El misterio de la gripe del camello es la última alarma falsa microbiológica o el título de un libro de Agatha Christie. Lo denomino “misterio” porque, por más que intento encontrar información sobre dónde está el origen de esta “no-noticia”, no encuentro nada.
He llamado a varias puertas de expertos, colegas nacionales e internacionales, y la reacción, en diferentes idiomas, siempre es la misma: “Hola, mira, es que me preguntan acerca de la posibilidad que haya ocurrido un brote de MERS en Catar en medio del Mundial, ¿sabes algo de eso?”. Reacciones de sorpresa. “Dicen que han muertos dos periodistas, o tres depende de la fuente, y que hay casos en la selección francesa”. Cara de póker, carraspeo. Respuesta: “Pero ¿de dónde han sacado eso? ¿Hay algún informe? ¿Alguna alerta? Lo sabe alguien más que el usuario @juan34765 en Twitter?”. Silencio.
Un patógeno de difícil transmisión
No hay mucho que contar porque es un bulo más de los que últimamente circulan sobre patógenos, pero sí que podemos aprovechar para explicar algunos conceptos del virus y su vigilancia. Cuando hablan de “la fiebre del camello” se refieren a la enfermedad causada por el coronavirus MERS. Este coronavirus fue detectado en humanos por primera vez en 2012 y, estudiando su origen, se observó que los camellos están ampliamente infectados por él.
Pese a que sea una infección normal en camellos y que se pueda transmitir a humanos, dicha transmisión es muy difícil y actualmente no hay evidencias siquiera de transmisión sostenida en la comunidad. Si me admiten un consejo, no beban leche de camella directamente de sus ubres y todo irá bien.
Geográficamente tiene cierto sentido el bulo, ya que la mayoría de los casos se han dado en la península arábiga, pero el país que ha presentado el mayor número de casos siempre ha sido Arabia Saudí y no Catar. Por lo que, dado que los casos en este último país son raros y la transmisión difícil, y que sabemos que hay una alta transmisión de otros virus respiratorios en este momento, si alguien ha tenido un resfriado después de vestirse de catarí con los colores de España es probable que sea por otro patógeno.
Protocolos de vigilancia y actuación
A pesar de la baja probabilidad, con el MERS no bajamos la guardia: forma parte del grupo de patógenos que se vigilan con especial interés por ser una alerta sanitaria. Los patógenos de este grupo tienen protocolos de vigilancia y actuación redactados y coordinados por el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES).
En el caso del coronavirus MERS, se activa la maquinaria de vigilancia si nos encontramos con alguno de estos supuestos:
Persona con enfermedad febril respiratoria aguda e historia de viaje a península arábiga o países con riesgo de transmisión y no se haya identificado otra causa de enfermedad que pueda explicar la sintomatología.
Persona con enfermedad febril respiratoria aguda que en los 14 días previos al inicio de síntomas haya tenido un contacto estrecho con un caso sintomático confirmado de infección por el virus MERS-CoV.
A estos pacientes citados se les aísla y se les toma muestra respiratoria superior e inferior y suero y se envía al Centro Nacional de Microbiología (CNM, ISCIII) para que el Laboratorio de Referencia realice el diagnóstico y confirmación para este virus.
En este caso, en el CNM realizamos dos PCR que tienen como diana dos zonas diferentes del genoma en los dos tipos de muestra. Estas PCR son constantemente evaluadas y actualizadas en el caso de necesitarlo. Si se obtiene un diagnóstico positivo se declara a las autoridades sanitarias y se realiza el estudio de contactos.
Sabemos que durante el Mundial se han podido cometer muchas locuras y esperamos que se respete a los camellos, pero en caso contrario, estamos preparadas.
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