Que la Tierra está llena de vida es un hecho incuestionable. Y que esa vida lleva miles de millones de años evolucionando, hasta alcanzar las formas complejas de la actualidad, también.
Desde hace décadas, sin embargo, los investigadores se preguntan cómo es posible que las condiciones de nuestro planeta hayan podido permanecer estables durante tantísimo tiempo. Cualquier ligera variación en esas condiciones, en efecto, habría llevado sin remedio a la extinción de cualquier criatura viviente.
Para enfrentarse a esta espinosa cuestión, James Lovelock propuso, en la pasada década de los setenta, la llamada "Hipótesis de Gaia", una idea según la cual, de alguna forma, los seres vivos que interactúan con los múltiples procesos inorgánicos que les rodean, consiguen mantener el planeta en un estado en el que la vida puede persistir, y ello a pesar de amenazas tales como la de un Sol descontrolado, masivas erupciones volcánicas o periódicos bombardeos de meteoritos.
Sin embargo, los expertos llevan décadas tratando de explicar, sin éxito, como podría funcionar este complejo mecanismo. Algo que ha propiciado agrias polémicas y sonados enfrentamientos científicos.
Ahora, un equipo de investigadores de la universidad británica de Exeter se ha atrevido a proponer una solución al enigma. Según explican en un artículo aparecido en Trends in Ecology and Evolution, la aparentemente inexplicable estabilidad de la Tierra podría deberse a una "evolución secuencial" en la que las situaciones en las que la vida desestabiliza el medio ambiente tienden a ser efímeras, dando lugar a cambios que continúan hasta que surge una nueva situación estable y que tiende a persistir en el tiempo.
Una vez que esto sucede, el sistema tendría más tiempo para adquirir nuevos rasgos y características que le ayuden a mantenerse y estabilizarse, un proceso que los científicos han bautizado como "selección por supervivencia".
Responder a la extinción
Para Tim Lenton, primer firmante del artículo, "ahora podemos explicar cómo la Tierra ha ido acumulando mecanismos de estabilización a lo largo de los pasados 3.500 millones de años. El principal problema con la hipótesis original de Gaia era que la evolución por selección natural no podía explicar cómo un planeta entero pudo llegar a tener propiedades estabilizadoras en escalas de tiempo geológicas".
"En lugar de eso -prosigue el investigador- hemos demostrado que por lo menos dos mecanismos más simples trabajan juntos para darle a nuestro mundo esas propiedades autoestabilizadoras de la vida. Nuestros hallazgos pueden ayudar a explicar cómo conseguimos llegar hasta aquí, para poder preguntarnos ahora cómo lo hemos logrado".
James Dyke, de la Universidsd de Southampton y otro de los autores de la investigación, asegura por su parte que "además de su importancia para a ayudar a estimar la probabilidad de vida compleja en otros lugares del Universo, los mecanismos que logramos identificar pueden resultar cruciales para comprender cómo nuestro planeta es capaz de responder a factores como el cambio climático o los eventos de extinción".
Toda una lección, por parte de Gaia, sobre cómo crear un ambiente sostenible y un futuro estable para toda la Humanidad.
Jose Manuel Nieves
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