Científicos de la Universidad de Columbia, Estados Unidos, han identificado la región cerebral responsable de regular la respuesta inflamatoria del sistema inmunológico. Según el reporte publicado en Nature, en la zona próxima al tronco del encéfalo existe un circuito profundamente vinculado a la inflamación del tejido en casos de infecciones externas.
Cuando un virus o bacteria invade el cuerpo humano, el sistema inmunológico reacciona para combatirlos. Para que aparezca el ejército de anticuerpos y se inicie la defensa, es necesaria una llamada de auxilio: la inflamación en la zona de la infección. Esta respuesta natural de las células debe ser extremadamente precisa. Si el tejido se inflama en exceso, puede dañarse a sí mismo o afectar otros órganos del cuerpo. Por otro lado, si no se hincha lo suficiente, el organismo queda aún más vulnerable.
La inflamación es un proceso químico complejo en el que las células amenazadas liberan sustancias químicas como histamina y citocina. Por la delicadeza y complejidad de esta respuesta inflamatoria, la comunidad científica estima la existencia una región en el cerebro encargada de mantener su equilibrio. Hasta ahora solo había amplias zonas cerebrales sospechosas de tomar la responsabilidad de la regulación. Este último esfuerzo reduce el campo de exploración a un grupo específico de neuronas del tronco del encéfalo.
Neuronas que se encienden con la inflamación
El equipo de cuatro investigadores, liderado por Hao Jin, estudió la respuesta del tejido cerebral justo cuando comenzaba el proceso de inflamación celular. Para ello, realizaron un experimento con ratones a los que se les inyectó en el abdomen compuestos bacterianos. Durante la defensa del cuerpo de los roedores, las neuronas cercanas al encéfalo se iluminaron como un árbol de navidad.
Una vez identificada la potencial zona de regulación, los científicos llevaron a cabo pruebas más complejas utilizando fármacos especializados. Al activar y desactivar la región cerebral con compuestos químicos, observaron que el sistema inmunitario de los ratones se descontroló. El artículo de Natureseñala que el número de moléculas inflamatorias aumentó un 300% en comparación con ratones cuyas neuronas permanecían “encendidas”.
“Demostramos que las citocinas pro y antiinflamatorias se comunican con distintas poblaciones de neuronas vagales para informar al cerebro sobre una respuesta inflamatoria emergente. La transformación evocada por el cerebro en el curso de una respuesta inmune ofrece nuevas posibilidades para la modulación de una amplia gama de trastornos inmunes, desde enfermedades autoinmunes hasta tormentas de citoquinas y shock”, finaliza el informe.
La identificación del regulador de la inflamación celular tiene el potencial de ayudar en el desarrollo de terapias para afecciones en las que el mal funcionamiento del tejido perjudica el propio organismo. Dichas enfermedades pueden ser solo molestas como la psoriasis o graves como la esclerosis múltiple. Los investigadores reconocen que aún queda un largo camino por recorrer antes de que el aprovechamiento del regulador mediante fármacos se consolide por completo.
El logro de Jin señaló la ubicación del circuito de la respuesta autoinmune en la misma zona donde se controlan otros procesos básicos, como la respiración. Aunque no está claro cómo ocurre exactamente, este descubrimiento representa un paso importante para comprender cómo la maquinaria electroquímica del cerebro puede controlar múltiples procesos simultáneamente con extrema precisión.
El hallazgo de las neuronas en el tallo del encéfalo no descarta la posibilidad de que existan otras rutas a través de las cuales el cuerpo transmite señales inmunes al cerebro. Actualmente, las investigaciones del campo de la neurología se centran en explorar la química del nervio vago, una red de fibras que conecta el cerebro con órganos vitales como el corazón, los pulmones, los intestinos y los riñones.
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