Un insólito experimento científico están llevando a cabo varios centros de investigación chinos, ya que para trabajar el tema de la regeneración de tejidos está probando el incorporar astas de ciervo a ratones.
La idea era usar de modelo a los ciervos Sika. Los autores aislaron varias células de las astas de estos animales, cuyo hábitat se extiende desde el sur de Siberia hasta Vietnam, incluyendo Japón, Taiwán y varias islas más del Océano Pacífico cercanas a las costas de China.
Una vez aisladas las células, analizaron cuáles eran los genes implicados en la regeneración y, además, observaron qué células madre aumentaban su actividad en los días previos y posteriores a la pérdida de las astas.
Los autores de este estudio vieron que había un tipo de célula madre muy activa justo 10 días antes de que se desprendieran las astas. Sin embargo, 5 días después del desprendimiento, era otro tipo de célula madre el que se mantenía más activo. Cada uno jugaba su papel, por lo que ambas se cultivaron en el laboratorio y se implantaron en las cabezas de ratones.
Cuarenta y cinco días después de que se les implantaran las células madre de ciervo, unas pequeñas astas se podían ver ya en las cabezas de los ratones. Esto se debe a que las células madre se habían diferenciado en tejido osteocondral, que es precisamente el que interviene en la reparación de las fracturas óseas.
Todo tiene como objetivo generar estrategias de investigación para la medicina regenerativa en humanos.
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