domingo, 27 de abril de 2014

El mundo en "cámara lenta" de los animales pequeños

Imagínese percibir el mundo en cámara lenta, constantemente, 24 horas al día, los siete días de la semana.
No es una película de ciencia ficción, sino la realidad de varios invertebrados y vertebrados pequeños, según un nuevo estudio publicado en Animal Behaviour.
Los animales más pequeños tienden a percibir el tiempo en cámara lenta. Esto significa que pueden observar movimientos en una escala más detallada que criaturas más grandes, lo que les permite escapar de sus depredadores.
Insectos y pájaros pequeños, por ejemplo, pueden ver más información en un segundo que animales más grandes, como un elefante.
"La capacidad de percibir el tiempo a muy pequeña escala puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte para organismos de rápidos movimientos, como depredadores y sus presas", asegura Kevin Healy, líder de la investigación del Trinity College de Dublín (TCD), Irlanda.
Lo contrario ocurre con animales grandes, los cuales pueden dejar pasar información que aparece rápidamente para sus pares más pequeños.
El equipo observó la variación de la percepción del tiempo en una variedad de animales. También reunieron datos de otros equipos que han utilizado una técnica llamada Fusión Crítica del Parpadeo, la cual mide la velocidad con la cual el ojo puede procesar la luz.
Al expresar estos resultados en un gráfico, se reveló un patrón que mostró una fuerte relación entre el tamaño del cuerpo y cuán rápido el ojo puede responder a los cambios de información visual, como por ejemplo, una luz intermitente.
El estudio se enfoca en vertebrados, pero el equipo también encontró que hay varias especies de moscas que reaccionan a los estímulos cuatro veces más rápido que el ojo humano.
"Estamos comenzando a entender que hay todo un mundo de detalles allá afuera el cual puede ser percibido sólo por algunos animales. Es fascinante pensar en cómo ellos pueden percibir ese mundo, tan diferente (a como nosotros lo hacemos)", le explica Andrew Jackson, coautor de la investigación del TCD a Melissa Hogenboom, corresponsal de Ciencia de la BBC.
Graeme Ruxton, de la Universidad de St. Andrews en Escocia es otro de los coautores quien destaca la capacidad de esta investigación de ligar la rapidez del estímulo con el proceso cerebral.
"Tener ojos que pueden enviar actualizaciones al cerebro con mucha mayor frecuencia que nuestros ojos no tiene ningún valor si el cerebro no puede procesar esa información igualmente rápido".
"Por lo tanto, este trabajo destaca las impresionantes capacidades de los cerebros de los animales más pequeños. Puede que las moscas no sean grandes pensadoras, pero pueden tomar decisiones bastante rápido".
Sin embargo, algunos isópodos de aguas profundas –conocidos también como pulgas o cochinillas de mar- se adjudican el récord de la reacción más lenta, pudiendo sólo ver una luz apagarse y prenderse cuatro veces por segundo "antes de confundirse y creer que está constantemente encendida", cuenta Jackson.
Los seres humanos también experimentan diferencias entre individuos. Los deportistas, por ejemplo, generalmente pueden procesar información más rápido. Un arquero profesional es más rápido que el resto en observar desde dónde viene una pelota.
La velocidad con la que los humanos absorben información visual tiene también que ver con la edad, dice
"La gente más joven puede reaccionar más rápido que la gente mayor, y esta capacidad va decayendo a medida que la edad aumenta".
"Desde una perspectiva humana, nuestra habilidad para procesar información visual limita nuestra habilidad para manejar autos o volar aviones, más rápido de lo que incluso lo hacemos en la Fórmula 1, donde estos tipos están empujando los límites de lo que es humanamente posible", le dice Jackson a la BBC.

"Por lo tanto, para avanzar aún más rápido será necesaria la ayuda de computadores o la mejora de nuestro sistema visual ya sea con drogas o, en última instancia, con implantes".

BBC Mundo, 

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