El SARS-CoV-2, el virus causante de la COVID-19, podría haber saltado de los animales a las personas en múltiples ocasiones, según un análisis preliminar de los genomas víricos obtenidos de personas infectadas en China y en otros lugares al principio de la pandemia.
Si se confirman con nuevos análisis, los resultados respaldarían la hipótesis de que la pandemia se originó en múltiples mercados de Wuhan, y harían menos probable s la hipótesis de que el SARS-COV-2 se escapó de un laboratorio, apuntan algunos investigadores. De todos modos, los datos deben ser verificados, y el análisis aún no ha sido revisado por expertos.
Las primeras secuencias víricas, correspondientes a personas infectadas a finales de 2019 y principios de 2020, se dividen en dos linajes amplios, conocidos como A y B, que presentan algunas diferencias genéticas clave.
El linaje B se ha convertido en el predominante a escala mundial e incluye muestras tomadas de personas que visitaron el mercado de mariscos de Huanan en Wuhan, que también vendía animales silvestres. El linaje A se extendió dentro de China, e incluye muestras de personas vinculadas a otros mercados de Wuhan.
Una cuestión crucial estriba en la relación que existe entre los dos linajes víricos. Si los virus del linaje A evolucionaron a partir de los del linaje B, o viceversa, ello indicaría que el «progenitor» del virus saltó una sola vez de los animales a las personas. Pero si los dos linajes tienen orígenes separados, entonces podría haber habido múltiples eventos de saltos entre especies.
Golpe de gracia
El último análisis, publicado en el foro de discusión virological.org, apunta a la segunda posibilidad al poner en duda la existencia de genomas que vinculen ambos linajes entre sí.
El hallazgo podría ser «el golpe de gracia» a la hipótesis de que el SARS-CoV-2 se escapó de un laboratorio, en lugar de originarse en el mercado de animales salvajes, explica Robert Garry, virólogo de la Universidad de Tulane, en Nueva Orleans (Luisiana). Pero otros afirman que se necesitan más estudios, sobre todo teniendo en cuenta los escasos datos genómicos de los que se dispone de los primeros momentos de la pandemia.
«Es un trabajo muy notable», opina Garry. «Si se demuestra que los linajes A y B son independientes y que hubo dos saltos, casi se puede descartar la idea de que se originó en un laboratorio.»
Los resultados «concuerdan con la existencia de al menos dos introducciones del SARS-CoV-2 en la población humana», afirma David Robertson, virólogo de la Universidad de Glasgow.
Los linajes A y B se caracterizan por dos diferencias clave en los nucleótidos. Pero algunos de los primeros genomas presentan una combinación de estas diferencias. Inicialmente se pensó que estos genomas podrían corresponder a virus de etapas intermedias de la evolución de un linaje a otro.
Pero los autores del nuevo análisis los examinaron en detalle y advirtieron algunas incoherencias.
¿Genomas intermedios?
Al analizar 1716 genomas del SARS-CoV-2 recopilados antes del 28 de febrero de 2020 y procedentes de un repositorio de genomas en línea llamado GISAID, identificaron 38 de estos genomas «intermedios».
Pero cuando examinaron las secuencias con más detalle, descubrieron que muchas de ellas también contenían mutaciones en otras regiones del genoma. Y afirman que estas mutaciones se asocian claramente o bien al linaje A, o bien al B, lo que desacredita la idea de que los genomas víricos correspondientes corresponden a una etapa intermedia de la evolución entre ambos linajes.
Los autores proponen que probablemente se produjo un error de laboratorio o informático al secuenciar una de las dos mutaciones de estos genomas «intermedios». «Cuanto más indagábamos, más nos parecía que no podíamos confiar en ninguno de los genomas de «transición», explica el coautor del estudio Michael Worobey, biólogo evolutivo de la Universidad de Arizona.
Estos errores de secuenciación no son inusuales, dicen los investigadores. A veces, el software puede rellenar los huecos de los datos brutos con secuencias incorrectas, o las muestras víricas pueden contaminarse, señala Richard Neher, biólogo computacional de la Universidad de Basilea. «Estos percances no son de extrañar», afirma. «Especialmente al principio de la pandemia, cuando los protocolos no estaban muy establecidos y se intentaba generar datos lo más rápido posible.»
Varios de los investigadores que secuenciaron algunas de las muestras incluidas en ese estudio afirman que es poco probable que sus secuencias incluyeran errores en los dos nucleótidos clave. Pero los autores del presente estudio replican que, aunque algunos de los genomas se secuenciaran correctamente, otras partes de los mismos genomas, o los lugares donde se obtuvieron las muestras, siguen indicando claramente que pertenecen a uno u otro linaje.
«Resulta muy improbable» que cualquiera de los llamados genomas intermedios sean en realidad genomas de transición, comenta el coautor del estudio Joel Wertheim, epidemiólogo molecular de la Universidad de California en San Diego.
Xiaowei Jiang, bióloga evolutiva de la Universidad Xi'an Jiaotong-Liverpool, en Suzhou (China), afirma que el equipo responsable del estudio debe verificar los resultados obteniendo «los datos originales de secuenciación en bruto de tantos genomas como sea posible».
Varios mercados
Si el virus saltó entre animales y personas en varias ocasiones, el hecho de que los linajes A y B estén vinculados a personas que visitaron diferentes mercados en Wuhan indica que se habrían transportado por la ciudad múltiples animales (de una o más especies) portadores de un «progenitor» del SARS-CoV-2 que habrían infectado a las personas en al menos dos lugares.
Un estudio publicado el pasado junio descubrió que en numerosos mercados de Wuhan se vendían animales vivos vulnerables al SARS-CoV-2, como perros mapaches y visones. Estudios anteriores sobre el virus que causó el síndrome respiratorio agudo severo (SARS) han concluido que también es probable que saltara varias veces de los animales a las personas.
El último trabajo, si se verifica, significaría que la posibilidad de que un investigador infectado accidentalmente en un laboratorio, y que luego propagara el virus a la población general, tendría que haber ocurrido dos veces, explica Garry. Es mucho más probable que la pandemia se originara por el comercio de animales salvajes, afirma.
Para reunir más pruebas, el equipo que ha realizado el nuevo análisis prevé realizar simulaciones por ordenador para comprobar hasta qué punto los contagios múltiples encajarían con la diversidad de los genomas conocidos del SARS-CoV-2.
Smriti Mallapaty/Nature News
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