Un grupo de políticos australianos ha publicado una hoja de ruta para que el país avance hacia la legalización de la donación mitocondrial. Las recomendaciones de la comisión, publicadas a finales de junio, incluyen que el Gobierno consulte a científicos y a la sociedad sobre la posibilidad de autorizar el uso clínico de esta técnica de fecundación in vitro.
La donación mitocondrial intenta evitar que los hijos hereden ciertos trastornos cuyo origen se halla en mutaciones del ADN de las mitocondrias, los orgánulos encargados de suministrar energía a las células. Para ello, se usa un óvulo sano y se crea a partir de él un embrión con el ADN nuclear de dos personas y el ADN mitocondrial de una tercera. Dicho embrión puede implantarse después mediante técnicas de reproducción asistida.
Recreación tridimensional del proceso de fecundación in vitro de un óvulo humano. [man_at_mouse/iStock] |
Hoy por hoy, Reino Unido es el único país que permite la donación mitocondrial, si bien hasta ahora no ha nacido ningún bebé por medio de esta técnica. Singapur también está considerando legalizarla.
La comisión australiana, compuesta por parlamentarios del partido gobernante, el principal partido opositor y otros grupos con menor representación, llevó a cabo una investigación de tres meses antes de presentar sus recomendaciones al Ejecutivo.
Dichas recomendaciones incluyen que el Gobierno prepare opciones para los cambios en las leyes que permitirían la autorización de la técnica, y que, mientras tanto, facilite que los australianos con enfermedades mitocondriales puedan ser tratados en el Reino Unido. Los científicos y las asociaciones de pacientes han visto con buenos ojos la lista de recomendaciones. Ahora el Gobierno deberá responder.
Las enfermedades de origen mitocondrial constituyen un conjunto de trastornos que afectan a hasta uno de cada 500 niños y a aproximadamente 12 de cada 100.000 adultos. Los síntomas pueden variar desde leves hasta muy graves, llegando a suponer un riesgo para la vida en algunos casos. Las enfermedades de este tipo pueden causar problemas en el sistema gastrointestinal, el locomotor, el endocrino, el cardíaco y el sistema nervioso central, entre otros.
Bianca Nogrady/Nature News
Artículo traducido y adaptado por Investigación y Ciencia con permiso de Nature Research Group.
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