Una investigación presentada este jueves en la revista Behavioral Ecology and Sociobiology ha concluido que al menos una especie de pez, (llamadaNeolamprologus pulcher, y perteneciente al grupo de los cíclidos), puede comunicarse a través de sustancias químicas presentes en la orina.
«Nuestros resultados sugieren que la comunicación química juega un papel crucial en la comunicación de la agresión en estos peces», han escrito los autores del estudio, investigadores en la Universidad de Berna (Suiza). «Esto subraya la importancia de la comunicación química durante los encuentros entre antagonistas en general, incluso cuando hay otras señales que parecen más evidentes para el observador humano».
Anteriores investigaciones han mostrado que otras especies de animales, como los mamíferos, pueden comunicarse a través de la orina. En el caso de los peces, los científicos conocían mejor los mecanismos de comunicación visual y acústica.
Pero en esta ocasión, los investigadores trataron de averiguar si los peces también recurrían a la orina, sobre todo teniendo en cuenta que viven en el medio acuático, y que por eso, en principio están sumergidos en un medio favorable para la comunicación química.
«¡Largo de mi territorio!»
Y además quisieron averiguar si la orina tenía un papel en la comunicación en unos peces que son muy territoriales, de la especie Neolamprologus pulcher, y que acostumbran a comunicarse cuando se encuentran con potenciales rivales. De sus encuentros suele surgir un pez dominante y uno sumiso.
Para averiguar si la orina tenía algún papel, hicieron varios experimentos en torno a un tanque de agua separado por un tabique. En primer lugar, evitaron que los animales entraran en contacto físicamente, pero lo diseñaron de forma que a veces los animales no podían verse y otras sí, o de forma que el agua de un compartimento no pasara a veces hasta el otro lado. Además, a veces pusieron en contacto a peces de distinto tamaño (esto es importante porque pretendían analizar la comunicación de rivales que pugnan por un territorio).
Por último, inyectaron en los peces un producto capaz de teñir su orina de color azul y así poder medirla y observarla.
Mensaje a través de la orina
Una vez hecho esto, los científicos midieron cuánta orina expulsaban los peces en varias situaciones. Si dos peces se veían dentro del tanque, a veces elevaban sus aletas, se acercaban al otro de forma agresiva y además emitían más orina, en comparación con una situación en la que ambos peces no se veían.
Los científicos observaron también que había un cambio en el comportamiento de los peces que se veían, pero solo si la orina podía pasar al otro lado del tanque. En este caso, si un pez pequeño veía al otro lado a uno más grande, reducía su agresividad y se mostraba más dócil ante el otro.
Sin embargo, si la orina no era capaz de atravesar el tabique del tanque de peces, los científicos no observaron ningún cambio en el comportamiento cuando los peces se veían. A pesar de todo, en esa situación, ambos emitían una mayor cantidad de orina. Por eso han concluido que la especie N. pulcher emite orina adrede para comunicar su inclinación por la agresividad a través de la orina.
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