La famosa película ‘El Megalodón’ puso en el punto de mira a este inmenso tiburón prehistórico. En esta superproducción de Hollywood se nos presentaba a un inmenso monstruo, de unos 22 metros de largo capaz de devorar cualquier cosa que se pusiera en su camino. No obstante, aunque parezca increíble, este animal poco tiene de ficticio. Se trata de un tiburón que vivió en el periodo cenozioco, hace entre 2,6 y 20 millones de años. Pero, ¿por qué alcanzaba esas dimensiones tan grandes? ¿Qué razones se esconden detrás de este imponente tamaño?
Un equipo de investigadores de la Universidad DePaul (Estados Unidos) ha realizado un estudio sobre el tamaño de tiburones lamiformes extintos que ha sido publicado en la revista Taylor and Francis online. En él, los científicos analizan la longitud del cuerpo, la mandíbula y la dentición de los tiburones lamiformes macrófagos y la evolución del tamaño corporal de los mismos, haciendo hincapié en el gigantismo del ‘Otus megalodon’.
Poco se conoce sobre el imponente tiburón prehistórico que sirvió de inspiración a la superproducción de Hollywood. De él tan solo se conservan restos de su mandíbula y dentadura. De hecho, no ha sido hasta hace poco cuando se han conocido las dimensiones reales de este imponente animal. No existen tiburones actualmente que puedan compararse al ‘Otus megalodon’. Por ese motivo, su estudio siempre ha sido un gran reto.
La clave del crecimiento excesivo: una temperatura corporal elevada
Tradicionalmente se ha mantenido que el tamaño gigante de estos tiburones se debía a que poseían una temperatura corporal superior a la de otros tiburones lamiformes.
El ‘Megalodón’ era un animal mesotérmico, es decir, podía alcanzar altas temperaturas gracias al calor liberado por sus funciones vitales. No obstante, no podía mantenerla de forma constante. La mesotermia es una cualidad propia de criaturas con metabolismos rápidos que conduce a crecimientos veloces. De hecho, algunos estudios mantienen la hipótesis de que ciertos dinosauriospertenecían a este grupo de animales. Por este motivo alcanzaban tamaños tan espectaculares.
Esta diferencia fisiológica permitía al ‘Otus megalodon’ nadar a mayor velocidad y alimentarse en aguas más frías que otras especies. Es una ventaja evolutiva. El tiburón blanco, el mayor escualo moderno, también es un animal mesotérmico. De este modo, es capaz de nadar en aguas gélidas para cazar focas y otras especies ricas en grasa adecuadas para saciar y alimentar correctamente a su organismo.
Canibalismo intrauterino
Sin embargo, el estudio de la Universidad DePaul sostiene que la reproducción ovovivípara que implica el canibalismo intrauterino es otro motor plausible del gran tamaño que alcanzaban estos tiburones.
Es importante saber que los tiburones se reproducen de una manera particular. En lugar de poner huevos y que estos eclosionen en el exterior, los escualos ponen huevos en su interior y estos se rompen dentro de la madre. Así, las crías crecen en el interior de la hembra hasta que están listas para salir del útero.
De este modo, el aumento de las demandas fisiológicas de los embriones que crecieron hasta alcanzar una longitud considerable y que podrían, incluso, devorarse unos a otros, habría requerido que la madre se alimentara de manera más activa, lo que desencadenaría la mesotermia de esta especie.
Los tiburones mesotérmicos también habrían tenido embriones mesotérmicos que podrían haber exacerbado las demandas fisiológicas de su madre para dar lugar a "super carnívoros" aún más enérgicos que posiblemente también contribuyeran al gigantismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Quin és el teu Super-Comentari?