Desde principios de año, un robot enviado por China, el Yutu-2, se encuentra en la cuenca Aitken, un enorme cráter en la desconocida cara oculta de la Luna. Se trata de la primera vez que un artilugio de estas características recorre este territorio por lo que todo el mundo está pendiente de los descubrimientos que hace en su misión, a la que llaman Chang’e 4. Las primeras noticias ya han llegado. Y es que se cree haber encontrado restos del manto lunar, la capa interna de la que hasta ahora no había apenas evidencias.
Hace unos 4.500 millones de años, el asteroide Theia impactó con tanta fuerza en la Tierra que acabó arrancando un pedazo, que acabó convirtiéndose en lo que hoy conocemos como la Luna. Esta parte que salió despedida se mezcló con los restos de Theia, convertidos en roca fundida tras el gran cataclismo. Durante un tiempo el satélite quedó cubierto por un océano de lava ardiente. Los astronautas que llegaron en los años 60 y 70 recogieron abundantes muestras. No obstante, a día de hoy se sigue desconociendo cuál es su composición más allá de su capa externa.
Entender la composición del manto lunar es “fundamental para probar si alguna vez existió un océano de magma”
Entender la composición del manto lunar es “fundamental para probar si alguna vez existió un océano de magma” y ayudar a profundizar en el conocimiento de la evolución térmica y magmática del satélite, ha indicado en un comunicado el autor principal del estudio y profesor de la Academia China de Ciencia, Li Chunlai.
Además, prosigue, conocer la evolución de la Luna puede abrir una ventana hacia la evolución de la Tierra y otros planetas rocosos, porque su superficie -dijo- “esta relativamente intacta en comparación con la superficie temprana de la Tierra”. No obstante, como apunta Patrick Pinet, del Instituto francés de Investigación de Astrofísica y Planetología, su composición, estructura y estratificación “siguen siendo inciertas y mal documentadas”.
Su composición, estructura y estratificación “siguen siendo inciertas y mal documentadas”
El equipo de Li observó diferencias entre los datos recién obtenidos y aquellos de los materiales típicos de la superficie lunar. De ellos se deduce la presencia de piroxeno de bajo contenido en calcio y minerales de olivino, que pueden provenir del manto superior, en la superficie. Los investigadores esperaban encontrar una gran cantidad de material de manto excavado en el suelo plano de la cuenca de Atkien, ya que su formación pudo deberse a un evento de impacto que penetró en la corteza hasta el interior de la Luna, sin embargo hallaron menos rastros de olivino, el componente principal del manto superior de la Tierra.
Sin embargo, sí se encontró más cantidad de ese mineral en las muestras sacadas de impactos más profundos, lo que podría suponer, según Li, que “el manto lunar está formado, en partes iguales, de olivino y piroxeno”. Por ello, el equipo consideró que la misión Chang’e 4 tiene que explorar más para entender mejor la geología del paraje donde aterrizó
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