Hace unos 250 millones de años, los animales marinos empezaron a diversificarse a un ritmo sin precedentes. La evolución de ciertas plantas microscópicas acuáticas tal vez promoviera aquella explosión espectacular.
Si el lector pudiera subirse a una máquina del tiempo y visitar la Tierra hace 500 millones de años, durante la era paleozoica, seguramente pensaría que había viajado no a otro período en el tiempo, sino a otro planeta. En aquella época, los continentes se concentraban sobre todo en el hemisferio sur, los océanos presentaban configuraciones y corrientes muy distintas a las de hoy y todavía debían formarse los Alpes y el Sáhara. Las plantas terrestres no habían aparecido todavía. Sin embargo, quizá la diferencia más llamativa la hallaríamos en los seres que habitaban esa Tierra primitiva. En aquel entonces, la mayoría de los animales pluricelulares vivían en el mar. Los braquiópodos, con aspecto de bivalvos, y los trilobites, los parientes extinguidos de los cangrejos e insectos actuales, eran los dueños absolutos.
La diversidad de los animales marinos aumentó de manera notable a lo largo de los siguientes 250 millones de años, hasta que el evento de extinción del Pérmico eliminó más del 90 por ciento de las especies oceánicas y puso fin al Paleozoico. La pérdida de vidas resultó abrumadora. Pero en el horizonte se atisbaba el cambio, y mientras que la vida en tierra experimentaba una transformación radical, con el auge de los dinosaurios y los mamíferos, la vida en el mar entraba en una fase extraordinaria de reorganización que establecería la preponderancia de muchos de los grupos animales que hoy dominan en el ámbito marino, entre ellos peces depredadores, moluscos, crustáceos y erizos de mar.
El registro fósil muestra que a lo largo de las eras geológicas siguientes, el Mesozoico y el Cenozoico, la vida marina se diversificó a un ritmo sin precedentes, hasta tal punto que antaño se cuestionaba si dicha pauta reflejaba tan solo la conservación preferente de fósiles más recientes, que habían tenido menos tiempo de sufrir erosión. Sin embargo, los análisis posteriores indicaron que la floración aparente de especies en el mar era real. Para explicar el fenómeno, se han aducido toda una serie de factores, entre ellos cambios en el clima y en el nivel del mar, así como extinciones en masa, que habrían ofrecido nuevas oportunidades para el crecimiento. Pero aunque estos hechos contribuyeran tal vez a la diversificación que se inició hace unos 250 millones de años, no pueden por sí solos explicar la pauta de expansión observada.
Investigación y Ciencia
Ronald Martin & Antonietta Quigg
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