miércoles, 15 de enero de 2020

Los loros también se ayudan

Las personas y otros grandes simios son conocidos por su disposición a ayudar a quienes lo necesitan, incluso a extraños. Ahora dos investigadoras han demostrado por primera vez que algunas aves, y específicamente los loros grises africanos, son igualmente generosas. Así lo han publicado hoy en la revista Current Biology 
“Descubrimos que los loros grises africanos ayudan voluntaria y espontáneamente a loros conocidos a lograr un objetivo, sin un beneficio inmediato obvio para ellos mismos”, dijo en un comunicado la coautora del estudio Désirée Brucks, del Instituto Max Planck de Ornitología, en Alemania.
Los loros y los cuervos son conocidos por tener grandes cerebros en relación con el tamaño de sus cuerpos y por sus habilidades para resolver problemas. Por esa razón, a veces se los considera “simios emplumados”, explican Brucks y la también autora del estudio Auguste von Bayern. Pero los cuervos a pesar de su impresionante inteligencia social no ayudan a otros cuervos. Así que Brucks y von Bayern se preguntaron, ¿y qué pasa con los loros?.

Influencia de la relación

Los animales ayudaron más cuando el otro loro era su “amigo”


Para averiguarlo, reclutaron ocho loros grises africanos y seis guacamayos de cabeza azul. Ambas especies debían intercambiar fichas con un experimentador a cambio de que este les diera una nuez. Según muestran sus hallazgos, solo los loros estaban dispuestos a pasar una ficha al loro vecino, permitiendo que el otro individuo ganara la recompensa.
“Nos sorprendió que siete de los ocho loros grises africanos proporcionaran a su pareja fichas de forma espontánea en el primer ensayo, es decir, sin haber experimentado el entorno social de esta tarea antes y sin saber que cambiarían de roles más tarde. Por lo tanto, los loros proporcionaron ayuda sin obtener ningún beneficio inmediato y aparentemente sin esperar una reciprocidad a cambio”, explicó von Bayern en el comunicado. 
Estos animales ayudaban independientemente de si el otro individuo era su “amigo”. Pero, su relación con el otro individuo tuvo cierta influencia. Cuando el loro que necesitaba ayuda era conocido, el ayudante transfería aún más fichas.
Ejemplar de loro gris
Ejemplar de loro gris (Anette Mertens)
Es importante señalar, según la investigadora, que los loros grises parecían entender cuándo se necesitaba su ayuda. Cuando veían que el otro pájaro tenía la oportunidad de obtener comida, le pasaban una ficha. De lo contrario, no lo hacían.

Las investigadoras sugieren que la diferencia entre los loros y los guacamayos puede deberse a diferencias de su organización social en la naturaleza. Pero a pesar de las diferencias, los hallazgos muestran que el comportamiento de ayuda no se limita a los humanos y los grandes simios, sino que también evolucionó de manera independiente en las aves.
Queda por ver cómo de extendido está este comportamiento entre las demás especies diferentes de loros y qué factores pueden haber llevado a su evolución. Según dicen las investigadoras, se requieren más estudios para conocer los mecanismos subyacentes del comportamiento de ayuda de los loros. Por ejemplo, cómo saben los loros cuando uno de sus compañeros necesita ayuda o qué los motiva a responder.

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