martes, 31 de octubre de 2017

El Experimento de Leonardo da Vinci

Vamos a recrear un experimento muy sencillo que supuso el genial Leonardo da Vinci (el pinto de la Gioconda) que además de pintor era inventor y hombre de ciencias.
En su libro de Aforismos, en el nº 184 dice: "La ley del movimiento debe comprobarse con la siguiente experiencia, a saber: Tónense dos castañas de igual peso y forma y déjenlas caer de una gran altura, de modo que, al iniciarse su caída, se toquen mutuamente, y obsérvese el experimentador desde el suelo, si ellas se mantienen en contacto, o no, durante su caida. Y hágase esta experiencia varias veces para que ningún accidente impida o falsee la prueba, evitando así que, siendo falsa la experiencia pueda ella engañar al observador".

Así que cogeremos dos castañas (a ser posible de semejante peso y forma) y pondremos las parejas a diferente altura: uno sobre una mesa con las castañas unidas las dejará caer 4 veces y el otro en el suelo ha de verificar si caen juntas o separadas. Una vez hecho esto cambiarermos las parejas y la del suelo pasa a la mesa y la de la mesa al suelo para repetir la experiencia y así tener un valor estadísitico alto.

A ver que pasa y si se refuta o no a, nada menos, que Leonardo da Vinci!!!!

El 26 de octubre del curso 1617 realizamos el experimento y nos salió 22 casos caian juntas y 33 separadas. Hemos repetido el experimeno como nos pedia Leonardo... pero parece que no ha sido muy concluyente.
En cambio este curso 1718, el 31 de octubre, repetimos el experimento con los nuevos alumnos del club y nos salieron 20 casos de caida separada...


Nacho Padró

La Diversitat de les Fulles

Els alumnes de 1ºESO E de Maristes SLC han realitzat la pràctica de descripció de les fulles... aqui teniu una mostra de la gran diversitat que han trobat... i nomès hem posat les que tenien nom!!





Nacho Padró i alumnes de 1ºESO A curs 1718

viernes, 27 de octubre de 2017

Model Anatòmic de Tauró

Nuestro pasado está escrito en la Luna

Una nave espacial japonesa en órbita alrededor de la Luna efectuó hace poco un hallazgo sorprendente: oxígeno procedente de la Tierra. Los expertos creen que el descubrimiento podría ofrecer un registro histórico de los cambios experimentados por la atmósfera primitiva de la Tierra.
Existen pocos indicios fiables sobre el pasado remoto de la atmósfera y la superficie terrestres, ya que la actividad geológica ha ido borrando los detalles a lo largo del tiempo. De igual modo, tampoco se conservan las pistas que podrían haber proporcionado aquellos meteoritos que se formaron hacia la misma época que la Tierra y a partir de un material similar. En este contexto, el descubrimiento de oxígeno terrestre en la Luna abre una nueva vía para acceder a los primeros 2000 millones de años de la historia de nuestro planeta.
La Luna es bombardeada constantemente por el viento solar, la corriente de partículas dotadas de carga eléctrica procedentes del Sol. Sin embargo, durante unos cinco días al mes, nuestra vecina se ve protegida por la magnetosfera terrestre. Ese lapso abre una ventana para que los iones de oxígeno provenientes de la Tierra, más lentos, lleguen a la Luna. Se piensa que esos iones, los cuales han sido detectados por la nave SELENE (más conocida como Kaguya), fueron moviéndose a lo largo del tiempo geológico desde las regiones exteriores de nuestra atmósfera hasta quedar inmersos en el regolito lunar, la capa de suelo y roca sin aglomerar que recubre nuestro satélite. Un equipo dirigido por Kentaro Terada, planetólogo de la Universidad de Osaka, publicó el resultado este año en Nature Astronomy. «Nuestro hallazgo se relaciona de manera directa con el transporte de iones desde la atmósfera terrestre hasta la Luna», explica Terada. Una vez allí, los iones podrían haber permanecido en el suelo durante miles de millones de años.
El resultado ha emocionado a aquellos científicos interesados en la transición que coincidió con el comienzo de la fotosíntesis en microorganismos simples, las formas de vida primigenias de la Tierra. Hace unos 2450 millones de años, la atmósfera terrestre se llenó de oxígeno durante un misterioso episodio conocido como la Gran Oxigenación. ¿Puede que la Luna actual contenga parte del oxígeno atmosférico producido entonces? Si fuese posible recoger y analizar muestras del oxígeno terrestre inmerso en el suelo lunar, eso permitiría investigar la evolución de nuestra atmósfera a lo largo del tiempo geológico.
Además de esos iones atrapados, la Luna podría albergar todo tipo de información relativa a la evolución de la Tierra primigenia. «En principio, la Luna debería tener una notable colección de detritus procedentes de su planeta hermano», señala Caleb Scharf, astrobiólogo de la Universidad de Columbia que no participó la investigación. «No es inconcebible que haya organismos fósiles en meteoritos terrestres que hoy estén sobre la superficie lunar.»

Fósiles gigantes

Los paleontólogos desenterraron extraños especímenes en Terranova a inicios de la década pasada: gigantescos organismos con forma de frondas (hojas) de helecho, depositados en un antiquísimo lecho fosilizado. Los estudiosos ya conocían esas misteriosas criaturas extintas, llamadas rangeomorfos, cuya clasificación sigue suponiendo un quebradero de cabeza. Ahora creen que los fósiles de Terranova y sus iguales podrían ayudar a responder grandes incógnitas sobre la vida en la Tierra.
Interpretación artística de los rangeomorfos, organismos gigantes extintos, cuya forma recuerda a las frondas de un helecho. [REID PSALTIS]


Los rangeomorfos se remontan al período Ediacarense, que abarca desde 635 hasta 541 millones de años de antigüedad. Dotados de cuerpos alargados como un tallo del que brotaban ramificaciones fractales y de consistencia blanda como las medusas, se cree que adquirieron dimensiones inéditas entre la fauna coetánea, hasta dos metros de largo. Tras su extinción, la Tierra presenció una explosión de diversidad zoológica durante el Cámbrico. «Los rangeomorfos son parte del contexto más amplio de lo que en aquel momento estaba sucediendo en la Tierra», afirma uno de los autores del estudio, Jennifer Hoyal Cuthill, especialista en paleobiología del Instituto de Tecnología de Tokio. Descubrir cómo alcanzaron semejante talla y diversidad podría aportar pistas para saber qué factores propiciaron su aparición, así como el modo en que las condiciones ambientales en el planeta —en proceso de cambio en aquella época— pudieron influir en la evolución de la vida.
Para entender mejor tales conexiones, Hoyal Cuthill y el paleontólogo de la Universidad de Cambridge Simon Conway Morris analizaron varios fósiles de rangeomorfos. Ambos sometieron a una microtomografía a un espécimen bien conservado de la especie Avalofractus abaculus, desenterrado en Terranova, con el fin de examinar su estructura tridimensional con todo detalle. También efectuaron mediciones fotográficas de otros dos especímenes con fines comparativos.
Examinaron diversos aspectos de los tallos y las ramas de los rangeomorfos fósiles y, mediante modelos matemáticos, analizaron la relación entre su superficie y su volumen. Los modelos, junto con el examen de los especímenes, revelaron que el tamaño y la forma parecían depender de la cantidad de nutrientes disponible, según han descrito los investigadores en fecha reciente en Nature Ecology & Evolution. Esto podría explicar por qué alcanzaron semejantes dimensiones durante un período en el que la geoquímica de la Tierra estaba cambiando.
Pero otros expertos vacilan a la hora de generalizar. «Es un hallazgo interesante que refuerza el creciente consenso de que los rangeomorfos alteraron su crecimiento en respuesta a los cambios del entorno», comenta Jack Matthews, investigador del Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford, ajeno al estudio. Pero tal vez sea prematuro hacer extensivo ese descubrimiento a todos los rangeomorfos.
Con todo, si la explicación resultara acertada, Hoyal Cuthill cree que podría revelar el nexo de unión que vincula esa sorprendente aparición en el registro fósil de organismos voluminosos con lo que estaba sucediendo en la Tierra.

El Repte de la Moneda

Aquesta setmana hem pogut fer el repte de la gota de la moneda: consisteix en mirar de posar el màxim nombre de gotes d'aigua en una moneda de 5 cèntims. La cosa curiosa és que com l'aigua te una elevada tensió superficial (podeu veure les fotos que ens ha enviat molt amablement l'Alex de Aquino) pot aguantar moltes gotes, moltes més de les esperades.
Al començar la prova, el Nacho va anunciar que el rècord del curs passat es trovaba  en 23 gotes i ell va col.locar 29... una mica de pràctica desprès, un alumne ens va colocar 30 que és ara per ara el nou repte....








La objetividad no existe, según la ciencia

En el segundo ejercicio, fueron informados de los valores de cada uno de los símbolos, exponiéndoles que esta vez solo podrían seleccionar uno. Los participantes volvieron a escoger los mismos símbolos que habían escogido la primera vez, a pesar de que ya sabían que valían menos.

Así las cosas, el segundo experimento no cambió las preferencias de los participantes, a pesar de que los símbolos que no escogieron podrían ser incluso más valiosos. Esto determina, según los expertos, que los humanos contamos con una extraordinaria capacidad para ignorar hechos que no se corresponden con nuestros prejuicios porque tendemos a escoger el camino más fácil, aunque no sea el mejor. 

Qué complicado es cambiar de opinión



Por ello, algunas personas jamás llegarán a cambiar de opinión, ni aun teniendo la evidencia más aplastante delante de sus ojos, pues la nueva información que contrarresta sus creencias, es ignorada.

"Es como si no escucharas las voces en tu cabeza diciéndote que estás equivocado, incluso si pierdes dinero", comenta Stefano Palminteri, líder del trabajo.
Palminteri espera que podamos aprender a ser conscientes de nuestros propios sesgos o prejuicios, pero afirma que será difícil, porque si una persona cree que no está equivocada, es difícil cambiar esta idea. De hecho, incluso si algunas personas son conscientes de que están teniendo prejuicios, probablemente sea imposible eliminarlos del todo. "La objetividad completa es probablemente algo que nunca lograremos plenamente", dice Palminteri.

"Al final, las personas tendrán la impresión de que son mejores de lo que realmente son. Eso podría aumentar la confianza en uno mismo, y proporcionar un impulso motivacional", sentencia Palmintieri.

Referencia: Stefano Palminteri , Germain Lefebvre, Emma J. Kilford, Sarah-Jayne Blakemore 
Confirmation bias in human reinforcement learning: Evidence from counterfactual feedback processing. PLOS Computational Biology. https://doi.org/10.1371/journal.pcbi.1005684

Desvelan la identidad del misterioso Hombre de Tianyuan

Los restos del llamado Hombre de Tianyuan, un esqueleto de 40.000 años de antigüedad encontrado en 2003 en la cueva del mismo nombre cerca de Pekín, en China, han revelado por fin sus secretos. Un equipo internacional de investigadores ha estudiado el ADN extraído del fémur de este antiguo sapiens y ha llegado a la conclusión de que es un pariente lejano de las personas que hoy viven en Asia y América del Sur. El trabajo, publicado en la revista Current Biology, arroja luz sobre el origen de los seres humanos modernos en la parte más oriental del mundo, con una mayor diversidad y contactos más distantes de lo que se conocía hasta la fecha. 
Esqueleto del Hombre de Tianyuan, de 40.000 años de antigüedad
Esqueleto del Hombre de Tianyuan, de 40.000 años de antigüedad- FU Qiaomei
Aunque los genomas de varios seres humanos antiguos han sido secuenciados en Europa y Siberia, poco se conoce de la evolución humana en el este de Asia, especialmente en China, donde, sin embargo, el registro arqueológico muestra una compleja historia. Por suerte, los huesos del Hombre de Tianyuan tenían suficientes moléculas de ADN para que pudiera secuenciarlas un equipo de la Universidad de Paleontología y Paleoantropología de los Vertebrados en China, con la colaboración del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig, Alemania.
El equipo encontró que el individuo heredó aproximadamente del 4% al 5% del ADN neadertal, como los antiguos europeos y asiáticos de antigüedad similar. Eso es un poco más alto que el porcentaje de ADN neandertal que todos nosotros, menos los africanos, poseemos (entre el 1,8% y el 2,6%). Sin embargo, no mostraba ningún tipo de herencia genética de los denisovanos, una especie humana emparentada con los neandertales de los que apenas se conocen unos pocos restos recuperados en una cueva de Siberia.
Sorprendentemente, el de Tianyuan comparte ADN con un sapiens de hace 35.000 años hallado en las cuevas de Goyet, en Bélgica. Pero no con otros humanos de la misma época de Rumania o Siberia, o con los europeos vivos. Por el contrario, está más estrechamente relacionado con la gente que actualmente vive en el este de Asia -incluyendo China, Japón y las dos Coreas- y en el sudeste asiático, como Papua Nueva Guinea y Australia. 

El primo del Amazonas

Esto sugiere que este sapiens, uno de los fósiles más antiguos de nuestra especie encontrados en Asia oriental, no era un antepasado directo de la población que dio origen a los actuales asiáticos, sino una especie de primo lejano. De igual manera, ha resultado ser también un pariente lejano de los nativos americanos que viven en el Amazonas, como los pueblos Karitiana y Surui de Brasil, y el pueblo Chané del norte de Argentina y el sur de Bolivia. Estas personas han heredado alrededor del 9% al 15% de su ADN de una población ancestral en Asia que también dio origen al Hombre de Tianyuan. Pero este no es un antepasado de los nativos americanos de Norteamérica.
El hombre de Tianyuan es solo un individuo, pero la secuenciación de su genoma revela una complicada separación para los antiguos europeos y asiáticos y sugiere un paisaje genético diverso para los seres humanos en el este de Asia. Su estudio también indica que múltiples poblaciones genéticamente distintas se localizaron en Asia desde hace 40.000 años hasta el presente. Todavía quedan muchas preguntas sin resolver y el ADN antiguo puede tener las respuestas.
Científicos trabajan en las excavaciones de la cueva de Tianyuan
Científicos trabajan en las excavaciones de la cueva de Tianyuan - Institute of Vertebrate Paleontology and Paleoanthropology (IVPP)

Desvelado el misterio del origen del oro en el Universo

Quizás no lo sepa, pero es posible que lleve en el dedo o en la muñeca el resultado de uno de los eventos cósmicos más violentos y espectaculares que existen. Un impresionante plantel de científicos anunciaba este lunes que, por primera vez, se ha logrado observar con telescopios y escuchar con ondas gravitacionales el mismo fenómeno cósmico, la fusión de dos estrellas de neutrones en una galaxia a 130 millones de años luz. La detección inaugura una nueva era en la Astronomía (Así te lo contamos en directo), pero además viene acompañada de una serie de descubrimientos científicos. Y uno de ellos es el misterioso origen del oro.
La colisión de esas dos estrellas de neutrones, que formó una kilonova, ha resultado ser la fuente de grandes cantidades de los elementos más pesados del Universo, como el oro, el platino y el uranio. El choque produjo tanto oro como la masa de la Tierra y desvelando por fin el misterio de su formación.
Estas dos estrellas de neutrones eran muy densas, tan pesadas como nuestro Sol pero con solo 10 kilómetros de diámetro, y chocaron entre sí hace 130 millones de años, cuando los dinosaurios deambulaban por la Tierra, en una galaxia relativamente antigua que ya no formaba muchas estrellas. Los dos astros se fueron acercando el uno al otro a lo largo de millones de años luz, y giraron alrededor cada vez más rápido a medida que se acercaban, incluso hasta quinientas veces por segundo. 
Esta fusión envió unas ondas a través de la trama del espacio y el tiempo, las llamadas ondas gravitacionales, que el observatorio LIGO detectó el pasado 17 de agosto, junto con una ráfaga de rayos gamma de corta duración detectada dos segundos después por el satélite Fermi. La noche siguiente, telescopios de todo el mundo apuntaban al lugar del espacio de donde provenían las señales y uno de ellos, el maravilloso Hubble, fue el primero en observar la kilonova en una galaxia llamada NGC 4993, a 130 millones de años luz de distancia.

Cenizas de una estrella

«Las exquisitas observaciones obtenidas en pocos días mostraron que estábamos observando un kilonova, un objeto cuya luz es alimentada por reacciones nucleares extremas. Esto nos dice que los elementos pesados, como el oro o el platino utilizados en joyería, son las cenizas forjadas a mil millones de grados en una estrella de neutrones que se fusiona», explica Joe Lyman, del Observatorio Europeo Austral (ESO), quien fue el primero el alertar a la comunidad científica de que tenía la imagen de algo increíble. 
Como explica Samantha Oates, de la británica Universidad de Warwick, que también participó en el hallazgo, «este descubrimiento ha respondido a tres preguntas que han desconcertado a los astrónomos durante décadas: ¿qué sucede cuando se fusionan las estrellas de neutrones? ¿Qué causa los estallidos de rayos gamma de corta duración? ¿Dónde se forman los elementos pesados como el oro? En el plazo de una semana, los tres misterios fueron resueltos».

Ballenas y delfines tienen un comportamiento casi humano

Entre los rasgos similares al ser humano, los científicos han identificado los siguientes:
-Relaciones complejas de alianza: trabajar juntos para beneficio mutuo.
-Transferencia social de técnicas de caza: enseñar a cazar y usar herramientas
-Caza cooperativa
-Vocalizaciones complejas, incluidos dialectos grupales regionales para "hablar" entre sí
-Mímica vocal y 'silbidos característicos' exclusivos, utilizando un reconomiento 'nominal'
-Cooperación interespecífica con humanos y otras especies
-Cuidado aloparental: cuidar a los pequeños que no son suyos
-Juego social


"Como humanos, nuestra capacidad para interactuar y cultivar  relaciones sociales nos ha permitido colonizar casi todos los ecosistemas y el medio ambiente del planeta. También conocemos a las ballenas y delfines. Tienen cerebros excepcionalmente grandes y anatómicamente sofisticados y, por lo tanto, han creado una cultura marina similar. Eso significa que la aparente coevolución de los cerebros, la estructura social y la riqueza conductual de los mamíferos marinos proporciona un paralelo único y sorprendente a los grandes cerebros e hiper-socialidad de los humanos y otros primates en la tierra. 
Desafortunadamente, nunca imitarán nuestras grandes metrópolis y tecnologías porque no evolucionaron con los pulgares oponibles", aclara Susanne Shult, coautora del trabajo que publica Nature Ecology & Evolution.

Los expertos utilizaron el conjunto de datos para probar la hipótesis del cerebro social y la hipótesis del cerebro cultural, teorías evolutivas desarrolladas originalmente para explicar los grandes cerebros en primates y mamíferos terrestres. Argumentan que los cerebros grandes son una  respuesta evolutiva a entornos sociales complejos y ricos en información; sin embargo, esta es la primera vez que estas hipótesis se han aplicado a los mamíferos marinos "inteligentes" a una escala tan grande.

"Los cetáceos tienen muchos comportamientos sociales complejos que son similares a los humanos y otros primates. Sin embargo, tienen estructuras cerebrales diferentes de nosotros, lo que lleva a algunos investigadores a argumentar que las ballenas y los delfines no podrían lograr mayores habilidades cognitivas y sociales. Creo que nuestra investigación muestra que claramente no es así, sino que surge una nueva pregunta: ¿cómo pueden los patrones muy diversos de estructura cerebral en especies muy diferentes dar lugar a conductas cognitivas y sociales muy similares? ", se pregunta Kieran Fox, coautor del estudio.

Referencia: Kieran C. R. Fox et al, The social and cultural roots of whale and dolphin brains, Nature Ecology & Evolution (2017). DOI: 10.1038/s41559-017-0336-y