A
lo largo de 2012 científicos de cuatro continentes estuvieron
investigando las ventajas de la multiplexación espacial, un sistema que
Jesús Liñares, investigador
de la Universidad de Santiago (USC) y participante en el estudio,
compara con “una autopista de varios carriles que podemos imaginar con
varios pisos, para aumentar su capacidad sin incrementar su anchura”.
Los
resultados se materializaron en un nuevo récord mundial de transmisión
de información por fibra óptica: 1,05 Petabit/s, (1Pbit= 1015 bits),
“lo que incrementa en un factor de 10 la velocidad alcanzada con anterioridad”.
El
avance se logró en octubre pasado en una fibra de 3 km en las
instalaciones de la compañía NEC Laboratories America (EEUU). Ese mismo
mes se presentó en el congreso
internacional 2012 Frontiers in Optics/Laser Science XXVIII, en Nueva
York, y ahora se ha anunciado en España.
Según el magazín Laser Focus World, uno de los de referencia en este campo, la multiplexación espacial es una de las veinte mejores innovaciones fotónicas del
año 2102 por su futuro impacto en las comunicaciones ópticas.
“Sus
aplicaciones se dirigen a cualquier servicio o sector que use las
telecomunicaciones, como la informática, la telemedicina o la ingeniería
aeroespacial”, destaca
a SINC Liñares, quien reconoce que, aunque con este sistema se consigan
velocidades tan elevadas, el problema, “como ocurre con las autopistas,
es cuando llegas al ‘peaje’, que te obliga a reducir la velocidad, y lo
mismo pasa con los dispositivos optoelectrónicos”.
Para
este trabajo los investigadores de la USC han desarrollado varios
elementos ópticos clave de los prototipos de multiplexación espacial y
amplificación modal,
dos subsistemas estratégicos en el sistema optoelectrónico completo que
implementó el experimento.
El
Grupo de Óptica Integrada, Fibras Ópticas y Metrología Óptica del
Departamento de Física Aplicada de la USC ha participado en este trabajo
desarrollando varios
elementos ópticos clave de los prototipos de multiplexación espacial y
amplificación modal, dos subsistemas estratégicos en el sistema
optoelectrónico que implementó el experimento.
Los
científicos españoles han colaborado, además de con los investigadores
de NEC Laboratories America, con otros de la compañía Corning, las
universidades de Princeton
y Florida Central (EEUU), la Universidad Politécnica de Hong Kong
(China) y la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia). Juntos han
publicado un artículo en la revista Optics Express.
Judith Tobeñas
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