martes, 30 de agosto de 2022

El semiletargo del colibrí

 Durante la noche, los colibríes reducen la temperatura corporal y entran en letargo. Ahorran así entre el 60 y el 90 por ciento de la energía consumida cada hora, explica Anusha Shankar, ecóloga de la Universidad Cornell y autora principal de un nuevo estudio sobre el fenómeno. Pero, pese a ser fundamental para el modo de vida de estas aves, el letargo profundo no está exento de contrapartidas: los colibríes permanecen rígidos, indefensos ante las amenazas. El equipo de Shankar ha descubierto que algunos se sumen en un letargo menos profundo en el que alcanzan temperaturas intermedias, gracias a un control más fino del termostato corporal.

[IGNACIO YUFERA/FLPA/MINDEN PICTURES]

Los autores estudiaron los colibríes en su medio natural, en el sureste de Arizona. Capturaron ejemplares antes del anochecer y los colocaron en recintos cerrados al aire libre. A medida que avanzaba la noche, los grababan con cámaras infrarrojas y registraban su temperatura corporal. Las tres especies estudiadas pasaban entre el 5 y el 35 por ciento de la noche sumidas en el letargo superficial. El resto del tiempo se hallaban con la temperatura normal, en letargo profundo o bien en transición de un estado a otro.

El semiletargo permitiría a los colibríes beneficiarse de las virtudes reparadoras del sueño y, al mismo tiempo, evitar algunos de los peligros que entraña el letargo profundo, como la reducción de la función inmunitaria, que se han observado en otros animales, aclara Shankar. El hallazgo plantea muchas otras preguntasm que ella y otros investigadores están comenzando a abordar, como qué provoca esos cambios en el letargo y cómo regulan estas aves tan drásticas variaciones térmicas.

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