Se acaba de presentar en la revista Nature Photonics una nueva forma
de observar cuerpos muy delicados mediante la física cuántica.
Investigadores
del Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO), junto a los de otros
centros europeos y de Canadá, han demostrado que grupos de fotones,
organizados en determinados
estados cuánticos, pueden explorar las propiedades de los objetos de una
manera mucho más ‘suave’ que la que consiguen los sondeos
tradicionales, evitando así los daños ocasionados por las propias
medidas.
Estos
fotones pueden proporcionar más información y, a la vez, causar menos
daños en lo observado, pero para ello deben estar en un estado difícil
de imaginar: todos
los fotones quedan polarizados en un sentido y, al mismo tiempo, en
sentido contrario. Es decir, se encuentran en dos estados diferentes a
la vez.
Esta
es una situación similar a la que describió el físico Erwin Schrödinger
en 1935, cuando imaginó un hipotético gato en una ‘superposición
cuántica de estados’, de
tal forma que estaba simultáneamente vivo y muerto.
Hace
dos años, los mismos investigadores del ICFO ya propusieron un método
para producir estos estados exóticos, pero con el nuevo estudio se
demuestra la realización
de ese estado cuántico y, a su vez, una mayor eficacia para observar
objetos muy delicados. La técnica puede ser de gran interés –según sus
promotores– para analiza átomos individuales o células vivas.
Nube de átomos de rubidio
Para
realizar sus experimentos, los investigadores han elegido una nube de
átomos de rubidio como sistema modelo. “Estos átomos poseen las mismas
características que
las células en relación a la información obtenida y el daño causado y,
además, conocemos sus características con mucha precisión” explica el
profesor ICREA Morgan Mitchell, coautor del trabajo y líder del grupo
del ICFO.
El
experimento ha consistido en preparar pares de fotones en un estado
tipo gato de Schrödinger, enviarlos a través de la nube de átomos y
medir su polarización a la
salida. De este modo se puede deducir la cantidad de átomos dentro de la
nube y determinar el campo magnético de su entorno.
Al
mismo tiempo, se evaluó el daño, es decir, el número de fotones
absorbido por la nube. Con el gato de Schrödinger, la proporción entre
la información obtenida y el
daño ocasionado supera el llamado ‘límite estándar cuántico’, que
cuantifica la máxima cantidad de información que se puede conseguir con
cualquier sondeo tradicional.
Los resultados superan por primera vez uno de los límites de la mecánica cuántica
Los
resultados sobrepasan por primera vez este límite, lo que ayuda en la
observación de propiedades desconocidas de objetos tan ultra-delicados
como las células vivas.
“Superar este límite nos demuestra de forma rigurosa la eficacia de la
física cuántica para el sondeo de objetos delicados”, subraya Mitchell.
En
muchos campos de la ciencia, se utiliza luz para obtener información
precisa de los objetos investigados sin dañarlos, los llamados sondeos
ópticos. En biología,
por ejemplo, las células vivas se visualizan en microscopios ópticos. El
microscopio realiza un sondeo óptico cuando un haz de fotones traspasa
la célula y nos da una imagen de ella.
Debido
a la alta transparencia de la célula, la gran mayoría de los fotones la
traspasan sin dejar rastro. Sin embargo, una pequeña fracción de los
fotones es absorbida
por la célula provocándole daños, tal como ocurre en una quemadura del
sol.
Algunas
células son más delicadas, y el daño provocado por los fotones es
suficiente para causarles la muerte. En estas circunstancias, los
científicos sólo pueden limitar
la cantidad de luz empleada, perdiendo calidad en la imagen final. Pero,
como demuestra el nuevo estudio, la física cuántica puede cambiar
radicalmente este escenario.
Shambala
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