Hasta ahora, ninguna señal de radio emitida por una civilización extraterrestre ha llegado hasta la Tierra. Pero ¿y si la hubiésemos recibido? ¿Habría podido la humanidad descifrar un mensaje transmitido por esa señal? El astrofísico René Heller, del Instituto Max Planck de Investigación del Sistema Solar, en Gotinga, Alemania, buscó una respuesta mediante una investigación por Internet: el 26 de abril de 2016 difundió vía Twitter y Facebook un mensaje en código binario que comprendía 1,9 millones de unos y ceros, y pedía que se imaginase que había sido captado por un radiotelescopio. Planteaba un reto: ¿había alguien que pudiese descifrarlo? Hacía una serie de preguntas; por ejemplo, cuál era la estatura de los extrarrestres. En los ceros y unos estaban las contestaciones. Daba también algunas pistas.
Ahora, concluido ya el plazo de ese reto de desciframiento SETI, como lo llamó, publica los resultados en Internet. Este físico de Gotinga recibió 300 respuestas, de las cuales 66 eran correctas. Sin embargo, alrededor de la mitad de quienes dieron en el clavo solo lo consiguieron, cabe suponer, porque otros usuarios de Internet, con sus comentarios y discusiones, les pusieron sobre la pista, escribe Heller. Contando con esto, solo un diez por ciento de quienes respondieron pudieron entender por sí solos el presunto mensaje extraterrestre.
El mensaje fingido recuerda al famoso radiomensaje de Arecibo, aunque este era mucho más corto. El proyecto SETI de búsqueda de civilizaciones extraterrestres lo envió en 1974 al cúmulo estelar M13 en 1974. Como aquel, el de Heller se descifraba también con matemáticas. Como pista daba que 1.902.341, el número de bits en el mensaje, es el producto de tres números primos, 7, 359 y 757: los unos y ceros se agrupaban en siete bloques de 359 por 757 dígitos.
En uno de esos bloques, por ejemplo, Heller incluyó los 757 primeros números primnos, en código binario (pero escribiendo el bit menos significativo delante y no detrás). En otro, los bits daban el valor numérico, pero con una pequeña modificación, de la longitud y el tiempo de Planck, que se construyen fácilmente a partir de constantes naturales como la de Planck, la de la gravedad y la velocidad de la luz. Luego, el mensaje expresaba el tamaño corporal de los presuntos extraterrestres en esas unidades de medida. Otro bloque solo se podía descifrar si se representaban los unos con píxeles blancos y los ceros con píxeles negros; entonces la ensalada de unos y ceros se convertía en el selfie de un alienígena (otra de las pistas que daba Heller es que el mensaje incluía imágenes).
Este experimento ha demostrado que la comunidad de Internet podría ser de gran ayuda si hubiese que descifrar un mensaje extraterrestre, escribe Heller. La más reciente de las grandes búsquedas de extrarrestres por medio del rastreo de señales que hayan emitido, la Breakthrough Listen Initiative, no ha dado con nada por ahora. En unos años, sin embargo, la red de radiotelescopios SKA emprenderá sus observaciones. Podría captar emisiones emitidas a unas docenas de años luz de distancia, un récord en la busca de señales de extraterrestres. Siempre, claro está, que en alguna parte viva alguien con ganas y posibilidades de comunicarse.
Robert Gast/Spektrum der Wissenschaft
Artículo traducido y adaptado por Investigación y Ciencia con permiso de Spektrum der Wissenschaft.
Referencia: «Decryption of Messages from Extraterrestrial Intelligence Using the Power of Social Media - The SETI Decrypt Challenge», René Heller, junio de 2017. Disponible en el repositorio arXiv.
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