cual en ocasiones recibe el nombre de “planeta enano”.
En la fotografía se puede apreciar la montaña más grande que se encuentra en aquel lugar, un gigante relieve el cual no deja de llamar la atención de los científicos y astrónomos pertenecientes a la NASA.
Recordemos que este “planeta enano” fue descubierto en el año 1801 y es el asteroide más grande que se encuentra en el Sistema Solar aparte de ser el objeto de mayor tamaño que se encuentra en el cinturón de asteroides el cual queda ubicado entre las órbitas de Marte y Júpiter.
NASA y fotografía extraña
A Ceres se le considera un remanente el cual se formó durante el proceso de la formación planetaria, en la cual luego de un gran choque entre muchos planetas quedó orbitando en el actual cinturón de asteroides. Su diámetro total es de 940 kilómetros, el cual es considerado como el cuerpo rocoso más grande que existe.
Es por esto que en él se pueden encontrar montañas, como la que se logra ver con claridad en la fotografía publicada por la Agencia Espacial de los Estados Unidos. Los científicos la han denominado como Ahuna Mons, la cual cuenta con una característica diferencial, esta no tiene en su interior viejos cráteres, sino que cuenta con unas recientes rayas verticales.
Estas llamativas formaciones hacen que esta montaña sea un objeto totalmente diferente a lo que conocemos, más aún que justamente quede ubicada en medio de un asteroide, lo cual la convierte en una llamativa pieza de estudios para los científicos.
Una nuevo estudio planteado por la NASA plantea “La nueva hipótesis, basada en numerosas mediciones de gravedad sostiene que una burbuja de lodo emergió de las profundidades del planeta enano, atravesando la superficie formando finalmente la montaña de Ahuna Mons”.
Finalmente, la NASA señaló que continuarán realizando mayor cantidad de estudios en el lugar ya que desde el año pasado la nave llamada “Dawn” se encuentra realizando estudios en el llamativo asteroide.
Durante muchos años, se creyó que los neandertales eran una especie de homínido que poco o nada tenían que ver con el ser humano actual (Homo sapiens sapiens). Históricamente considerados como criaturas estúpidas y salvajes, los nuevos estudios y descubrimientos realizados en la última década han hecho caer la mayoría de mitos y creencias que se tenían sobre esta especie. Desde la manera de cazar hasta las expresiones artísticas que desarrollaron o que también enterraban a sus muertos, la visión que existía tradicionalmente sobre el hombre de Neandertal ha dado un giro radical.
Los neandertales habitaron Eurasia aproximadamente desde hace 400.000 años hasta su desaparición hace 40.000 años. Se sabe ya que el ser humano actual que habita esta zona del planetaheredó entre un 1,5% y un 2,1% de material genético de los neandertales. En efecto, ambas especies convivieron durante miles de años compartiendo algo más que el hábitat que los rodeaba, y los últimos descubrimientos han demostrado que el Homo Neanderthalensis está mucho más próximo al Homo sapiens que lo que tradicionalmente se creyó durante muchos años. Estos son los hallazgos recientes que han acercado el comportamiento de los neandertales al del ser humano actual.
1.- No eran unos salvajes
La imagen de seres brutos y especialmente violentos ha perseguido al Homo Neanderthalensis desde hace muchos años. Esta creencia se ha basado tradicionalmente en la existencia de fracturas y agujeros hallados en muchos de los fósiles de neandertales encontrados hasta ahora. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que este homínido no era más agresivo que el Homo sapiens.
El ser humano actual que habita Eurasia heredó entre un 1,5% y un 2,1% de material genético de los neandertales
Investigadores de la Universidad de Tubinga, Alemania, compararon las lesiones en los cráneos de neandertales y de Homo sapiens y vieron que estas eran muy similares. Utilizando una base de datos que reunía cientos de fósiles de ambas especies analizaron el trauma craneal de todas las poblaciones de estos homínidos del Paleolítico Superior en Eurasia Occidental. Los resultados demostraron que no había diferencias significativas en la prevalencia de lesiones en unos y otros.
Como explica Rosa María Tristán, divulgadora científica, “los neandertales siempre se nos presentaron como seres obtusos, salvajes, caníbales, de escasa inteligencia, y así se transmitía esa imagen en los medios de comunicación”. En este sentido, apunta al cambio que se ha producido entre los científicos. “Ahora, la comunidad científica en general apuesta por que probablemente tenían un lenguaje simbólico complejo y que su desaparición no tiene que ver con que eran los 'primos tontos' y que nosotros pudimos con ellos”.
2.- Los primeros artistas
Otra de las concepciones clásicas que se ha tenido sobre los neandertales es su nula capacidad simbólica y artística, habilidad que se atribuía exclusivamente al Homo sapiens. La sorpresa llegó cuando una investigación llevada a cabo por científicos españoles y de otras nacionalidades echó por tierra dicha creencia. Los investigadores analizaron las pinturas rupestres encontradas en tres sitios diferentes de la geografía española: La Pasiega (Cantabria), Maltravieso (Extremadura) y Ardales (Andalucía).
El resultado del análisis determinó que las pinturas tenían 65.000 años de antigüedad. Esto implica que se realizaron más de 20.000 años antes de la llegada del Homo sapiens a la península Ibérica por lo que el estudio concluyó que la autoría del arte rupestre se debía al hombre de Neandertal. Este fue uno de los descubrimientos que más revolucionó a la comunidad científica ya que, no solo se vio que los neandertales también fueron artistas como el ser humano actual, sino que lo fueron mucho antes que los humanos modernos con lo que puso sobre la mesa el debate de las capacidades cognitivas de unos y otros.
Esta nueva visión toma aún más fuerza gracias a los hallazgos producidos en Saint Cesaire y Arcy-sur-Cure en 2012 (Francia) que revelaron que los neandertales también decoraban sus cuerpos con adornos. Para Antonio Rosas, paleoantropólogo e investigador del CSIC, este es uno de los descubrimientos más importantes que han hecho cambiar la visión tradicional que se tenía de esta especie. “Estos hallazgos produjeron un fuerte impacto en nuestra manera de entender a este grupo humano. Se comprobó que los neandertales tenían ciertas capacidades de pensamiento simbólico hasta entonces solo reservadas en exclusiva al Homo sapiens”.
3.- Cazadores especializados
Uno de los descubrimientos más recientes que ha arrojado luz sobre el modo de vida de los neandertales se refiere a sus habilidades para la caza. Hasta hace poco, se creía que las técnicas que utilizaban para cazar se basaban únicamente en el contacto directo con sus presas con el riesgo que esto entrañaba. Sin embargo, investigadores del Centro Arqueológico y Museo para la Evolución del Comportamiento Humano de Neuwied, en Alemania, desarrollaron una nueva teoría al analizar las heridas en unos huesos de dos ciervos de 120.000 años de antigüedad provocadas por el hombre de Neandertal (los seres humanos actuales llegaron a Europa hace alrededor de 40.000 años) que se encontraron en el este del país germano.
Observando el tipo de perforaciones y usando imágenes microscópicas y pruebas balísticas, los científicos consiguieron entrever cómo fueron provocadas las heridas e incluso cuáles fueron los ángulos de impacto. La conclusión a la que llegaron fue que dichas heridas se debieron a impactos provocados por lanzas de madera de corto alcance. Esta técnica de caza basada en la emboscada y con armas a distancia sugiere que los neandertales necesitaron de la cooperación y la comunicación entre ellos para llevar a cabo esta técnica.
Por otro lado, un estudio realizado con individuos hallados en cuevas de Irak y Bélgica analizó los dientes y encontró restos de almidón y otros alimentos como legumbres, raíces y tubérculos que, por su estado, mostraron que fueron cocinados antes de ser ingeridos. Este descubrimiento no solo probó que los neandertales sabían cocinar sino que, de alguna forma, eran capaces de controlar el fuego.
"Los neandertales tenían capacidades de pensamiento simbólico hasta entonces reservadas exclusivamente al Homo sapiens", afirma el paleoantropólogo Antonio Rosas
4.- Se enterraban
Una de las cuestiones más polémicas acerca de las habilidades del Homo Neanderthalensis es si enterraban intencionadamente o no a sus muertos. Los restos de un individuo de 50.000 años de antigüedad encontrado en 1908 en la cueva de la Chapelle-aux-Saints en Francia llevaron a sus descubridores a creer que fue enterrado mediante un ritual funerario basándose en la posición fetal del cuerpo y las herramientas que lo acompañaban. Sin embargo, esta teoría fue ampliamente refutada durante más de un siglo hasta que, en 2013, nuevos estudios del lugar apuntaron a un uso funerario.
Un equipo internacional de investigadores trabajó durante trece años en la cueva de la Chapelle-aux-Saints donde realizó nuevas excavaciones para contextualizar el lugar. Fruto de las investigaciones encontraron más restos de neandertales, concretamente dos niños y un adulto, junto con huesos de bisontes y renos. Además, estudiaron el surco donde se encontró el primer neandertal cien años atrás y gracias a análisis geológicos determinaron que no se trataba de una cavidad natural sino excavada intencionadamente. Asimismo, hicieron un análisis del fósil descubierto en 1908 y concluyeron que el cuerpo había sido cubierto rápidamente para protegerlo. Aunque no pudieron determinar si esta práctica fue parte de un ritual funerario o puramente pragmática, sí que demostraron la intencionalidad en el enterramiento.
5.- Cuidaban a los enfermos
En 1957 se descubrió en una cueva en el Kurdistán iraquí el cuerpo de un neandertal de 50.000 años de antigüedad que presentaba múltiples lesiones y también problemas de salud. Desde un fuerte golpe en el lateral de la cabeza, la amputación del brazo derecho desde el codo, graves heridas en la pierna derecha así como un progresivo deterioro y pérdida de su capacidad auditiva.
El enfermo vivió hasta una avanzada edad por lo que necesitó de los cuidados y la ayuda de sus congéneres para sobrevivir
Nuevos análisis de este individuo realizados en 2017 revelaron que de todas las lesiones sufridas, la pérdida de audición es la dolencia que lo hacía más vulnerable frente a los depredadores y los peligros propios del Pleistoceno. Este estudio concluyó que el enfermo, que vivió hasta una avanzada edad, necesitó de los cuidados y la ayuda de sus congéneres para sobrevivir.
Además, otro estudio realizado con un neandertal encontrado en la cueva de El Sidrón en Asturias demostró que esta especie se medicaba. Se descubrió que el individuo en cuestión sufrió un absceso dental que le debía producir un intenso dolor. El análisis del sarro en los dientes del cuerpo estudiado encontró restos de ADN de un hongo que actuaba como antibiótico natural y que el neandertal usó para paliar el dolor que padecía. Rosa M. Tristán asegura que “si se decoraban, se pintaban, cocinaban, se medicaban, enterraban a sus muertos, cuidaban a sus mayores, etc, está claro que eran más parecidos a nosotros de lo que se pensaba hace pocos años”.
Mucho camino por recorrer
Los descubrimientos que se han realizado en la última década han ido cambiando progresivamente la visión que hasta entonces se había tenido del Neandertal como una especie claramente inferior en todos los aspectos al Homo sapiens. Hasta el punto de que ya se empieza a hablar de si es posible comparar las capacidades cognitivas de ambas especies. Para Antonio Rosas esta no es una pregunta fácil de responder. “En mi opinión, neandertales y sapiens comparten buena parte de los fundamentos neuronales que desembocan en una inteligencia operativa superior. Sin embargo, pienso que algunas funciones del pensamiento, sutiles pero muy relevantes, sí que podrían ser distintas”.
En este sentido, reconoce el cambio de mentalidad producido en los últimos años pero también los prejuicios que siguen acompañando al Homo Neanderthalensis. “Hoy en día se tiende a ver a los neandertales como a un grupo humano distinto pero con la misma categoría evolutiva e incluso jurídica que los humanos actuales. No obstante, queda aún en el imaginario colectivo aquella imagen de los neandertales como unos seres primitivos e incluso moralmente inferiores. Todavía queda cierto camino por recorrer”, sentencia Rosas.