Un nuevo y revolucionario proceso permite fabricar
catalizadores mucho más baratos que los actuales pero no menos
eficientes, para convertir la electricidad en energía química.
Esta tecnología innovadora hará mucho más fácil almacenar energía solar
y/o eólica para su uso posterior, lo cual beneficiará a la gente que en
sus viviendas tenga instalados por su cuenta aerogeneradores y/o paneles
solares, y también permitirá a las compañías
de suministro de electricidad aprovechar mejor la electricidad solar y
eólica que producen.
Esas dos energías son limpias y renovables, pero sólo están disponibles
cuando brilla el sol o el viento está soplando. Así que poder almacenar
la electricidad excedente para su uso posterior es una cuestión crucial
en la expansión de ambas energías.
Este avance es fruto de los esfuerzos de Curtis Berlinguette y Simon
Trudel, ambos del departamento de química en la Universidad de Calgary,
Canadá.
Disponiendo de catalizadores eficaces y de costo asequible, se puede
convertir la electricidad en energía química mediante, por ejemplo, la
descomposición del agua en sus dos elementos constituyentes, hidrógeno y
oxígeno. Ambos se pueden luego emplear a modo
de combustible. Mientras no se les necesite, pueden permanecer
almacenados. Cuando se requiera, pueden ser empleados para generar
electricidad, por ejemplo de noche o cuando no sopla el viento.
El único subproducto de este sistema energético es el
agua, la cual puede reciclarse a través del propio sistema. Almacenar
energía renovable y liberarla cuando se la necesite requeriría, para una
vivienda típica, un conversor electrolítico del tamaño de una
nevera, que contendría unos pocos litros de agua.
Un sistema de esta índole usaría la electricidad de paneles solares o
aerogeneradores que no fuera aprovechada directamente, para descomponer
agua ordinaria en sus dos componentes, hidrógeno y oxígeno. Estos gases
se almacenarían en tanques separados. Al caer
la noche, cuando los paneles solares dejasen de producir electricidad,
y/o cuando el viento se detuviera y dejara de accionar a los
aerogeneradores, el sistema pasaría a alimentarse de una célula de
combustible que usaría el hidrógeno y el oxígeno guardados
para producir electricidad, dejando sólo agua como subproducto.
Un factor fundamental para la viabilidad del nuevo enfoque de
Berlinguette y Trudel es elaborar catalizadores de modo más barato,
aunque manteniendo una buena eficiencia. A tal fin, los científicos se
han valido de compuestos metálicos muy abundantes, incluyendo
el óxido de hierro comúnmente definido como "herrumbre".
Las pruebas de laboratorio demuestran que la nueva gama de catalizadores
funciona igual o mejor que los catalizadores caros que se encuentran
ahora en el mercado, con la notable diferencia de que el costo de los
nuevos es mil veces menor que el de esos.
La Partícula de Déu
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