sábado, 16 de julio de 2011

Ciencia y Sociedad.

Desde hace muchos años, el estereotipo del científico es el de un individuo que opera en términos individuales, que ejerce una ocupación difícil y altamente especializada, siendo un honesto buscador de la verdad, inmerso en una carrera cuyo principal aliciente es el prestigio ganado con su trabajo que está movido por una intensa vocación....
Muy bonito, pero ya hace un tiempo que parece que esta imagen se está redefiniendo. Ya en una encuesta aplicada a científicos italianos en los años 90 se podía apreciár que:

  • Los científicos no se sienten muy movidos por tensiones relevantes ni solicitados por grandes cuestiones.
  • La responsabilidad del científico es equiparable a la de otras categorías y grupos sociales caracterizados por cierta influencia social.
  • Los científicos son muy influenciables por las modas de investigación que surgen en cada momento aunque sus ámbitos de investigación coinciden con sus preocupaciones y gustos personales.
  • Existe una cierta vocación por el conocimiento y si que se produce una satisfacción tras el encuentro consigo mismo que supone la investigación ya sea como desafío o goce estético-creativo.
  • Curiosamente muy pocos científicos conservan la esperanza de participar en un descubrimiento científico importante aunque casi todos creen que dejaran cierta impronta personal en su área de investigación.
En conjunto se da una imagen algo altruista (sobretodo por los últimos puntos) de los científicos, pero si esto es cierto.... ¿a que nos conducirá esta situación?.



Nacho Padró

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