martes, 31 de diciembre de 2013
martes, 24 de diciembre de 2013
sábado, 21 de diciembre de 2013
El Enigma de la Cadena
A un experto joyero le llevan
cuatro trozos de cadena, de tres eslabones cada uno, para que los una formando
una pulsera. "Para ello, dijo el joyero, tendré que cortar cuatro
eslabones, uno de cada trozo, para engarzar los trozos y soldar a continuación
cada eslabón cortado. Tendré, en definitiva, que hacer cuatro cortes y cuatro
soldaduras". Pero la persona que le encarga el trabajo dice: "No, no
es necesario hacer cuatro empalmes. Puede formarse la pulsera con solo
tres". ¿Cómo podría hacerse esto?.
domingo, 15 de diciembre de 2013
Relación entre la edad de la mujer y la reserva ovárica
Según los conocimientos fisiológicos
y embriológicos de la actualidad el
ovario de la mujer desde su formación
intrauterina, queda dotado de una corte folicular que desde el 5 o 6 mes de vida intrauterina posee el total de aproximadamente 6
millones de ovogonias, las cuales en el segundo mes de vida extrauterina muchos
terminan el proceso de división mitótica transformándose ya en ovocitos
primarios (profase de la primera división meiótica) que protagonizarán los
procesos de cambios que comienzan con el reloj biológico que se ``dispara´´ en
la etapa de la adolescencia (por mediación hipotalámica, que rige las
secreciones sincronizadas de GNRH y por consiguiente de FSH y LH) y cesan con
la menopausia.
Cada mes
comenzara a madurar una corte folicular que viene genéticamente determinada
para ese mes, y de esta corte un solo folículos lograra alcanzar la madurez
liberándose de el un ovulo en estadio de madurez con capacidad para ser
fertilizado.
Esta corte folicular que viene genéticamente
determinada con capacidad para producir óvulos es lo que se llama reserva
ovárica en una mujer. Por lo que entenderemos por reserva ovárica como el potencial reproductivo de una mujer en
término de números de folículos y calidad ovocitaria. Esta reserva ovárica esta
asociada a la edad de la mujer y se plantea que pude estar asociada
directamente con la disminución de la capacidad reproductiva de la mujer con la
edad.
Manuel Gomez Diaz
jueves, 28 de noviembre de 2013
El ENIGMA de la Transformación
Soy una bebida
Cambie una letra y me convierto en un árbol,
Cambie una letra y me convierto en el suelo de su casa,
Cambie una letra y encontrará el camino entre las montañas,
Cambie una letra y podrá beber lo que originalmente fui.
¿Qué era y en que me he transformado?
Cambie una letra y me convierto en un árbol,
Cambie una letra y me convierto en el suelo de su casa,
Cambie una letra y encontrará el camino entre las montañas,
Cambie una letra y podrá beber lo que originalmente fui.
¿Qué era y en que me he transformado?
sábado, 23 de noviembre de 2013
La Ecolocalización
Presente en
Aves, quirópteros y cetáceos. Se usa el reflejo de impulsos sonoros emitidos por el propio individuo y
con una emisión de pulsos breves
para captar el rebote.
· Aves: Situado dentro del rango de audibles, se usan
gritosmuy agudos y en sólo dos géneros: los Steathornis (aves sudamericanas
semejantes a los chotacabras) y Callocalia (apodiformes del Sudeste asiático) ambos de costumbres crepusculares
y que pasan el día en cuevas. Los pulsos se
usan para orientarse y capturar las presas. En Steathornis se dan
chasquidos sonoros muy breves de 1 mseg. y trenes de 2-6 de esos chasquidos
cada uno separados los trenes
entre 1.7 y 4.4 mseg. En Callocalia se dan pulsos más largos con
chasquidos entre 3-20 mseg. y
siempre en parejas de 3-20 pares por segundo con una frecuencia de KHz más baja. Las aves de tamaño pequeño dan una frecuencia
relativa más elevada y una resolución de pulsos más baja que en murciélagos.
· Quirópteros: Para la localización de obstáculos, presas y se
cree que les sirve también para la comunicación intraespecifica. La vida y costumbres son crepusculares y nocturnas y viven en cuevas. Entre los
megaquirópteros sólo un gen. Roussettus emite pulsos no siendo de
origen laringeno sino por choques laterales de la lengua en la cavidad bucal,
emitiendo 7 pares/seg. con alta visión noctuna
por lo que serían de apoyo. En los microquirópteros se dan por las
cuerdas bucales con esqueletos cartilaginosos mas osificados que en humanos y alta distensibilidad de cuerdas bucales, lo que
les permite la emisión siempre en la fase de espiración respiratoria que
se asocia al batir de las alas. Los pulsos pueden ser con la boca abierta o con
la nariz (para favorecer la direccionalidad
de la emisión). Se asocia a un desarrollo característico de los pabellones auditivos,
con prolongaciones carnosas (parecido a una segunda oreja) o tragus y
que le permite filtrar las longitudes de
onda y facilitar la captación de emisiones. La cadena de huesecillos es más
ligera y pequeña e implica una cóclea
larga. La función es la de detección
de obstáculos y localización de presas. La frecuencia del sonido limita
el tamaño del obstáculo que se aprovecha en detección de presas, a las mariposas nocturas las ataca por encima pues es
allí su zona de sombra y no pueden detectar las ondas del murciélago. Al
acercarse pueden distinguir mejor los detalles aumentando la frecuencia de
rastreo al volverle el eco más rápido.
· Cetáceos: Similar al anterior aunque en un medio diferente, el agua, con una velocidad de transmisión elevada
pero que obliga a una elevada frecuencia para la longitud de
onda similar. Los misticetos presentan una banda muy amplia (infra. audible y ultra) y tanto se usa como sonar
para sus viajes como para la
comunicación. En los odontocetos (ballenas, delfines, oreas...) la
emisión de audibles con no audibles con modulaciones similares a las aves (los gritos o silbidos de comunicación intraespecifica
como reclamo sexual, llamada de auxilio y los cantos...). Los odontocetos son
capaces de dar distintos tipos de alarma y
con una carga social muy fuerte (los
delfines se llaman por su nombre y las crías usan variantes de los
sonidos-nombre maternos, como si de apellidos se tratara) así como chasquidos
de ecolocalización. La emisión de
los sonidos está desacoplado de los ciclos respiratorios por adaptaciones al
medio acuático. Ellos no presentan orificios nasales sino espiráculos que se
asocian a sacos nasales (modificaciones de los laberintos turbinales) y que se
usan para la emisión de los pulsos ultrasónicos (sobretodo por el saco
vestibular) siendo capaces de comprimirse y conectándose por esfínteres para intercambiar aire y que es la morfología lo que
produce los ruidos que son dirigidos por el melón (tejido graso
con tejido conectivo fibroso) que sirve de lente acústico al converger las ondas hacia delante. Para la
captación no se usan orejas ni pabellones ni es necesaria la amplificación pues
la impedancia del agua es similar a la de
los tejidos. El maxilar inferior actúa como antena mecánica por ello
siempre rastrean con el morro por delante.
A nivel general la ecolocalización permite determinar la distancia del objeto por medida del tiempo entre emisión y recepción (diferentes tiempos en los medios acá áticos y aéreos), discernir la velocidad del objeto por la frecuencia modular…
A nivel general la ecolocalización permite determinar la distancia del objeto por medida del tiempo entre emisión y recepción (diferentes tiempos en los medios acá áticos y aéreos), discernir la velocidad del objeto por la frecuencia modular…
El carnívoro hombre de neanderthal.
El hombre de neanderthal era un puro carnívoro, según las investigaciones realizadas en la gruta de Marillac en la Charente (Francia). Hasta ahora se pensaba que nuestro antepasado tenía una alimentación basada en carne y vegetales, pero ahora se ha visto que el primero de estos alimentos predomina en su dieta de forma muy clara.
Los análisis se han ealizado con un ingenioso sistema, que ha consistido en estudiar el contenido en estudiar el contenido en ciertos isótopos del colágeno hallado en lso huesos. Así, la transmisión de los isótopos carbono 13 y nitrógeno 15 permite saber si el hombre de Neanderthal comía vegetales o se alimentaba de animales hebívoros. El contenido en isótopos va aumentando conforme van pasando de las plantas a los hebívoros y de éstos a los carnívoros.
De esta forma, comparando el porcentaje de isótopos hallados en el colágeno de los huesos del hombre de Neanderthal con el porcentaje que contienen las plantas se ha podido saber que los vegetales desempeñaban un papel poco importante en la alimentación del hombre de Neandthal.
Xavier Duran
Ciencia y Tecnologia
La Vanguardia
jueves, 21 de noviembre de 2013
El EXPERIMENTO del Vaso Insondable
Vamos a intentar meter hasta 20 monedas de 2 centimos en un vaso lleno de agua ¿el agua se desbordará?......
Nacho
Nacho
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El ENIGMA de los Elfos Traviesos
Santa Claus se puso de muy mal humor
cuando descubrió que alguien había pegado papel de lija en los esquíes de su
trineo. Dos de los elfos dijeron la verdad en la investigación que llevó a
descubrir al elfo bromista:
Silly: Fue
Puk el que lo hizo.
Stump: No, fuí yo.
Pip: No fue Puk.
Puk: Pip miente.
Roly: El culpable sólo pudo ser Stump o Jollly.
Poly: Fue Stump.
Jolly: No fuimos ni Stump ni yo.
Nick: Jolly dice la verdad y tampoco fue Puk.
Stump: No, fuí yo.
Pip: No fue Puk.
Puk: Pip miente.
Roly: El culpable sólo pudo ser Stump o Jollly.
Poly: Fue Stump.
Jolly: No fuimos ni Stump ni yo.
Nick: Jolly dice la verdad y tampoco fue Puk.
¿Cuál de ellos le gastó tan pesada
bromita a Santa Claus?
martes, 19 de noviembre de 2013
La inteligencia: ¿un debate eterno?
Si los genes determinan las capacidades intelectuales, ¿son algunas
personas por naturaleza menos listas que otras? Desde hace años, esta
pregunta conduce a acalorados debates. La ciencia ha superado la
controversia entre herencia y ambiente.
Más de un siglo de investigación no ha logrado descubrir los factores que configuran la inteligencia humana ni calmar el debate en torno a ella en determinados ámbitos. En 2010, una ola de indignación sacudió Alemania. El político y escritor Thilo Sarrazin anunció que el país se volvía cada vez más mentecato. Su discurso señalaba como motivo principal de este fenómeno la tendencia entre los coetáneos con menor capacidad intelectual a engendrar un gran número de hijos, mientras que los ciudadanos listos dedicaban poco tiempo y esfuerzo a procurar descendencia. «Entre los científicos serios [...] hoy en día ya no existe duda alguna de que la inteligencia humana se hereda entre un 50 y 80 por ciento», describía Sarrazin en su superventas Alemania se desintegra. Con frases como esta pretendía argumentar el peligro que acecha al futuro alemán: al mismo tiempo que aumenta el número de bobos, el cociente intelectual (CI) total de la nación se hunde. Y sus consecuentes efectos económicos: los costes sociales solo subirán para la creciente clase baja, puesto que vivirán en gran medida de prestaciones sociales.
Más de un siglo de investigación no ha logrado descubrir los factores que configuran la inteligencia humana ni calmar el debate en torno a ella en determinados ámbitos. En 2010, una ola de indignación sacudió Alemania. El político y escritor Thilo Sarrazin anunció que el país se volvía cada vez más mentecato. Su discurso señalaba como motivo principal de este fenómeno la tendencia entre los coetáneos con menor capacidad intelectual a engendrar un gran número de hijos, mientras que los ciudadanos listos dedicaban poco tiempo y esfuerzo a procurar descendencia. «Entre los científicos serios [...] hoy en día ya no existe duda alguna de que la inteligencia humana se hereda entre un 50 y 80 por ciento», describía Sarrazin en su superventas Alemania se desintegra. Con frases como esta pretendía argumentar el peligro que acecha al futuro alemán: al mismo tiempo que aumenta el número de bobos, el cociente intelectual (CI) total de la nación se hunde. Y sus consecuentes efectos económicos: los costes sociales solo subirán para la creciente clase baja, puesto que vivirán en gran medida de prestaciones sociales.
Para numerosas personas, las
influencias genéticas y los factores ambientales constituyen una
contradicción en relación a los factores que determinan las capacidades
intelectuales.
Los estudios de genética del comportamiento explican las diferencias estadísticas entre las poblaciones, no de la inteligencia individual.
La epigenética demuestra que la herencia y el ambiente interaccionan de forma compleja.
Investigación y Ciencia
Los estudios de genética del comportamiento explican las diferencias estadísticas entre las poblaciones, no de la inteligencia individual.
La epigenética demuestra que la herencia y el ambiente interaccionan de forma compleja.
Investigación y Ciencia
La dispersión de las semillas
Las semillas son los órganos de diseminación de los
vegetales. Cada simiente contiene el embrión de la futura planta,
sustancias de reserva y una o más cubiertas protectoras. Las semillas se
forman después de que se produzca la fecundación en las flores y estas
se transformen para dar origen a los frutos. Se denomina diáspora a la
unidad funcional de diseminación, sean cuales sean las partes que la
integren: una o más semillas, bien acompañadas del fruto (o de una parte
de él), o bien unidas a otras estructuras de las flores o
inflorescencias.
Existe una gran diversidad morfológica en lo que se refiere a las diásporas, tanto en el tamaño como en la forma y ornamentación de sus cubiertas. Las más pequeñas son las de las orquídeas, con simientes ligeras como partículas de polvo; en el otro extremo hallamos las de algunas palmeras, que pueden pesar hasta 25 kilogramos. Además, una gran variedad de complementos proporcionan ingeniosos mecanismos para desplazar las diásporas a distancias que pueden llegar a ser kilométricas. Especies no relacionadas filogenéticamente pueden presentar la misma estrategia de dispersión, por lo que estas adaptaciones se interpretan como una convergencia evolutiva.
La anemocoria consiste en aprovechar la fuerza del viento para la diseminación. Permite recorrer grandes distancias, pero el resultado es aleatorio y por el camino se pierden numerosas semillas, que caen en ambientes hostiles donde no podrán germinar. Existe una gran variedad de apéndices, como aristas, coronas de pelos y coronas membranáceas, que facilitan la suspensión en el aire y alargan así la distancia recorrida.
La dispersión facilitada por los animales, o zoocoria, es una alternativa más segura que la anterior; como consecuencia, las plantas suelen formar menos diásporas y de mayor tamaño. Los frutos carnosos constituyen la adaptación más conocida en este tipo de diseminación. Los animales los ingieren junto a las semillas, que atraviesan el tubo digestivo sin verse alteradas y son liberadas con los excrementos, lejos de las plantas progenitoras.
Por último, hay un tipo de diseminación que se produce gracias a mecanismos de la propia planta, la autocoria, en la que las semillas son proyectadas como consecuencia de fuerzas internas. El proceso suele guardar relación con las tensiones que genera la desecación de las cubiertas de los frutos y que proporcionan la energía necesaria para lanzar las semillas hacia el exterior.
Roser Guardia
Investigación y Ciencia
Existe una gran diversidad morfológica en lo que se refiere a las diásporas, tanto en el tamaño como en la forma y ornamentación de sus cubiertas. Las más pequeñas son las de las orquídeas, con simientes ligeras como partículas de polvo; en el otro extremo hallamos las de algunas palmeras, que pueden pesar hasta 25 kilogramos. Además, una gran variedad de complementos proporcionan ingeniosos mecanismos para desplazar las diásporas a distancias que pueden llegar a ser kilométricas. Especies no relacionadas filogenéticamente pueden presentar la misma estrategia de dispersión, por lo que estas adaptaciones se interpretan como una convergencia evolutiva.
La anemocoria consiste en aprovechar la fuerza del viento para la diseminación. Permite recorrer grandes distancias, pero el resultado es aleatorio y por el camino se pierden numerosas semillas, que caen en ambientes hostiles donde no podrán germinar. Existe una gran variedad de apéndices, como aristas, coronas de pelos y coronas membranáceas, que facilitan la suspensión en el aire y alargan así la distancia recorrida.
La dispersión facilitada por los animales, o zoocoria, es una alternativa más segura que la anterior; como consecuencia, las plantas suelen formar menos diásporas y de mayor tamaño. Los frutos carnosos constituyen la adaptación más conocida en este tipo de diseminación. Los animales los ingieren junto a las semillas, que atraviesan el tubo digestivo sin verse alteradas y son liberadas con los excrementos, lejos de las plantas progenitoras.
Por último, hay un tipo de diseminación que se produce gracias a mecanismos de la propia planta, la autocoria, en la que las semillas son proyectadas como consecuencia de fuerzas internas. El proceso suele guardar relación con las tensiones que genera la desecación de las cubiertas de los frutos y que proporcionan la energía necesaria para lanzar las semillas hacia el exterior.
Roser Guardia
Investigación y Ciencia
El primer asado
Hace casi dos millones de años, nuestros ancestros comenzaron a cocinar
alimentos al calor de la lumbre. Según el antropólogo Richard Wrangham,
ello nos hizo humanos.
Los humanos podemos considerarnos primates
peculiares: poseemos un cerebro de gran tamaño, pero nuestros intestinos
y dentadura son relativamente pequeños. El antropólogo de Harvard
Richard Wrangham sostiene desde hace tiempo que estos y otros rasgos de
nuestra especie se originaron cuando nuestros antepasados comenzaron a
cocinar los alimentos. La cocción los ablanda y facilita la digestión,
lo que permite asimilar más nutrientes y energía. A diferencia del resto
de los animales, el ser humano no puede sobrevivir en estado salvaje
alimentándose en exclusiva de carne cruda: «Necesitamos cocinar nuestra
comida».
Tras analizar la anatomía de nuestros antepasados, Wrangham cree que Homo erectus aprendió a cocinar con fuego hace 1,8 millones de años. Sus detractores esgrimen que no hay pruebas de que la cocción mejore la digestibilidad, y que los vestigios más antiguos de uso del fuego no son en absoluto tan remotos como él sostiene. Wrangham replica que nuevos hallazgos respaldan sus ideas.
Wong, Kate
Tras analizar la anatomía de nuestros antepasados, Wrangham cree que Homo erectus aprendió a cocinar con fuego hace 1,8 millones de años. Sus detractores esgrimen que no hay pruebas de que la cocción mejore la digestibilidad, y que los vestigios más antiguos de uso del fuego no son en absoluto tan remotos como él sostiene. Wrangham replica que nuevos hallazgos respaldan sus ideas.
Wong, Kate
Investigación y Ciencia
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