lunes, 25 de noviembre de 2019

Margarita Salas Falgueras

Margarita Salas va ser una bioquímica Espanyola presidenta de la Fundació Carmen i Severo Ochoa. 

MÈRITS: Llicenciada en Ciències Químiques per la Universitat Complutense de Madrid, va publicar més de 200 treballs científics al llarg de la seva vida. Ella v treballa amb el seu marit, Eladio Viñuela, en el camp de la bioquímica i la biologia molecular. Fins a la seva mort fou “Professora vinculada ​ad honorem ​ “ del consell Superior d’Investigacions Científiques (CSIC) i desenvolupà el seu treball en el Centre de Biologia Molecular Severo Ochoa de Madrid (CSIC - UAM)

CARRERA CIENTÍFICA: - Primers treballs: Després de la seva graduació en Ciències Químiques, Margarita Salas va ingressar en el laboratori d'Alberto Sols, pioner de la bioquímica a Espanya. Una vegada realitzada la seva tesi doctoral sota la direcció de Sols, va marxar durant quatre anys (1963-1967) com a investigadora a la Universitat de Nova York al costat de Severo Ochoa.

RECONEIXEMENTS: - Pertangué a diverses de les més prestigioses societats i instituts científics nacionals i internacionals, col·laborant i sent membre del consell editorial d'importants publicacions científiques.  - Ha estat nomenada doctora ​honoris causa​ per les universitats Rey Juan Carlos. - El maig del 2007​ va ser nomenada membre de l'​Acadèmia Nacional de Ciències dels Estats Units​, i es convertí així en la primera dona espanyola que entra a formar part de la institució. - En 2014​ va ser seleccionada per la revista ​Quo​, en col·laboració amb el Consell Superior d'Investigacions Científiques​ i el ​Consell Superior d'Esports​ , per a la primera «Selecció Espanyola de la Ciència», composta per tretze científics espanyols destacats a escala internacional. - El març de 2015 ​les Cases d'Astúries a ​Alcalá de Henares​ i ​Alcobendas​ i els Centres Asturians de Madrid i ​Tres Cantos​ la van distingir amb el títol d'«Asturiana Universal» per la seva «brillant i reeixida carrera internacional com a científica i investigadora en el camp de la biologia molecular» - Va ser ​marquesa de Canero​ des de ​l'11 de juliol de 2008​, per Reial decret. 

MARGARITA SALAS 

Margarita Salas fue una bioquímica, licenciada en ciencias químicas por la Universidad Complutense de Madrid. Falleció hace poco, concretamente el 7 de Noviembre con 80 años.

Descubrió que el virus phi29 tenía una enzima, la phi29 ADN polimerasa, que ensamblaba moléculas de ADN mucho más rápido y con mucha más precisión.  Se doctoró en el 1963 y posteriormente trabajó durante tres años con el premio Nobel de Bioquímica ​ Severo Ochoa en la Universidad de Nueva York.

Margarita siempre reivindicó el valor de la búsqueda de conocimiento. Ella decía: “Lo importante es hacer investigación básica de calidad, y de esta pueden salir resultados aplicables que no son previsibles a primera vista. Y sin embargo salen y pueden ser rentables”.

Lo más importante que hizo Margarita Salas sin duda fue ser la precursora de la biología molecular en España y su gran descubrimiento del Adn polimerasa el cual lo cambió todo.

Entrando un poco en su vida personal, Margarita nació un 30 de Noviembre de 1930 en Canero, Asturias. Su interés por la biología vino de su padre ya que su trabajo era médico. ​ A los dieciséis se fue de Asturias para ir a Madrid y allí realizar las pruebas de acceso de Química y Medicina. Entró en  la facultad y el verano del 58 conoció a Sebero Ochoa el cual la orienta en la bioquímica.  En el 1964 junto a su marido Eladio Viñuela se fueron a Nueva York al Departamento Científico y regresaron a España en el 67 para desarrollar la biología molecular. 

A raíz de todo su trabajo ganó muchos premios entre ellos como hemos nombrado antes un Nobel de Bioquímica. El primer premio que ganó fue en el año 97 al Principado de Asturias y el último fue al Inventor Europeo en 2019. 
 

miércoles, 20 de noviembre de 2019

¿Cómo se forman los fósiles?

Los fósiles son restos de organismos o de su actividad biológica que han quedado preservados en las rocas, generalmente en rocas sedimentarias. El proceso que da lugar a la producción de un fósil se denomina fosilización y, a pesar de lo que pueda pensarse, es extremadamente raro. Este proceso implica la incorporación de restos orgánicos desde la biosfera a la litosfera. Para que eso ocurra tienen que producirse una serie de cambios físicos y químicos muy complejos.
En muchas ocasiones se cree que para que se produzca un fósil ha tenido que morir un organismo, pero no siempre es así, ya que los fósiles son también evidencias de la actividad biológica de organismos que vivieron en el pasado. Existen, por ejemplo, fósiles de huellas de desplazamientos. Para que se produjesen las famosas ignitas o huellas fósiles de dinosaurios que hoy en día encontramos en múltiples yacimientos de la Península Ibérica, los dinosaurios no tuvieron que morir. También existen los coprolitos que son restos fecales fosilizados. O las cáscaras de huevos fósiles.
Por lo que se refiere a los fósiles de organismos, normalmente los tejidos blandos desaparecen al quedar a la intemperie a merced de las condiciones meteorológicas. Sin embargo, en un medio reductor, es decir, en el que no haya oxígeno, incluso los tejidos y estructuras más delicadas pueden llegar a preservarse. Este hecho puede ocurrir, por ejemplo, en un lago o en grandes profundidades marinas donde el contenido en oxígeno es muy bajo.
Pero lo que habitualmente queda preservado son los restos de organismos que tienen esqueleto, bien endoesqueleto, que es interno como el nuestro, o exoesqueleto, que es externo como es el caso el de las conchas de los bivalvos, entre los que se encuentran mejillones u ostras. Esos esqueletos compuestos de minerales (hidroxiapatito en el caso de nuestro esqueleto o carbonato en el caso de conchas) tienen una mayor probabilidad de quedar fosilizados. El paso de la biosfera a la litosfera incluso de las partes duras del organismo implica cambios químicos y físicos complejos que modifican la mineralogía original. En el caso de medios extremadamente ácidos ni siquiera las partes más duras quedarán fosilizadas.
En el caso de medios extremadamente ácidos ni siquiera las partes más duras quedarán fosilizadas
Existen otros factores que explican por qué el registro fósil es fragmentario, por ejemplo, el medio de sedimentación; es más habitual que haya un mayor contenido de fósiles en zonas de plataformas marinas tranquilas o en zonas lacustres que en zonas con una alta energía como áreas de fuerte oleaje o en corrientes tractivas como un río. Existen también filtros biológicos basados en el comportamiento y tamaño de las poblaciones de organismos del pasado. Hay más probabilidad de preservación en el registro fósil de herbívoros (organismos que se alimentan de vegetales) que de carnívoros (organismos que se alimentan de otros organismos) pues los primeros son más abundantes. Otros factores que pueden implicar la pérdida de registro fósil de la listosfera son procesos como el metamorfismo, es decir, cuando las rocas y sedimentos son sometidos a elevadas presiones y temperatura.
Una cuestión sobre la que no existe un consenso es el tiempo que tarda el resto de un organismo o de su actividad en producir un fósil. Los paleontólogos diferenciamos entre fósiles y subfósiles. Fósiles son todos aquellos restos anteriores al final de la última glaciación cuaternaria que terminó hace aproximadamente 11.000 años y dio comienzo al actual Holoceno. Por tanto, aplicamos el término subfósil a todos aquellos restos de organismos o de su actividad posteriores a los 11.000 años.
Cuando se analiza un fósil concreto, se puede hacer un ejercicio detectivesco y deducir los pasos seguidos durante el proceso de fosilización, aunque es muy complicado determinar cuánto tiempo tardó en producirse
Cuando analizas un fósil concreto sí puedes hacer un ejercicio detectivescoy deducir los pasos seguidos durante el proceso de fosilización, aunque es muy complicado determinar cuánto tiempo tardó en producirse. Por ejemplo, nosotros estudiamos un yacimiento de mamíferos fósiles cuya edad es de aproximadamente 14 millones años y situado en el campus de Somosaguas de la Universidad Complutense de Madrid. Sabemos que los restos óseos de dichos mamíferos estuvieron expuestos a la intemperie durante más de tres años. En ese tiempo, los materiales blandos desaparecieron; los huesos y dientes fueron arrastrados y alterados por la acción de los agentes meteorológicos, el pisoteo de otros animales y la fricción con las partículas del sedimento durante el arrastre en coladas de derrubios y finalmente se enterraron. Lo que no sabemos con exactitud es cuánto tiempo pasó hasta que se produjo la incorporación de esos materiales biológicos a la litosfera, es decir, la fosilización. Sí que podemos hacer una aproximación en términos geológicos y se barajan cifras de entre miles y decenas de miles de años para que tenga lugar este proceso.
En la actualidad también se están formando fósiles. Existen estudios en zonas naturales controladas como por ejemplo el Parque Nacional de Doñana en Huelva o el Parque Nacional de Amboseli en Kenia donde se estudia el proceso de fosilización en vivo y en directo.
Laura Domingo es doctora en Geología y paleontóloga del Departamento de Geodinámica, Estratigrafía y Paleontología de la Universidad Complutense de Madrid e investigadora asociada del Departamento de Ciencias de la Tierra y Planetarias de la Universidad de California Santa Cruz

¡Hay vapor de agua en la superficie de la luna Europa!

Hace cuarenta años, una nave espacial Voyager logró las primeras imágenes en primer plano de Europa, una de las 79 lunas de Júpiter, que revelaron grietas marrones cortando la superficie helada de la luna, dándole una apariencia de globo ocular venoso. Las misiones posteriores han recabado suficiente información adicional sobre Europa para convertirla en un objetivo prioritario de investigación en la búsqueda de vida de la NASA.

¿Por qué es tan especial esta luna? Porque posee todos los ingredientes necesarios para la vida, una prometedora guardería extraterrestre.

Los científicos planetarios sospechaban que Europa, la luna más grande de Júpiter, podía albergar un vasto océano de agua líquida debajo de su gruesa corteza helada. Unimos este océano con una fuente de energía (como los respiraderos hidrotermales) y algunos elementos químicos, y nos encontramos con una posibilidad decente de que la luna pueda soportar formas de vida básicas
Ahora, un equipo internacional de astrónomos ha anunciado la detección directa de vapor de agua en la atmósfera de Europa por primera vez en la historia. Tal y como se detalla en el estudio que recoge la revista Nature Astronomy, este método de detección es una fuerte evidencia de que existe agua líquida debajo de la superficie de Europa.

"Esto no significa necesariamente que el vapor de agua provenga de un océano", comenta el científico planetario de la NASA Lucas Paganini. "Pero parece que esta detección está conectada al agua líquida debajo de la superficie".

El equipo de la NASA descubrió que Europa libera tanto vapor de agua como para llenar una piscina olímpica en cuestión de minutos. Nos suene extraño o no, ha sido suficiente para ser detectado desde la Tierra.

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NASA's Goddard Space Flight Center/David Ladd

¿De dónde procede este agua? 



De las 17 observaciones del Observatorio W. M. Keck en Hawai, que utiliza un espectrógrafo para detectar las composiciones químicas de las atmósferas de otros planetas escaneando la luz infrarroja, ya sea liberada o absorbida,
 los científicos únicamente detectaron vapor de agua en una. Las moléculas como el agua emiten frecuencias específicas de luz infrarroja cuando interactúan con la radiación solar. 

"Sugerimos que la desgasificación del vapor de agua en Europa ocurre a niveles más bajos de lo estimado previamente, con eventos localizados y raros de actividad más fuerte", escribieron los autores.
Debido a que solo vieron el vapor de agua una vez, los científicos confiaron en que el agua provenía de un penacho.Y donde hay penachos, hay una buena posibilidad de que haya agua líquida. El siguiente paso es determinar qué está produciendo los penachos y si son indicativos de grandes cantidades de agua líquida en Europa. Un penacho puede provenir de la desgasificación del agua líquida en las profundidades de la superficie de Europa o la fricción causada por el hielo, entre otras cosas. Pero para resolver el misterio, tendremos que enviar algunos robots para que lo veamos por nosotros mismos. "Si queremos obtener más conocimiento sobre este mundo oceánico, realmente necesitamos acercarnos", aclara Paganini.

Lo que está por venir



La próxima 
misión Europa Clipper de la NASA tendrá una visión mucho más cercana de la superficie de la luna helada. La misión se lanzará en 2025 y será la sonda más grande jamás creada, Clipper estará equipada con un conjunto de instrumentos diseñados para mirar por debajo de la capa de hielo de Europa (cámaras, espectrómetros, radar...) que también determinarán la composición de la luna y nos ofrecerá imágenes nunca vistas. Si Clipper encuentra evidencia de vida durante los 45 sobrevuelos programados, finalmente podría justificar un módulo de aterrizaje en esta enorme luna.

El enigmático fósil del monstruo de Tully

Cada cierto tiempo, los científicos descubren fósiles tan extrañosque desafían cualquier posible clasificación, con patrones corporales que no se asemejan a ningún otro animal o planta existente. Es el caso del Tullimonstrum (conocido como el monstruo de Tully), un fósil de 300 millones de años de antigüedad hallado en el depósito fósil de Mazon Creek en Illinois (Estados Unidos).
A simple vista, el monstruo de Tully presentaría un aspecto parecido al de una babosa. Sin embargo, donde cualquiera esperaría encontrar una boca, esta criatura poseería un alargado apéndice rematado por lo que parece ser un par de afiladas garras. En cuanto a los ojos, las cuencas sobresaldrían de su cuerpo en forma de antenas coronadas por sendos globos oculares.
Este ser era tan peculiar que nadie en la comunidad científica ha sido capaz de discernir si se trataba de un animal vertebrado, es decir, con una columna vertebral (como los mamíferos, las aves, los reptiles y los peces), o invertebrado (como los insectos, los crustáceos, los pulpos y demás animales). En 2016, un equipo de científicos aseguró haber descifrado el enigma: sus pruebas, las más exhaustivas hasta el momento, demostraban que era un animal vertebrado. No obstante, mis compañeros y yo hemos desarrollado un nuevo estudio que pone en duda dicha conclusión. La criatura es más misteriosa que nunca.
El monstruo de Tully fue descubierto en la década de los 50 del siglo pasado por un coleccionista de fósiles llamado Francis Tully. Desde entonces, los investigadores han tratado de resolver un rompecabezas que les lleve a averiguar a qué grupo de especies modernas pertenece. La incógnita de las conexiones evolutivas del monstruo le ha granjeado una gran popularidad, hasta el punto de que se ha convertido en el fósil oficial del estado de Illinois.
El fósil del Tullimonstrum. Ghedoghedo/WikimediaCC BY-SA
Se han llevado a cabo numerosos esfuerzos para clasificar al monstruo de Tully. La mayoría de los estudios elaborados se han centrado en la apariencia de los rasgos más prominentes del animal, entre los que se encuentran un característico trazo lineal interpretado como la prueba de que el monstruo tenía intestinos, las bandas de colores claros y oscuros que presenta el fósil y las singulares garras de su boca. El patrón corporal del monstruo de Tully es tan poco común en su totalidad que, sin duda, supondrá la expansión del grupo al que pertenece y cambiará la concepción que tenemos sobre el mismo.
En la investigación que vio la luz en 2016 se argumentaba que el animal debería ser clasificado dentro de los vertebrados porque sus ojos contienen unos gránulos pigmentados llamados melanosomas, los cuales se disponen en base a su forma y tamaño de la misma manera que los de los ojos de los vertebrados. Sin embargo, nuestro trabajo demuestra que los ojos de algunos invertebrados, como los pulpos o los calamares, también contienen melanosomas divididos en forma y tamaño de una manera similar a la de los ojos del monstruo de Tully, y también se conservan en fósiles.

Investigación con un acelerador de partículas

Para desarrollar nuestro estudio utilizamos un acelerador de partículas llamado Synchrotron Radiation Lightsource (fuente de luz de radiación sincrotrón), situado en la Universidad de Stanford (California). El acelerador nos permitió explorar la composición química de diferentes muestras de fósiles y animales aún hoy vivos. El sincrotrón bombardea a los sujetos de estudio con intensas ráfagas de radiación para “agitar” los elementos que albergan en su interior. Cuando absorben la radiación, cada elemento libera rayos X con marcas específicas. Al detectar las marcas emitidas, podemos averiguar qué elementos fueron estimulados y, en última instancia, de qué está compuesto el espécimen en cuestión.
El primer hallazgo que llevamos a cabo fue que los ojos de los vertebrados modernos poseen una mayor proporción de zinc respecto al cobre que los invertebrados modernos que estudiamos. Para nuestra sorpresa, posteriormente descubrimos que se podía apreciar el mismo patrón en los vertebrados e invertebrados fosilizados encontrados en Mazon Creek.
Después, analizamos la composición química de los ojos del monstruo de Tully y comprobamos que la proporción de zinc y cobre era más cercana a la de los animales invertebrados, lo cual apunta a que esta criatura pudo no ser vertebrada, en contradicción con las aproximaciones previas para clasificarlo.
Uno de los posibles aspectos del monstruo de Tully. Nobu Tamura/WikimediaCC BY-SA
También descubrimos que los ojos del monstruo contienen un tipo de cobre distinto al encontrado en los ojos de animales vertebrados. Sin embargo, tampoco era idéntico al de los invertebrados que estudiamos. Por lo tanto, aunque nuestros avances inclinen la balanza hacia la idea de que no estamos hablando de una especie vertebrada, tampoco permiten identificarla de manera clara como lo contrario.
Y ahora ¿qué podemos hacer? No cabe duda de que realizar un análisis más exhaustivo de la química de los melanosomas y de otros pigmentos de los ojos de un número más amplio de invertebrados sería dar un paso en la dirección correcta, ya que contribuiría a acotar los posibles grupos de animales a los que el monstruo de Tully podría pertenecer.
El misterio, pues, continúa sin resolverse. Dicho esto, nuestra investigación demuestra que el estudio de los fósiles a nivel químico y molecular puede ser fundamental en el descubrimiento de la identidad de esta y otras criaturas enigmáticas.

Titan, la Nueva Tierra

Titán, es, sin duda, uno de los objetos más fascinantes de nuestro Sistema Solar. Si mirásemos imágenes captadas por radar de esta luna, la más grande de las lunas de Saturno, podríamos llegar a pensar que se trata de la Tierra. Veríamos lagos, y ríos, y dunas, en su superficie; encontraríamos nitrógeno, y materia orgánica, y nubes, en su atmósfera; y descubriríamos un ciclo de metano activo que sigue patrones similares al del agua en nuestro planeta, lluvia incluida. También observaríamos que tiene estaciones, aunque en lugar de tres meses duran siete años cada una.
Durante mucho tiempo, este mundo alejado y helado fue un misterio. Apenas se había podido escudriñar porque su atmósfera, densa y neblinosa, había ocultado celosamente su superficie. Pero la misión Cassini-Huygens , de las agencias espaciales americana, europea e italiana, lanzada en 1997, ha cambiado definitivamente eso. Equipada con instrumentos para poder ver a través de su atmósfera, ha arrojado luz sobre este objeto, del que hoy sabemos que cumple con los prerrequisitos necesarios para ser habitable.
Imagen de la superficie de Titán, la luna más grande de Saturno.
Imagen de la superficie de Titán, la luna más grande de Saturno. (EP / EP)
Ahora, un equipo de científicos, liderados por Rosaly Lopes, astrónoma en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, ha utilizado los datos captados durante los 13 años que duró esa misiónpara trazar el primer mapa geológico global de Titán, incluidos los polos. 
El mapa aporta información para comprender mejor la formación y la evolución de este cuerpo, y estudiarlo como sistema. Y ha revelado que esta luna y la Tierra son mucho más parecidos de lo que nunca se pensó. 
“Es, de hecho, la Tierra del Sistema Solar exterior. Y uno de los lugares donde es más probable que haya vida”, asegura Lopes, autora principal de este estudio publicado en Nature Astronomy, en una entrevista a La Vanguardia.
Para realizar este mapa, los científicos han usado los datos procedentes de los distintos instrumentos de Cassini y del pequeño módulo Huygens que la misión aterrizó sobre la superficie de esta luna, como el radar, el espectrómetro visible e infrarrojo, así como la cámara, que tomó más de medio millón de imágenes del cuerpo. “Ahora tenemos una verdadera visión global de la geología de Titán”, considera Lopes. 
Los investigadores han identificado seis accidentes geográficos principales, de los que han logrado determinar su edad relativa y cómo se distribuyen por la luna. Han visto que hay más de 600 lagos concentrados en los polos, sobre todo el norte; y hay algunos lagos muy oscuros y distintos, tanto en forma como en tamaño, que están llenos o semi llenos de hidrocarburos, una mezcla de etano, metano y nitrógeno. Los más grandes se conocen como maria (mares) y los pequeños, como lacus (lagos).
“Hemos visto que algunos de esos lagos tienen características muy peculiares y están rodeados de orillas elevadas y terraplenes. Sospechamos que son algunas de las características más recientes de Titán”, explica Anezina Solomonidou, coautora del estudio e investigadora de la Agencia espacial europea (ESA) en el Centro Europeo de Astronomía espacial (ESAC), ubicado a 30km de Madrid.
La nave Cassini distingue las capas altas de la atmósfera de Titan.
La nave Cassini distingue las capas altas de la atmósfera de Titan. (AGENCIA ESPACIAL EUROPEA)
Que la mayoría de lagos se concentren en el polo norte podría estar relacionado con la estaciones. Durante la misión Cassini, en el polo norte de Titán era invierno y en el sur, verano, por lo que una de las hipótesis que barajan los investigadores es que la lluvia de metano se deposita en los polos en la época invernal y se evapora en la estival. Hasta el momento, los únicos cuerpos líquidos hallados en la superficie de esta luna saturnina son hidrocarburos, aunque se sospecha que la mayoría del líquido de Titán está concentrado en un océano subterráneo escondido.
El mapa de Titán muestra que las dunas dominan el ecuador de este cuerpo y que la mayoría de la superficie de este objeto está recubierta de llanuras uniformes ricas en materia orgánica. 
Los investigadores apuntan que esta distribución de elementos geológicos pudiera deberse a la estrecha relación entre el ciclo del metano y la geografía de Titán. “No acabamos de entenderlo muy bien, pero creemos que quizás llueve más donde se concentran las llanuras y no tanto en las latitudes donde están las dunas”, apunta Lopes. 
También el viento desempeña un papel clave a la hora de modelar el paisaje titánico. “El hecho de que tenga una atmósfera implica que la erosión y la sedimentación por el viento ha sido un proceso importante, por eso hay enormes campos de dunas”, añade esta investigadora. 

Posible candidato a ser habitable
La primera nave que visitó Titán fue la Voyager 1, a comienzos de los 80. Entonces, aquella misión ya reveló que la mayor luna de Saturno tenía una atmósfera muy densa y rica en nitrógeno. Hyugens, al descender hacia la superficie de la luna, captó también pequeñas cantidades de metano y oxígeno. Eso resulta prometedor porque la vida, al menos en la Tierra, requiere de una atmósfera para protegerse de la radiación solar y para la circulación de compuestos orgánicos.
Sin embargo, durante mucho tiempo los científicos desestimaron la posibilidad de que Titán fuera habitable, porque es un mundo extremadamente frío. Su superficie tiene una temperatura media de -180ºC, que imposibilita tener agua líquida y vida tal como la conocemos.
Pero lo cierto es que la abundancia de metano que hay en Titán es muy interesante desde un punto de vista astrobiológico. Aunque no se sabe seguro si podría ser la base para algún tipo de vida, las moléculas orgánicas, abundantes en Titán, son clave para evaluar su potencial habitabilidad
“Aunque está por confirmar, Titán cumple con todos los prerrequisitos establecidos como criterios clásicos para la emergencia y la supervivencia de la vida”, señala Solomonidou, de la ESA. Eso incluye nutrientes (las moléculas orgánicas), energía para mantener el metabolismo, como el criovulcanismo; agua líquida, que está en el océano subterráneo; y un ambiente estable. 

“Titán cumple con todos los prerrequisitos establecidos como criterios clásicos para la emergencia y la supervivencia de la vida”

“Lamentablemente, la misión Cassini-Hyugens no estaba equipada para buscar microorganismos o analizar los compuestos orgánicos complejos en detalle, pero 13 años de exploración y muchos estudios y análisis de datos indican que la atmósfera, superficie e interior de Titán, así como la forma en que interactúan, tienen todas las propiedades necesarias para afirmar que Titán es un posible mundo habitable.”
Quizás, consideran los investigadores, la vida pudiera haber evolucionado en el océano de agua líquida que hay debajo de la corteza helada de la luna. En este sentido, Lopes lidera un proyecto en el Instituto de Astrobiología de la NASA que pretende obtener modelos de evolución del paisaje en mundos como Titán para entender cómo los materiales se desplazan por la superficie y dónde y cómo podrían haber penetrado la corteza de hielo para llegar hasta el océano subterráneo. “Que esas moléculas orgánicas lleguen hasta el agua líquida, el entorno habitable más probable, es clave para la habitabilidad”, incide Lopes.
Un dron para seguir estudiando a Titán
Cassini-Huygens llegó a Saturno en 2004 para estudiar el planeta gaseoso, sus anillos y lunas. La misión aportó mucha información acerca de la atmósfera de Titán, de su clima, de su interior y de la interacción que tiene con Saturno. En 2005, depositó un módulo de descenso, Huygens -suministrado por la ESA- en Titán para que tomara imágenes y datos de la superficie de la luna. Huygens fue capaz de captar información sobre los perfiles atmosféricos mientras descendía atravesando las densas capas de la atmósfera, y tomó la primera y única imagen in situ de un objeto del Sistema Solar exterior.

La próxima misión que explorará Titán es Dragonfly (libélula), de la NASA., que aportará un mayor conocimiento de la geología, el interior y la habitabilidad. En este caso, un pequeño dron sobrevolará la superficie de esta luna. Está previsto que Dragonfly se lance en 2026 y llegue a la luna saturnina en 2034.

miércoles, 6 de noviembre de 2019

Este misterioso asteroide podría ser en realidad el planeta enano más pequeño del sistema solar

Un nuevo estudio sugiere que Higía, el cuarto objeto más grande del cinturón de asteroides, es en realidad un planeta enano debido a su forma sorprendentemente esférica.
Descubierto en 1849 por el astrónomo italiano Annibale de Gasparis, Higía o Hygiea se encuentra entre Marte y Júpiter. Es el cuarto objeto más grande del cinturón principal de asteroides por detrás de Ceres, Vesta y Pallas (de los cuales, solo Ceres es un planeta enano). A pesar de su tamaño, Higía es un objeto poco estudiado, y es fácilmente el más misterioso de los cuatro grandes.
Una nueva investigación publicada hoy en Nature Astronomy revisa gran parte de lo que sabemos sobre Higía, incluida su forma, tamaño, rotación e historia. El estudio, dirigido por el astrónomo Pierre Vernazza del Laboratorio de Astrofísica de Marsella, en Francia, fue posible gracias a las recientes observaciones realizadas por el instrumento SPHERE de la Agencia Espacial Europea usando el Very Large Telescope (VLT) en el desierto de Atacama, en Chile.
La nueva investigación sugiere que el estado de Higía debería actualizarse de asteroide a planeta enano. Si esto sucediera, Higía suplantaría a Ceres como el planeta enano más pequeño de nuestro sistema solar.
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Imagen: ESO/P. Vernazza et al., L. Jorda et al. (ONERA/CNRS)
De acuerdo con los criterios diseñados por la Unión Astronómica Internacional (IAU) en 2006, un objeto celeste debe cumplir cuatro requisitos para obtener su designación como planeta enano: debe moverse en su propia órbita alrededor del Sol; no puede ser un luna; debe haber aspirado otro material de su vecindario y tiene que haber logrado el “equilibrio hidrostático”; en otras palabras, debe tener una forma mayormente esférica, con suficiente gravedad para haber superado una forma rígida e irregular. La nueva investigación sugiere que Higía ha cumplido los cuatro requisitos, incluido el equilibrio hidrostático.
“Al comparar la esfericidad de Higía con la de otros objetos del sistema solar, parece que es casi tan esférico como Ceres, lo que abre la posibilidad de que este objeto sea reclasificado como un planeta enano”, declararon los autores en el nuevo estudio.
Una estimación mejorada del tamaño de Higía sitúa su diámetro en 430 kilómetros. En comparación, Plutón y Ceres, otros dos planetas enanos, tienen diámetros de 2.400 kilómetros y 950 kilómetros, respectivamente. Una estimación revisada de su periodo de rotación muestra que un solo día en Higía dura 13,8 horas, que es aproximadamente la mitad de la estimación anterior.
Se observaron dos cráteres relativamente pequeños en la superficie de Higía, uno de unos 180 kilómetros de ancho y el otro de unos 97 kilómetros de ancho. Los astrónomos esperaban encontrar un cráter grande asociado con el origen del objeto. Higía es el miembro más grande de la familia de asteroides Higía, una colección de casi 7000 objetos vinculados al mismo cuerpo-madre. En consecuencia, los científicos esperaban ver una gran cuenca de impacto en Higía similar a una encontrada en Vesta que tiene aproximadamente 500 kilómetros de diámetro.
“Ninguno de estos dos cráteres pudo haber sido causado por el impacto que originó la familia de asteroides Higía, cuyo volumen es comparable al de un objeto de 100 km. Son demasiado pequeños ”, dijo Miroslav Brož, coautor del artículo, en un comunicado de prensa de la ESA.
Utilizando simulaciones por ordenador, los investigadores demostraron que la familia de asteroides Higía podría haber sido generada por una colisión frontal con un objeto que mide entre 75 y 150 kilómetros. La colisión resultante destruyó el cuerpo-madre de Higía (que medía alrededor de 100 kilómetros). Pero a lo largo de los eones, gran parte de los escombros resultantes se volvieron a ensamblar para formar el objeto en forma de esfera que vemos hoy. Se estima que esta colisión ocurrió hace más de 2000 millones de años.
La IAU tendrá que decidir ahora si se le debe otorgar a Higía el estatus de planeta enano. Quizás lo más importante es que Higía, con su superficie relativamente fresca, se distingue de otros objetos principales del cinturón, incluidos Vesta y Ceres, por lo que es un objetivo convincente para su posterior estudio, y posiblemente incluso una misión robótica.

el universo se está expandiendo más rápido de lo que los científicos pensaban

El universo se está expandiendo mucho más rápido de lo que predijeron los científicos, y nadie sabe por qué.
Un equipo de investigadores ha confirmado este dilema con datos recopilados utilizando una nueva tecnología de telescopio que se basa en espejos que cambian de forma.
Según su estudio, que fue publicado el mes pasado en la Royal Astronomical Societylas mediciones precisas de la velocidad a la que se está expandiendo el universo no coinciden con el modelo estándar que los científicos han estado utilizando durante décadas.
"Ahí radica la crisis de la cosmología", dijo Chris Fassnacht, astrofísico y coautor del estudio, en un comunicado de prensa.
Otros estudios publicados a principios de este año llegaron a conclusiones similares.
"Este desajuste ha ido en aumento y ahora ha llegado a un punto que es realmente imposible descartar como una casualidad. Esta disparidad no podría ocurrir por casualidad", dijo Adam Riess, el científico ganador del Premio Nobel que realizó un estudio que se publicó en abril, en un comunicado de prensa en ese momento.
Añadió que estos hallazgos "pueden ser el desarrollo más emocionante en cosmología en décadas".

El misterio de la Constante de Hubble

El universo siempre se hace más grande, extendiendo las galaxias más lejos. Durante décadas, los científicos han intentado medir cuán rápido está creciendo el universo — un número llamado la Constante de Hubble.
Los investigadores reconstruyen la historia del universo estudiando el resplandor de la radiación que quedó del Big Bang hace unos 13.800 millones de años, llamado fondo cósmico de microondas (CMB).
Cuando los científicos estudian el CMB, están buscando tanto en la distancia como en el pasado, ya que la luz viaja a una velocidad constante. Cuando miramos al sol, por ejemplo, lo que vemos en la Tierra es el sol tal como apareció hace 8 minutos, ya que está a unos 8 minutos luz de distancia. Así que cuando los científicos miran los objetos lo suficientemente lejos en la distancia, los ven como eran al principio del universo.
Basados en esas observaciones, los científicos han encontrado que después del Big Bang, el universo se expandió al principio muy rápidamente. Entonces la expansión se hizo más lenta a medida que la gravedad de la materia oscura — una fuerza misteriosa e invisible que constituye alrededor del 85% de toda la materia en el universo — retrocedía.
Una representación artística del modelo estándar de la cosmología.
Pero recientemente, se han encontrado con un problema.
Las mediciones del universo contemporáneo muestran que se está expandiendo mucho más rápido de lo que predice el modelo estándar. El estudio de Riess de abril encontró que el universo se está expandiendo un 9% más rápido de lo que predijeron los cálculos basados en el CMB.
"Esto no son solo dos experimentos en desacuerdo", dijo en ese momento. "Estamos midiendo algo fundamentalmente diferente. Una es una medida de lo rápido que el universo se está expandiendo hoy en día, tal como nosotros lo vemos. La otra es una predicción basada en la física del universo primitivo y en las mediciones de la velocidad a la que debería expandirse. Si estos valores no concuerdan, es muy probable que nos falte algo".

Las nuevas tecnologías confirman el dilema pero no estamos más cerca de resolverlo

Los telescopios Keck I y Keck II en Mauna Kea en Hawaii.
Para el nuevo estudio, los investigadores usaron un sistema de espejos de primera calidad en el telescopio del Observatorio Keck en Hawaii. El dispositivo utiliza espejos flexibles que pueden corregir las distorsiones causadas por la atmósfera de la Tierra y devolver imágenes extra nítidas de los objetos en el cielo.
Los investigadores apuntaron el telescopio hacia tres sistemas de galaxias brillantes y altamente activas llamadas cuásares.
Estudiaron los cuásares usando un proceso llamado lente gravitacional, que mide la forma en que la luz se dobla a medida que viaja alrededor de objetos masivos en su camino hacia la Tierra. Un objeto masivo (como una galaxia gigante, por ejemplo) dobla la luz en una variedad de direcciones, lo que permite a los científicos ver diferentes versiones distorsionadas del mismo cuásar desde tiempos ligeramente diferentes en su pasado. Luego pueden comparar esas imágenes para calcular cuánto tiempo tarda en llegarnos la luz de un cuásar y reunir información sobre cuánto se expandió el universo durante ese tiempo de viaje.
Imágenes de los tres sistemas de cuásares con lentes.
Al igual que los estudios anteriores, los nuevos resultados mostraron que el universo se está expandiendo más rápidamente de lo que predice el modelo estándar. Los investigadores compararon sus resultados con los datos del Telescopio Espacial Hubble, y los resultados fueron consistentes.
"Una diferencia en la constante de Hubble entre el universo de tiempo temprano y el de tiempo tardío significa que hay algo que falta en nuestro modelo estándar actual", dijo la astrofísica Sherry Suyu en un comunicado de prensa sobre el estudio reciente. "Por ejemplo, podría ser energía oscura exótica, o una nueva partícula relativista, o alguna otra física por descubrir".
Una animación por ordenador de cómo podría haber sido el Big Bang.
Una animación por ordenador de cómo podría haber sido el Big Bang. NASA Goddard
Los científicos aún no saben qué podría ser esa pieza faltante. Algunos piensan que el culpable podría ser la energía oscura, el término para la fuerza misteriosa e invisible que constituye alrededor del 68% del universo. Esta energía podría haber acelerado la expansión al empujar hacia afuera y abrumar la gravedad de la materia oscura.
Fassnacht dijo que espera que los científicos continúen empleando esta nueva tecnología de telescopio para recopilar datos más precisos mientras buscan piezas perdidas en su comprensión del universo.
"Tal vez esto nos lleve a un modelo cosmológico más completo del universo", dijo.