Hay pocos aspectos de la biología humana más complejos en sus implicaciones científicas y sociales que la orientación sexual. Un estudio masivo ha concluido que las variantes genéticas de una persona tienen poca influencia en su inclinación sexual, tras analizar datos de medio millón de individuos.
El proyecto de la asociación de genoma completo (GWAS), el más grande sobre las bases genéticas de la sexualidad hasta ahora, ha señalado que no existe un 'gen gay' porque hay miles de variantes genéticas vinculadas a la sexualidad, y cada una tiene sus efectos.
Académicos de 30 instituciones participaron en el estudio, que demostró que la probabilidad de que una persona sea homosexual esatribuible a los genes solo entre un 8% y un 25%, dependiendo al menos tres cuartas partes de influencia de otros factores, como el entorno. Los científicos compararon estas métricas con la altura, porque lo genético tiene parte de responsabilidad en el crecimiento de un individuo, pero la nutrición es un factor clave en el desarrollo de este.
Los investigadores encontraron cinco puntos en el genoma que parecen ser comunes entre las personas que han tenido al menos una experiencia homosexual. Dos de estos están vinculados a hormonas sexuales y olfativas, factores que pueden desempeñar un papel en la atracción sexual. Pero, tomados en conjunto, los cinco explicaron menos del 1% de las diferencias en la actividad de los implicados en el estudio.
Los autores argumentan que el hecho de que la homosexualidad no esté “escrita en los genes” no significa que sea una cuestión de elección o algo que pueda ser alterado. "Muchos genes están involucrados en la orientación sexual de las personas y en conjunto explican quizás una cuarta parte de esta. Esto significa que la genética no es ni la mitad de la historia. El resto es atribuible probablemente al entorno. Hay que tomar en cuenta ambas variables, biología y ambiente, que trabajan juntas de formas muy complicadas”, explicó Ben Neale, científico de Harvard, al diario británico 'Telegraph'.
"Es el final del gen gay", según Eric Vilain, un genetista del Sistema Nacional de Salud Infantil en Washington, que no participó en el estudio, basándose en la nueva teoría de que lo genético no puede demostrar por sí solo si una persona es homosexual.
Es importante tener en cuenta que toda investigación tiene limitaciones. En este caso, casi todos los participantes eran de Estados Unidos o Europa, y los individuos encuestados tienen un promedio de 51 años. Aun así, los investigadores agradecen los datos: "Mucha gente quiere entender la biología de la homosexualidad, y la ciencia se ha quedado atrás de ese interés humano", asegura William Rice a 'Scientific American'. "Ha sido un tema tabú, y ahora que estamos obteniendo información, creo que el campo va a florecer".
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