Todos alguna vez hemos contado -o nos han contado- adivinanzas. Un entretenimiento clásico que no debería pasar de moda nunca. Sin embargo, con la llegada de las nuevas tecnologías y el ritmo de vida cada vez más acelerado, muchas veces no dedicamos tiempo a estos pasatiempos que pueden ser muy educativos y también muy útiles cuando queremos entretenernos con los más pequeños.
Las adivinanzas: más que un juego tradicional
Aunque no se puede concretar con exactitud cuándo nacieron estos acertijos, sabemos que tienen muchos años de antigüedad. Las adivinanzas son un tipo de juego verbal que ha existido desde tiempos inmemorables. Se trata de una forma de entretenimiento en la cual se presenta un enigma o acertijo en forma de pregunta o descripción, y el objetivo es adivinar la respuesta correcta. La historia de las adivinanzas se remonta a culturas antiguas y se encuentra presente en muchas civilizaciones alrededor del mundo. Y es que estos juegos han acompañado a la humanidad a lo largo de la historia, y lo podemos comprobar en la literatura de muchas culturas.
A lo largo de la historia, las adivinanzas han evolucionado y se han adaptado a diferentes contextos culturales, han sido utilizadas como herramientas educativas, formas de entretenimiento, retos intelectuales y también como parte de rituales y ceremonias. Con el tiempo, las adivinanzas se han incorporado en la literatura, la poesía y la cultura popular, y han perdurado hasta nuestros días como una forma de diversión y desafío mental.
Hoy en día, existen acertijos para personas adultas, pero normalmente las adivinanzas suelen estar dirigidas al público infantil con el fin de, no solo entretener, también enseñar multitud de nociones y nuevo vocabulario. Y esto es así porque tras la solución de cada enigma hay un concepto que puede ser de muchos tipos. Lo que da lugar a que existan adivinanzas infantiles de temáticas muy variadas: de cosas u objetos cotidianos, de números y letras, de conceptos abstractos, de partes del cuerpo, de animales y plantas, de personajes, de alimentos e, incluso, algunas de lógica para agudizar algo más el ingenio y otras que se basan en hacer juegos de palabras.
¿Cuáles son los beneficios?
Lo cierto es que las adivinanzas, esas preguntas ingeniosas que normalmente riman y son fáciles de recordar, son un ejercicio excelente para los niños, e incluso para los adultos. Aunque no lo parezca, aportan muchos beneficios para el desarrollo del niños. Y es que, puede ser una actividad que podemos aprovechar por partida doble: primero las aprendemos en familia, los peques las memorizan y luego ellos las trasmiten a sus amigos. Por eso es que se trata de una alternativa más que perfecta, porque pasan sus momentos libres de forma divertida y al mismo tiempo, porque les ayuda a pensar y a ejercitar la mente.
Estos son algunos de los beneficios que aportan la adivinanzas al desarrollo de los niños:
- Estimula el pensamiento abstracto
- Desarrolla el pensamiento lógico, analítico y el razonamiento deductivo
- Mejora el lenguaje y vocabulario
- Ayuda a desarrollar la capacidad de resolución de problemas
- Fortalece la memoria
- Fomenta la concentración
- Estimula la creatividad
- Sirve como herramienta para desarrollar las habilidades sociales
Para las adivinanzas solo necesitas dos cosas: ¡tu voz y tu mente!
Como no necesitan de ningún tipo de material ni objeto, sino simplemente conocer unas cuantas, contar adivinanzas es un pasatiempo al que se puede acudir cuando y donde se quiera, por ejemplo: en un viaje en coche, durante una tarde de ocio familiar o en algunos momentos de espera en los que no hay otra cosa que hacer.
Eso sí, todas ellas ponen a prueba a todo el que se las plantea y el conseguir resolverlas depende de la manera de buscar asociaciones, de los conocimientos y de las experiencias personales que tenga cada persona. Es por esto que también hay distintos niveles de dificultad.
Pues bien, para aquellos que quieran rememorar su infancia y, por supuesto, pasar un buen tiempo en familia (¡porque seguro que será así!) os traemos 10 adivinanzas fáciles, cortas y de varios tipos con las que los niños pueden empezar a conocer este entretenimiento... ¡Estamos convencidos de que les encantará! ¡Allá van!
“Aunque tengo cuatro patas, yo nunca puedo correr. Tengo la comida encima y no puedo comer”.
¿Qué será, será?
Solución: la mesa.
Una adivinanza fácil de un objeto que ven todos los días para empezar con el juego de adivinar. ¡Los ojos bien abiertos! ¡La solución puede estar en cualquier parte!
“Una señorita blanda que, sin estar enferma, siempre está en la cama”.
¡Otra muy fácil y que también está en casa!
Solución: la almohada.
Este otro ejemplo también servirá para que vayan cogiendo ritmo en esto de adivinar.
“Con un trozo de madera un hombre lo construyó. Como era muy mentiroso, la nariz se le estiró”.
¿Adivinanzas de cuentos?
Solución: Pinocho.
Esta adivinanza les gustará porque la solución es uno de los personajes que todos los niños conocen. Les encantará darse cuenta de que pueden asociar conocimientos que han aprendido en otros momentos.
“Esto era un gallo que puso un huevo en los picos de Europa. A dónde fue, ¿al norte o al sur?”.
¡Hay que fijarse bien en las palabras!
Solución: Los gallos no ponen huevos.
Seguramente con este caso se sorprendan porque se darán cuenta de que también hay que fijarse bien en el enunciado de estos juegos. ¡Todos bien atentos a lo que se dice!
“Si hay una carrera en el mar, ¿quién es el último en llegar?”.
A veces la solución está muy clara...
Solución: el delfín.
Un ejemplo de que los juegos de palabras también tienen mucho que aportar... ¿quién será el último? El “del fin”.
“La A, anda. La B, besa. La C, reza. ¿Qué fruta es esa?”.
¡Las palabras nos dan la respuesta!
Solución: la cereza.
Otro caso más con el que descubrirán que colocando las palabras de forma adecuada también sirven para jugar. ¿Un buen momento para hablarles de la poesía...?
“Todos me buscan para descansar. Si ya te lo he dicho, no lo pienses más”.
Quizá estás sentado en la solución de este acertijo...
Solución: la silla.
¡Más objetos cotidianos que nunca imaginarían que fueran la solución de un juego!
“Mi padre tiene cuatro hijos: María, Raquel y Manuel. ¿Quién es el cuarto?”.
A pensar un poquito...
Solución: yo.
Este sin duda les dará que pensar, tendrán que ponerse en el lugar del narrador del acertijo.
“Andando por el desierto una lámpara encontró. Intentó sacarle brillo y un genio apareció”.
¿No será uno de los personajes preferidos del peque?
Solución: Aladdín.
Si hay algún fan del cuento y las películas de Disney, le encantará conocer también un acertijo de su personaje favorito.
“En un coche iban dos madres y dos hijas, pero en el coche solo había tres pasajeras. ¿Puedes decir cómo es posible?”.
Para aprender de parentescos...
Solución: son la abuela, la madre y la hija.
Acabamos con una adivinanza con la que pensar un poquito más y con la que aprenderán también las relaciones entre los familiares.
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