Fuera como fuere, el asteroide al que puede presumírsele en potencia el fin de la era de los lagartos terribles existió. Su nombre es Chicxulub y chocó contra la Tierra marcando el final del Mesozoico. De hecho, este es considerado por muchos el principal impulsor del evento de extinción masiva del Cretácico-Paleógeno, una teoría que se vio aún más reforzada con el descubrimiento en el año 2019 del llamado yacimiento de Tanis, en la Formación Hell Creek de Dakota del Norte, el cual contenía los restos fósiles de los animales y plantas muertas y enterradas tan solo una hora después del impacto del asteroide Chicxulub, hace 66 millones de años.
Los restos del asteroide Chicxulub
Los fósiles de Tanis se encontraban en un depósito sedimentario lo largo del Límite K/Pg. El Limite K/Pg es lo que los paleontólogos llaman un cronohorizonte geológico. En este caso una estrecha capa de sedimentos que data de hace 66 millones de años y que marca el límite entre el periodo Cretácico (K) y el Paleógeno (Pg). Ahora, aparte del los citados y numerosos fósiles, los científicos parece que también han hallado en Tanis el material eyectado por el asteroide que erradicó alrededor del 75% de la fauna y flora de la Tierra.
El descubrimiento está a la espera de ser confirmado por otros miembros de la comunidad científica, sin embargo, en una charla recientemente celebrada en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, el paleontólogo Robert DePalma, autor principal del descubrimiento, argumentó que su grupo de investigación había encontrado piezas de ámbar en las capas sedimentarias que se cree que datan del momento exacto del impacto.
"Describimos dos fragmentos meteóricos bien conservados del mismo depósito, directamente asociados con eyecciones de impacto de Chicxulub", explicaba DePalma. "Los fragmentos se conservan como inclusiones dentro de esferas de eyección vítreas inalteradas, encapsuladas inmediatamente después del impacto mientras el vidrio aún era maleable", continúa. "Las esferas de eyección, en sí mismas, se conservaron en ámbar coetáneo al impacto, lo que probablemente aumentó su potencial de conservación e inhibió su descomposición habitual en arcilla", añade, mientras sus colegas de profesión no dejan de mirar a los hechos con escepticismo y esperan a tener la oportunidad de corroborar la hipótesis lanzada por DePalma.
El asteroide que acabó con los dinosaurios golpeó la Tierra durante la primavera
En otro estudio reciente, publicado en la revista Nature bajo el título The Mesozoic terminated in boreal spring, otro equipo de científicos, en esta ocasión de la universidades de Uppsala, en Suecia, Bruselas, y la Universidad Libre de Ámsterdam, aporta otro nuevo detalle sobre el final de los dinosaurios hace 66 millones de años: este se produjo un día de primavera. Los investigadores llegaron a esta conclusión tras analizar los huesos de peces (también del yacimiento de Tanis) que murieron 60 minutos después del impacto del asteroide.
"Los peces fósiles en el depósito de Tanis se conservaron prístinamente, y sus huesos casi no mostraban signos de alteración geoquímica. Los datos de rayos X de sincrotrón, que están disponibles para que cualquiera los explore, confirman que las esferas de impacto procedentes del asteroide que filtraron los peces junto al agua todavía estaban atrapadas en sus branquias. ¡Incluso los tejidos blandos se han conservado!", explica el autor principal del artículo, Jeroen van der Lubbe.
"Estudiamos también las espinas de algunos de estos peces, las cuales muestran un crecimiento estacional muy parecido al de los árboles”, añade Sophie Sánchez de la Universidad de Uppsala. "Estos anillos de crecimiento no solo nos mostraron las historias de vida de los peces, sino que también aportan información sobre el crecimiento estacional, por lo que sabemos que la extinción catastrófica se produjo en primavera, apunta Van der Lubbe. "La densidad y el volumen de las células óseas se pueden rastrear durante varios años. Estas estaban en aumento, pero aún no habían alcanzado su punto máximo durante el año de la muerte”, especifica aún más, Dennis Voeten, de la Universidad de Uppsala.
La extinción masiva del final del Cretácico representa una de las mayores extinciones más selectivas en la historia de la Tierra. Dio lugar a la desaparición de todos los dinosaurios no aviares, pterosaurios, amonitas y la mayoría de los reptiles marinos, mientras que los mamíferos, las aves, los cocodrilos y las tortugas sobrevivieron.
Debido a que ahora sabemos que la extinción hubo de haber comenzado abruptamente durante la primavera del hemisferio norte, empezamos a comprender que este evento tuvo lugar durante etapas de vida particularmente sensibles de los organismos del Cretácico Superior; etapas entre las que se incluye el inicio de los ciclos de reproducción. Debido a que el otoño del hemisferio sur coincide con la primavera en el hemisferio norte, la preparación para el invierno puede haber protegido a los organismos del hemisferio sur. Un hallazgo que según los investigadores, ayudará a descubrir por qué la mayoría de los dinosaurios se extinguieron mientras que las aves y los primeros mamíferos lograron evadir la extinción.
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