La forma de comunicarse es una de las principales características que distinguen a humanos de animales. El lenguaje desde un punto de vista complejo, que incluye consonantes además de vocales y que implica una capacidad auditiva rápida y sofisticada, es algo que se consideraba hasta ahora exclusivo del Homo sapiens. Sin embargo, una nueva investigación que se publica este lunes en Nature Ecology and Evolution apunta a que otros homínidos anteriores, los neandertales, también charlaban.
Aunque sea imposible conocer el contenido de sus conversaciones, los investigadores han podido llegar a esta conclusión tras reconstruir con una precisión inédita hasta ahora las cavidades del oído y simular mediante modelos biofísicos su sensibilidad acústica. «Para mantener una conversación hace falta tanto ser capaces de emitir diferentes sonidos, como de distinguirlos con suficiente sutileza y para eso hace falta tener lo que se denomina un ancho de banda suficiente, que es el rango de frecuencias que se pueden percibir», explica el paleontólogo Ignacio Martínez, uno de los responsables de la investigación.
Así, los investigadores han reconstruido mediante un TAC las cavidades auditivas de los neandertales, han utilizado modelos 3D para desarrollarlos y modelos de ingeniería de telecomunicaciones (que se utilizan, por ejemplo, para desarrollar teléfonos móviles) para simular esas capacidades: «Lo que hemos comprobado es que los neandertales tienen una sensibilidad auditiva similar a la de los homo sapiens y mejor que la de los chimpancés. Si un neandertal hubiera oído como un chimpancé no hubiera podido nunca tener un lenguaje como el nuestro. Pero al averiguar que tienen una audición tan sofisticada, es un indicador clarísimo que tenían un sistema de comunicación oral tan complejo y rápido como el nuestro», añade el paleontólogo.
Estos hallazgos sitúan la charla hace al menos 120.000 años, con los primeros neandertales. Porque el equipo, donde está la investigadora Mercedes Conde, lleva años estudiando este asunto ya en australopitecos – que vivieron hace tres millones de años – y homínidos de la sima de los huesos, que datan de hace unos 430.000 años. «Los australopitecos, que estudiamos en 2004, tienen el mismo rango auditivo que los chimpancés y por tanto no podrían haber hablado. En los de la sima de los huesos ese rango está algo ampliado pero no llega a ser tanto como el nuestro. Y es por tanto desde los neandertales que la capacidad de oír es la misma que la nuestra», explica Conde, primera investigadora del estudio.
Ese rango de frecuencias o ancho de banda mayor es clave porque es el que permite distinguir el sonido de las consonantes. «Ese extra de ancho de banda de neandertales y humanos es el que permite oírlas», explica Conde.
Aunque no se puede demostrar que las utilizaran, Martínez explica que es como si se duda de que los pterodáctilos, los dinosaurios que tenían alas, las utilizasen para volar. «Que tengan esta capacidad auditiva está relacionada con la comunicación y además esto está relacionado con el tipo de comportamiento que mantenían, que era también complejo porque sabemos que cuidaban a enfermos, se adornaban o hacían arte. Son comportamientos complejos que exigían también un lenguaje complejo».
No es la única investigación reciente que, como indica Conde, indica que «los neandertales son más humanos de lo que se pensaba».
En esta investigación también ha participado el codirector de las excavaciones de Atapuerca, Juan Luis Arsuaga, y se encuadra en un marco de colaboración público privada que busca conectar la investigación básica con la clínica. Es la Cátedra de Otoacústica Evolutiva de HM Hospitales y la Universidad de Alcalá, que trabajará también en utilizar las tecnologías desarrolladas en este proyecto para aplicarlas a posibles intervenciones quirúrgicas del oído.
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