Ese proceso ha sido ahora imitado por el equipo de Michael Strano, profesor de ingeniería química. Estos investigadores han creado un innovador conjunto de moléculas autoensamblables y capaces de convertir la luz solar en electricidad. Estas moléculas se desensamblan y luego se vuelven a ensamblar de manera rápida, tantas veces como se quiera. Para ello, sólo hay que agregar o retirar una solución especial.
El sistema producido por el equipo de Strano se compone de siete compuestos diferentes, incluyendo nanotubos de carbono, fosfolípidos y las proteínas que constituyen los centros de reacción. Bajo las condiciones adecuadas, los componentes se ensamblan espontáneamente en una estructura capaz de captar la luz para su conversión en corriente eléctrica.
Cuando un surfactante, similar en sus fundamentos a los productos químicos que la empresa BP ha usado en el Golfo de México para descomponer el petróleo, se añade a la mezcla, los siete componentes se separan y forman una solución con una consistencia parecida a la de una sopa. Cuando los investigadores retiran ese surfactante al hacer pasar la solución a través de una membrana especial, los compuestos se vuelven a ensamblar espontáneamente en una fotocélula perfectamente estructurada y además rejuvenecida.
Carla Gallén
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