Tras el enigmático anuncio de John Grotzinger, investigador principal de la misión Curiosity, en el que hablaba de resultados
prometedores del robot que explora Marte, las ilusiones se desinflaron en la rueda de prensa ofrecida ayer en la reunión anual de
la Sociedad Americana de Geofísica. El robot Curiosity no ha encontrado vida ni vestigios de la misma en el planeta vecino,
si bien su primer análisis de suelo ha detectado compuestos muy
sencillos que contienen carbono. Se trata de muestras muy pequeñas
que consisten en un átomo de carbono con uno, dos o tres átomos de cloro
unidos al mismo.
Según los expertos, estos compuestos podrían haberse generado en el mismo SAM (Sample Analysis at Mars),
el
instrumento empleado para analizar este tipo de moléculas. El calor
podría haber descompuesto componentes naturales del suelo marciano para
formar estas moléculas cloradas.
El origen del carbono encontrado es un misterio. Podría tratarse de restos moleculares de organismos marcianos muertos hace millones
de años, pero también de compuestos inorgánicos como los carbonatos, o de restos de moléculas más complejas, como los hidrocarburos aromáticos sintetizados en las estrellas e incorporados en cometas y asteroides que llueven sobre todos los cuerpos del
Sistema Solar. La respuesta a esta pregunta requerirá, como afirman los técnicos de la NASA, de mucha paciencia.
Mario Alba
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