Una nave espacial japonesa en órbita alrededor de la Luna efectuó hace poco un hallazgo sorprendente: oxígeno procedente de la Tierra. Los expertos creen que el descubrimiento podría ofrecer un registro histórico de los cambios experimentados por la atmósfera primitiva de la Tierra.
Existen pocos indicios fiables sobre el pasado remoto de la atmósfera y la superficie terrestres, ya que la actividad geológica ha ido borrando los detalles a lo largo del tiempo. De igual modo, tampoco se conservan las pistas que podrían haber proporcionado aquellos meteoritos que se formaron hacia la misma época que la Tierra y a partir de un material similar. En este contexto, el descubrimiento de oxígeno terrestre en la Luna abre una nueva vía para acceder a los primeros 2000 millones de años de la historia de nuestro planeta.
La Luna es bombardeada constantemente por el viento solar, la corriente de partículas dotadas de carga eléctrica procedentes del Sol. Sin embargo, durante unos cinco días al mes, nuestra vecina se ve protegida por la magnetosfera terrestre. Ese lapso abre una ventana para que los iones de oxígeno provenientes de la Tierra, más lentos, lleguen a la Luna. Se piensa que esos iones, los cuales han sido detectados por la nave SELENE (más conocida como Kaguya), fueron moviéndose a lo largo del tiempo geológico desde las regiones exteriores de nuestra atmósfera hasta quedar inmersos en el regolito lunar, la capa de suelo y roca sin aglomerar que recubre nuestro satélite. Un equipo dirigido por Kentaro Terada, planetólogo de la Universidad de Osaka, publicó el resultado este año en Nature Astronomy. «Nuestro hallazgo se relaciona de manera directa con el transporte de iones desde la atmósfera terrestre hasta la Luna», explica Terada. Una vez allí, los iones podrían haber permanecido en el suelo durante miles de millones de años.
El resultado ha emocionado a aquellos científicos interesados en la transición que coincidió con el comienzo de la fotosíntesis en microorganismos simples, las formas de vida primigenias de la Tierra. Hace unos 2450 millones de años, la atmósfera terrestre se llenó de oxígeno durante un misterioso episodio conocido como la Gran Oxigenación. ¿Puede que la Luna actual contenga parte del oxígeno atmosférico producido entonces? Si fuese posible recoger y analizar muestras del oxígeno terrestre inmerso en el suelo lunar, eso permitiría investigar la evolución de nuestra atmósfera a lo largo del tiempo geológico.
Además de esos iones atrapados, la Luna podría albergar todo tipo de información relativa a la evolución de la Tierra primigenia. «En principio, la Luna debería tener una notable colección de detritus procedentes de su planeta hermano», señala Caleb Scharf, astrobiólogo de la Universidad de Columbia que no participó la investigación. «No es inconcebible que haya organismos fósiles en meteoritos terrestres que hoy estén sobre la superficie lunar.»
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