Hemos encontrado vida en Marte y vamos a morir todos. No quiero hacer spoilers, pero ese es básicamente el corazón argumental de Life (Vida), el último thriller espacial de terror que se estrena hoy. Una película que, entre licencias artísticas y paseos por la Estación Espacial Internacional, nos sirve para darle una vuelta a todo eso de la búsqueda de la vida en el espacio.
Y es que el famoso dicho de 'buscar una aguja en un pajar' se queda corto cortísimo en comparación con la búsqueda de la vida. Una vida que no solo no sabemos si existe, sino que no tenemos ni idea de si se parecerá en algo a la vida que hemos encontrado aquí en la Tierra.
¿Qué es la vida?
Como explicaba el doctor Felipe Gómez del Centro de Astrobiologíadel CSIC el punto de más débil de la búsqueda de la vida en el espacio es, sin lugar a dudas, esta. "¿Seríamos capaces de reconocer un segundo ejemplo de vida fuera del planeta? ¿usarán los mismos mecanismos moleculares?".
No estamos hablando de ciencia ficción: la búsqueda de vida tiene una larga tradición en la carrera espacial. El programa Viking, dos misiones no tripuladas estadounidenses que llegaron a Marte pocos años después de que los soviéticos colocaran los primeros objetos humanos en la superficie, ya hizo pruebas sobre la vida en aquella región del universo.
Y dieron positivas. Lo que ocurre es que, rápidamente, se cayó en la cuenta de que las pruebas estaban mal diseñadas y no significaban nada. Pero desde los 90 hemos trabajado en responder esta pregunta. Primero con unos rovers del tamaño de un microondas y ahora con Curiosity que, con el tamaño de un coche pequeño y aproximadamente una tonelada de peso, es todo un laboratorio en Marte.
Una búsqueda que ya no es ciencia ficción
Es decir, hoy por hoy ya llevamos casi 40 años buscando una vida que no sabemos cómo es. Y no es "culpa" de los astrobiólogos, es que, como nos explica Domingo Marquina, microbiólogo de la Universidad Complutense de Madrid, "no existe una definición de vida".
"No sabemos si las formas de vida que nos vamos a encontrar tendrán una forma de vida basada en el ADN, en el carbono". Por eso, hay dos líneas de investigación muy claras, nos explica, "buscar la vida más elemental o buscar una inteligencia superior". Es decir, lo que hace Curiosity y lo que hace SETI.
La pregunta más evidente es: ¿"Las formas de vida que nos vamos a encontrar"? Al fin y al cabo, estamos hablando con algunos de los mayores expertos sobre astrobiología en lengua española. ¿Cómo es posible que den por hecho que vamos a encontrar vida?
La paradoja de Fermi y la fórmula de Drake
Entonces, entre Marquina y Gómez nos comienzan a hablar de Fermi y de Drake; es decir, de los intentos de los científicos por descubrir la probabilidad de esa vida extraterrestre. Fermi hizo explícita la paradoja: si existen miles de millones de posibilidades de que haya sociedades inteligentes, ¿dónde diantres se han metido?
Drake le puso cifras a la paradoja. Su fórmula trata de cuantificar esos "miles de millones de posibilidades" teniendo en cuenta más de media docena de parámetros. Según él mismo, en nuestro entorno 'especialmente' cercano hay "hasta diez civilizaciones que pueden contactar con nosotros". No obstante, el interés científico está más en el planteamiento de la ecuación que en su resolución.
Depende de cómo la planteemos, los resultados pueden hablarnos de una sola civilización o de varias decenas de millones. Gómez llega a decir que, estadísticamente hablando, "es imposible que no haya más vida en el Universo". Los astrobiólogos son, como era esperable, "creyentes" en el mejor sentido de la expresión. Tanto que muchos, con Stephen Hawking a la cabeza, piensan que es mejor que nos estemos quietecitos en el extremo de nuestra Vía Láctea. Básicamente, porque esas civilizaciones podrían ser 'belicosas'.
"El mayor descubrimiento de la humanidad"
Ya hemos hablado sobre si estamos preparados para encontrarnos con una civilización exterior, pero lo que Life nos plantea (sin demasiado rigor científico, todo hay que decirlo) es qué pasa si lo que encontramos es sencillamente vida. Teniendo en cuenta las teorías que dicen que la vida terrícola nació originalmente en Marte. Una célula marciana... ¿tendría el mismo impacto científico y social?
Gómez responde al auditorio con una convicción inusitada: "el hecho de que podamos encontrar un segundo ejemplo podría ser el mayor descubrimiento de la humanidad". Y deben tomárselo en serio. Los comités de investigación tienen como parte fundamental a filósofos que tratan de comprender no solo el cómo conseguirlo, sino el impacto revolucionario del éxito de cualquier misión.
Javier Jimenez paraXataka.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Quin és el teu Super-Comentari?